INJUSTA CONDENA

Olivia continuaba en la cocina concentrada en su labor, estaba cortando y adornando los postres cuando escuchó el tono de su celular anunciando un mensaje… se detuvo a revisarlo, porque normalmente por ese medio también le hacían pedidos. Su sorpresa fue ver que era de Alexandros…

. – Hola, discúlpame por haberme ido sin despedirme… sé que quizás fue confuso para ti, pero quiero enmendarlo. Te espero en mi apartamento a las 6:00 p.m. Besos

Debió leerlo unas tres veces, para poder asimilarlo, y después de su comprensión, innegablemente su corazón comenzó a saltar en su pecho de indiscutible emoción

. – Vaya… – Expresó en voz alta… y miró la hora en su celular – 4: 30 pm ¿Por qué estoy mirando la hora? ¿Voy a ir? – Se cuestionó, mientras lavaba sus manos para continuar con su tarea, entonces, se preguntó si debía analizar el ¿Por qué no debería ir, o por qué si debería ir a ese encuentro?

. – Ay por favor, deja de estar buscando argumentos… has lo que te dicte tu corazón… - Se exigió, ¡Y eso ya su corazón lo tenía decidido!

Cuando llegó frente a la puerta del apartamento, se detuvo un momento para calmarse, de solo pensar verlo, ya estaba agitada… inhaló, exhaló, secó sus manos en su vestido, y tocó…

. – Hola, pasa adelante – Escuchó la voz de Ángelus quien fue que abrió la puerta – Ya él viene…

. – Gracias – Dijo y lo vio salir en el mismo momento en que ella entraba, miró su reloj y se fijó que faltaban al menos 9 minutos para las 6 y volteó los ojos – Mujer, que desesperada… - Susurró para ella misma.

Estaba de espalda mirando los cuadros que colgaban en la pared, cuando escuchó sus pasos, se volteó emocionada para saludarlo, pero al verlo, se quedó con el “HOLA” es su boca…

. – … Tu… - Fue lo que salió – Tu eres…

El entendió que lo estaba confundiendo con Alexius…

. – Soy su hermano – Dijo Alexandro observando como su rostro era invadido por muchas emociones, entre ellas, miedo…

Recuerdos del pasado la invadieron, imágenes de Alexius, y el breve encuentro que tuvieron antes de que este falleciera, pasaron por la mente de Olivia… ¡También pasaron otros recuerdos que ha deseado olvidar!

. - ¿Sabías quién era yo? – Todo lo que Olivia se había imaginado con él, se hundió de pronto en un hoyo sin fondo… retornándola a ese pasado del que siempre quiso escapar… - Siempre supiste quien era… – Ya no fue una pregunta, sino una aseveración…

. – Siempre lo supe Olivia Hamilton

. - Ósea que tú y yo…

. – Era parte de show – Ella cerró los ojos con profundo dolor, No podía ser, ¿Por qué? cuando los volvió abrir, intentó dar la vuelta para salir, pero con grandes zancadas Alexandros llegó hasta ella y la detuvo - ¿A dónde crees que vas?

. – ¡Déjame! – Le pidió ella tratando de soltarse de su agarre – Tú y yo no tenemos nada de qué hablar, eres un… - Quiso decir farsante, por haberla engañado, y seducido utilizando otra identidad para acercarse a ella, pero se detuvo, porque indudablemente, ella en ese momento también lo parecía…

. – ¿Soy un qué? – Le exigió Alexandros – ¿Un mentiroso? – Cuestionó - ¿Y tú qué eres Olivia Hamilton? Dime, te quiero escuchar…

. – Yo… - Olivia tragó seco “No tuve opción” iba a decir ella… – Necesito salir…

. – ¡No! – Negó con tanta potencia en su voz que la asustó – Tú y yo, vamos a hablar…

. – Alexandros… -Luego que lo dijo, se preguntó si ese sería su verdadero nombre - ¿Cómo te llamas? – Quiso saber, pensando en la ironía de preguntarle eso a quien se había entregado y se suponía, ya conocía.

. – Ese es mi nombre, soy Alexandros Dimitriou, hermano de Alexius Dimitriou…

. - ¿Por qué me buscaste? – Quiso saber, porque ya le quedaba más que claro que no era interés por ella como mujer…

. – Ja, ¿Cómo preguntas eso?, tu mejor que nadie deberías saberlo, tu llevas la muerte de mi hermano en tus hombros…

Olivia lo miró petrificada e intentó dar un paso atrás, pero él aun la sostenía con firmeza…

. - ¿Qué dices? ¿Estás loco? ¿De que estas hablando?

. – No te hagas la inocente…

. – Claro que soy inocente, yo no tengo nada que ver con la muerte de tu hermano…

Ya ambos estaban perdiendo la paciencia… Alexandros apretó su agarre.

. - ¿Cómo te atreves? – le exigió – No te cansas de mentir…

. – Yo no estoy mintiendo, no he mentido – Él la miraba burlón – No me mires así, aunque tienen la misma raíz, omitir es diferente a mentir…

. – Jajaja – su risa era irónica y molesta – A mí no me vengas a pretender dar clases de etimología… ¡Tú eres una mentirosa patológica y eso lo comprobé yo mismo!

. – Entonces quédate con tu opinión, y aléjate de mí – le exigió además de molesta, ofendida – No sé cuál es realmente el propósito de tu acercamiento, pero te pasaste… - Lo acusó por utilizarla de ese modo…

. - Querrás decir, que caí muy bajo… lamentablemente, estaba dispuesto a todo… – Se detuvo porque notó como un hilo de dolor se asomó a sus ojos, y pestañar rápido para disiparlo, al igual que las lágrimas, le dolió decirle eso, pero estaba molesto porque seguía sin aceptar su culpa…

. – Por favor, déjame ir – Le pidió con un nudo que se había formado en su garganta y no quería que se hiciera insoportable delante de él…

. – No, de aquí no vas a salir hasta que aceptes tu culpa y me devuelvas lo que le robaste a mi hermano… ¡Debes responder por lo que hiciste Olivia!

Ella resopló por su empeño en insistir en lo mismo…

. - ¿Cuál culpa? ¿Y qué se supone le robé yo a tu hermano? Yo a ustedes no les debo nada, así que déjame en paz y abre la puerta…

. – Eres… - Alexandros apretó los puños con fuerza y las venas de su frente se hicieron evidentes… entonces caminó a la mesita de centro y tomó la carpeta que allí había, se dirigió a ella nuevamente y se la entregó con violencia – Ya basta de mentir, ¡Estas descubierta!

Olivia con manos temblorosas, más por la molestia antes sus absurdas acusaciones, que, por nervios, comenzó a revisar la carpeta, lo primero que visualizó fueran las fotos de su salida hacia unos días, y miró a Alexandros con reproche…

. - ¿Cómo me encontraste? – Le preguntó mientras seguía ojeando la carpeta, allí había muchas cosas, todos indudablemente sobre ella…

. – Eso no importa, lo importante es que lo hice… - le dijo solo eso, negándose a decir más al respecto - ¿Ahora qué tienes para decir?

. – ¡Que eres un imbécil! – Le dijo Olivia, por lo que él pudo haber provocado con esa investigación, y él se le vino encima haciendo que los papeles cayeran al suelo…

. – ¡Eres una perversa mujer! – Le gritó sacudiéndola por sus hombros, pensando en que él quería darle una oportunidad y así actuaba ella… - Te sientes descubierta y me ofendes…

. – Suéltame… yo no tengo nada que ocultar… ¡Nada de eso me señala de algo, y además a ti eso no te afecta, no tiene porque importante!

. – Claro que me importa desgraciada, porque todo lo que tienes es el resultado de la muerte que le causaste a mi hermano, y lo que le robaste a Petrov…

El rostro de Olivia palideció al escuchar el apellido Petrov, pensó que se iba a desvanecer, y se sostuvo de los brazos de Alexandros…

. – No sabes lo que dices… – Dijo suavemente – Yo… no tengo nada que ver con la muerte de tu hermano Alexandros, y tampoco tengo nada de ese hombre. Por favor déjame ir – le pidió desesperada.

. – No puedo – Se volteó al responder, le dolía que ella con su terquedad no se ganara su indulgencia, respiró y se volvió nuevamente hacia ella - Hice un trato con Petrov…

Ella lo miró esta vez evidentemente aterrada…

. - ¿Qué hiciste Alexandros? – Le preguntó temblando de pies a cabeza…

. – Tu, a cambio de las propiedades de mi hermano…

. – No… - ella puso sus manos en su cabeza dio varias vueltas sin saber a dónde dirigirse, luego se orientó y caminó hacia la puerta, pero él la volvió a retener – No, déjame, no sabes lo que haces…

Alexandro sentió su angustia…

. – Ese hombre… me va… a matar… ¡lo hará!

. – No lo creo, él solo quiere lo que es de él, solo entrégaselo…

. – ¡Tu no lo conoces, y yo no tengo nada de él! – Le grito ya histérica Olivia de solo imaginarse en las manos de ese hombre nuevamente… - ¡Por favor!

. - ¿Cómo creerte? – Le dijo señalando todo los papeles que había en el suelo sobre ella…

. – Puedo demostrártelo, por favor, si llegaste a sentir, aunque sea algo mínimo por mi… - Ella tapó su boca cuando el llanto se le escapó, llevó sus manos a toda su cara, limpió sus lágrimas y continuó - Dame la oportunidad de demostrártelo…

Alexandro no quería pensar que era manipulación de ella, había sentido su dolor y su miedo, además eso era lo que el buscaba, algo que le diera una oportunidad…