Entregando Vidas... Misión Nostradamus.

Santino:

Miraba a las chicas que estaban entrenando arduamente, llevé mi mano sobre mi pecho, masajeaba un poco, ya no era un dolor como el de antes, aunque por el clima muchas veces me daban pequeños latidos.

Mi atención se iba hacia Beida, me daba un poco de gracia la manera que hacia las cosas.

Había pasado casi 7 meses donde no sabía nada de Nahir, donde mis mañanas tenía que ocuparme por completo antes que cometiera una locura, pero las noches, eran mi infierno en pensar que al darme por muerto, ella pudiera rehacer su vida con algún miserable que quiera verle la cara.

Dejé caer mi espalda sobre la pared, viendo a Dimitri que se acercaba. Trataba de mantener mi distancia con Beida por lo sucedido la ultima vez, que aunque al verla, me he dado cuenta que por mi cabeza pasan muchas… Negué con la cabeza…

Dimitri: Estamos a tres meses para el evento de los rusos.

Santino: Lo sé.

Dimitri: ¿Crees que…

Levanté mi mano, no quería tocar con nadie el tema de Nahir, a pesar de todo, ella decidió no estar de vuelta, me quitó el derecho de estar con ella y tener todo el proceso de su embarazo junto a mi.

Santino: Lo que ella haga, me tiene sin cuidado.

Dimitri: Santino, por el tiempo que tenía, ahora ya debe estar por nacer tu hijo si no es que ya nació.

Me puse de pie dirigiendo una mirada con ganas de matar a Dimitri, podrá ser un Dios ante los ojos de los demás, pero no de hablar de Nahir.

Santino: ella así lo decidió, si ya tiene a otra persona, pues me doy por bien servido.

Se puso de pie mirándome con los ojos entrecerrados, negó con la cabeza.

Dimitri: ¿Y si no?

Santino: SABE DONDE VIVIMOS, SABE COMO COMUNICARSE CON CUALQUIERA DE NOSOTROS, ASÍ QUE ELLA TOMÓ LA DECISIÓN. NO MOVERÉ NI UN MALDITO DEDO POR ELLA.

Todos dejaron de hacer sus actividades, captando la atención de levantarle la voz a Dimitri.

Dimitri: Tu hijo no tiene por que pagar las acciones de ustedes.

Santino: ¿USTEDES? Ella se fue, ella me dejó, así que trata de no volver a mencionarla, PERO DONDE DE CON ELLA, SIN DUDA ALGUNA QUE ENCONTRARÉ A MI HIJO Y LO TRAERÉ CON SU PADRE, QUE ES DONDE PERTENECE.

Caminé hacia donde todos estaban, Daemon y Lucio estaban revisando unas carpetas mientras Bastian y Owen estaban con Jason afinando los detalles para la nueva arma. Pasé de largo, no quería hablar con nadie… tomé una de las armas nuevas que había realizado para enfrentarme ante Lestad que tampoco había dado seña de lo que tramaba.

Caminé alejándome por completo de todos, era un buen momento para estar solo, levanté mi mano con el arma, apunté hacia el frente, el rostro de Nahir lo podía visualizar, me la imaginaba como se debería ver con su hermosa pancita donde se formaba mi hijo.

PUM!! PUM!! PUM!! PUM!! PUM!!

Bajé el arma, rodé los ojos al ver que solo a un tiro le había atinado al centro.

Beida: Te has desconcentrado mucho.

Miré de reojo a Beida que estaba con la mirada hacia el frente viendo mis disparos.

Santino: No está bien graduada.

Beida: Me permites.

Vacié el cartucho poniendo uno nuevo, le entregué el arma, su pequeña sonrisa se me hizo encantadora. Sostuvo el arma levantando hacia el frente apuntando la diana. Caminé detrás de ella, reposé mi mano en su cintura, quedando justamente detrás de ella, sonrió coquetamente.

Beida: si nos ven, pueden mal pensar.

Santino: No estamos haciendo nada malo.

La ayudaba acomodarse, sostuve sus manos ella se giró un poco mirándome, bajó el arma, la intensidad de su mirada, me estaba provocando.

Beida: ¿No piensas ir por Nahir?

Solté un gran respiro apartándome de ella, reposó una mano en la cintura siguiéndome con su mirada, me senté en una de las bancas, negó con la cabeza.

Beida: No sé si fue buena idea en irse Nahir y llevarse a tu hijo.

Desvié la mirada, ella caminaba directo hacia la banca, se sentó junto a mi cruzando sus piernas, reposó sus brazos en la orilla de la banca.

Beida: Dimitri no ha logrado dar con ella. Me molesta que te tenga de esta manera. Todo el tiempo estas de malas y casi no podemos frecuentarnos.

Santino: Ya debió nacer mi hijo.

Entreabrió sus labios incorporándose, dio unos brinquitos con su trasero acercándose hacia mi.

Beida: Por que no le quitas a tu hijo. Ella se fue, no pensó en ti, tiene un contrato que no cumplió. Daemon una ocasión cuando estaba peleado con Valentina, fue por su hija. Estuvo a nada de quitársela, pero se reconciliaron a la primera. ¿Qué raro?

Santino: ¿Qué cosa?

Ella sonrió mordiendo su labio inferior levantó su mirada hacia mi.

Beida: Todos los que estamos aquí vivimos de hacer el amor todas las noches si es posible, tú siendo de esos hombres te has contenido demasiado.

Solté un gran respiro. Recordé cuando recién me casé con Nahir, estaba con Regis y ella entró advirtiéndome que si iba ser de esa manera, ella con otros hombres y yo con otras mujeres.

Santino: Prometí no tocar a ninguna otra mujer.

Beida: Nahir es muy hermosa, es una tractivo visual, al sentirse sola, puede estar con otro hombre.

Santino: Beida, Beida… No me metas ideas en la cabeza. ¿Crees que no lo pienso?

Se giró un poco quedando de frente a mi.

Beida: siempre hemos tenido una extraña amistad, entre gustarnos, entre desearnos y no acceder.

Pasé mis dedos suavemente por su mejilla, cerró sus ojos entreabriendo sus labios, enredé mis dedos en su cabello acercándose hacía ella, abrió sus ojos dejando ver el interior de su alma, sonreí rosando sus labios con los míos.

Santino: No, Beida, eres hermosa no lo voy a negar, muero por tenerte en mi cama.

Mordió su labio inferior, sonrió con tanta lujuria, sostuvo mi mano bajando mi mano hacia uno de sus pechos, apretó su mano sobre la mía haciendo que lo apretara.

Beida: Este cuerpo le pertenece a otro hombre.

Santino: el mío, aunque no lo quiera aceptar, también le pertenece a otra mujer.

Soltó mi mano, abrió ligeramente las piernas montando la banca, reposó sus manos enfrente de ella, dejando marcados sus pechos ante mi vista.

Beida: Me quieres en tu cama, yo en la mía. Pero para nuestra mala suerte tenemos esposos.

Renata: Beida…

Solté un gran respiro escuchando la voz de Renata, Beida me sonrió acercándose, dejó un beso cerca de la comisura de mis labios, se levantó entregándome el arma. Caminó hacia Renata, ella no apartaba la mirada de mi. Tener a Beida tan cerca es una gran tentación, pero con Renata aquí las cosas se complicaban. Más que nada por el significado de fidelidad que ella siempre lleva entre Bastian y ella.

Beida se fue donde estaban las demás. Caminó hacia mi mirándome fijamente. Esbozó una sonrisa muy diferente a la de Beida. Me encantaba Renata por ser una mujer que ha pasado por mucho y jamás ha perdido el piso.

Renata: Esas insinuaciones entre tú y Beida, creo que no serían del agrado para Dimitri.

Santino: No es culpa de Beida, más bien mía.

Se sentó a mi lado sosteniendo mi mano. Su hermosa mirada era un revuelvo ante su encanto e inteligencia, era como ver a Nahir en ella, creo que a pesar de todo eran tan parecidas en su manera de ver las cosas.

Santino: Me hace tanta falta.

Renata: Pero te acercas cada vez más hacia Beida. Sabemos que Beida es demasiado hermosa y muy coqueta, provoca a cualquier hombre, pero que hay de ti Santino, quieres tener a tu esposa a tu lado y te quedas a media entre decidirte o no. Dimitri no se tiene la culpa que tenga a su lado a Beida. Dimitri no tiene por que aguantar tus humores que ustedes dos están provocando.

Aparté levemente mi mano, la miré fijamente. Podía ver una gran sinceridad, entendía por que Bastian nunca la dejaría ir, es una mujer que vale mucho.

Santino: Lo que siento por Beida no es amor, es aprecio, una buena amistad.

Renata: Una amistad que si se siguen acercando, tú y yo sabemos donde va a terminar. Si eso es lo que quieres para que Beida esté feliz y congraciada contigo, adelante, pero hay menores de por medio. Dimitri le permitió locuras antes de su boda, durante su matrimonio no.

Santino: Solo… es una amiga.

Renata: Ni tú te lo crees, está llenando un espacio que le corresponde a otra persona. Beida me agrada, es una buena amiga, pero tratándose de tener lo que quiera, no se mide, no le importa si lastima a alguien o no.

Santino: solo… quiero estar solo…

Ella sonrió asintiendo con la cabeza, se puso de pie, mirándome, pasó su mano por mi mejilla.

Renata: Bastian y tú son tan diferentes, es tener el cielo y el infierno aquí mismo.

Santino: Bastian, es de lo que te hace tocar el cielo, Yo, el que te hace quemar en el infierno.

Sonrió asintiendo con la cabeza, se dio la media vuelta caminando hacia el otro lado, reposé mis manos en mi cabeza… Mi móvil empezó a sonar, lo tomé mirando un mensaje…

Entreabrí mis labios al leer cada palabra, negué con la cabeza, esto no podía ser cierto. Levanté mi mirada hacia el frente, quería acabar con medio mundo al enterarme de esto.

Me puse de pie caminando de regreso, necesitaba de suma urgencia un portátil, todos me miraron pasar de largo, le hice seña a Dimitri que me acompañara, esto era ahora o nunca.

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Santino

Beida

Renata