Ekrem Latouff es un hombre que ha alcanzado todo lo que se ha propuesto en la vida, tiene control total en cada una de sus acciones, menos en sus sentimientos. Ama profundamente a la única mujer que moralmente, no debería amar.
Una marcada diferencia de edad y un parentesco no consanguíneo los separa.
¿Podrá Ekrem Latouff enfrentar los prejuicios y conquistar a Sophie Klein quien está ajena a esos sentimientos?
Acompáñame, para que juntos desentrañemos se historia
NovelToon tiene autorización de Lia Thiago para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Diecinueve
^^^"Ningún hombre pisa dos veces el mismo río, porque no es el mismo río y él no es el mismo hombre."^^^
^^^Heráclito de Efeso^^^
Las hojas del calendario van cayendo y poco a poco la vida vuelve a la normalidad, los días que Ekrem dedicó a rescatar y recuperar a Sophie lo internaron en una montaña de papeles. Robert Latouff ha llamado innumerables veces a su hijo, pero él no ha tenido tiempo de responder; lejos está el hombre de negocios de saber, que su padre ha concertado una cena de compromiso en su nombre para esta noche, en un prestigioso restaurante local.
En vista de no haberse podido comunicar con el CEO, Robert acudió directamente a su empresa encontrándolo absorto en su computadora.
— ¿Se puede saber que es lo que te tiene tan ocupado que ni responder mis llamadas puedes? — pregunta el mayor de los Latouff, al momento de entrar a la oficina de Ekrem.
— Buenos días papá, yo estoy bien ¿y tú? — habla sarcásticamente el más joven.
— No estoy para protocolos, deja lo que te esté entreteniendo esta tarde que tenemos una cena con los Rocha. — ordena Robert apoyándose en su bastón.
— Padre, tengo demasiado trabajo como para socializar — responde fastidiado con la situación.
— Esto es más importante, cualquier otra cosa puede esperar, se trata de tu futuro — dice enérgicamente a medida que va sentándose en el sofá, de inmediato Ekrem frunce el ceño, no le gusta el curso que está tomando la discusión, siempre ha hecho lo que el anciano le ha dicho y a medida que iba alcanzando sus metas, eran también las metas de su padre, porque desde el día en que él nació ya Robert Latouff le tenía la vida planificada.
— No entiendo a qué te refieres, tengo en mi vida actualmente todo lo que quiero para mí futuro — dice manera tranquila encogiéndose de hombros.
— Te falta una mujer — comienza a decir, pero el CEO le muestra la palma su mano izquierda haciendo que pare de hablar.
— Eso también lo tengo y a su debido tiempo sabrá quien es, así que padre, si me disculpa debo trabajar — le señala la puerta, sin darle tiempo a refutar y al instante vuelve la vista a su monitor. Sabe que el viejo Latouff querrá intervenir, aún así esta vez no permitirá que controle también los deseos de su corazón.
Con esta nueva información, el hombre mayor sale del recinto, primero debe averiguar quién es esa mujer de la que habla y si está a la altura de Ekrem.
...****************...
— Un momento ¿qué significa esto?— Dice Pascale sorprendida, luego de saludar a su amiga y fijarse en el costoso y hermoso diamante rojo que lleva adornando su dedo. Sophie y ella habían quedado en una salida de chicas, puesto que hace mucho que no se ven, así que concertaron encontrarse en el café de un prestigioso centro comercial.
— Dime ¿es lo que estoy pensando? ¿estás comprometida? — insiste Pascale disfrutando de ver sonrojada a su amiga.
Sophie asiente tímidamente, pero con una sonrisa que le da un brillo particular a sus ojos.
— ¡Ay Pascale, estoy enamorada! — exclama con un tono de niña, haciendo un pequeño puchero.
— ¿Estás al fin con Samuel y no me contaron? — cuestiona con fingida molestia.
— No, eso quedó en el olvido la misma noche que volvió con su ex.— responde en tono casual.
— Y ¿entonces? ¿Cómo terminaste comprometida en tan pocos meses? ¿Lo conozco? — hace las preguntas una tras otra.
— Lo de Samuel definitivamente era una ilusión, tal vez un enamoramiento un poco infantil, pero lo que siento por Ekrem no tiene comparación con nada que haya sentido antes — expresa con la felicidad bailando en los ojos.
— Un momento, ¿tu tío? — pregunta con incredulidad.
— No le digas así, sabes que no lo es — refuta sonrojada hasta las orejas.
— Es verdad, pero no puedes negar que suena raro.
El comentario hizo ruido en la mente y el corazón de Sophie, ante muchos ellos son sobrina y tío lo que puede ensombrecer su relación...
Por su parte, Robert Latouff se dirige a la residencia de su hija, al llegar la encuentra sentada en los escalones de la entrada jugando con el perrito que Sophie encontró hace meses atrás.
— Hola papá ¿a qué debo tu visita?— no es que a Anne le moleste la llegada del anciano, solo que sabe que sus visitas siempre son por cosas puntuales y no por cortesía.
— ¿Sabes que tu hermano tiene una novia? Y antes de que lo cubras, él mismo me lo dijo.
— Si lo sé, por eso te dije que no te voy a ayudar a buscarle esposa — habla de manera apacible.
— ¿Sabes quién es? — Anne se dio cuenta de que las intenciones de su padre es conocer la identidad de la pareja de su hermano, pero no es ella quien lo revelará, no sabe cómo lo tomará, al enterarse que es la misma niña que ella crió como a una hija.
— Eso se lo debes preguntar directamente a él, papá déjalo por una vez ser libre de tus designios.
— Siempre y cuando haya elegido bien no me meteré — responde el viejo y de la misma manera que llegó se marcha.
Él no se quedará tranquilo hasta descubrir quién es la mujer.
Una vez que Sophie le relató todo a Pascale y como se fue desarrollando su relación con Ekrem, recibe una llamada de mencionado.
—hola — dice con su aterciopelada voz —¿qué haces?
— Hola, estoy tomándome café con Pascale — Si bien el CEO hubiera terminado antes todo su trabajo atrasado, siempre hace tiempo para estar con Sophie.
— Envíame la ubicación y te recojo, ya trabajé por hoy.
Luego de remitirle su ubicación, la chica lo espera afuera en compañía de su amiga, al levantarse del asiento, sufre un pequeño mareo.
— ¿Qué pasó? — le pregunta Pascale al ver que se sostiene de la mesa.
— Nada, solo que me levanté demasiado rápido — responde no muy segura, pues acaba de recordar que su menstruación no ha bajado en quince días.
Pocos minutos después, un sedán negro se estaciona frente a ellas, se abre la puerta trasera y baja el imponente hombre, besa cortamente en los labios a su prometida y saluda a Pascale, luego de una breve interacción se retiran.
Durante todo el camino el hombre la lleva abrazada; sin embargo, ella juega nerviosamente con sus manos. Él ha estudiado cada uno de sus gestos, sabe que algo le preocupa. Al pasar por un parque le pide al conductor que pare e inmediatamente la invita a salir, caminan hasta una banca cercana al lago Remerschen y tomándola sutilmente por los hombros le pregunta —¿Qué te preocupa?— baja la mirada apretando sus labios, pero él le levanta el rostro para que lo mire, es cuando ella nerviosa y con la voz casi inaudible le responde — tengo un atraso — Ekrem aun no comprende a qué se refiere, hay momentos en que los hombres suelen ser muy lentos, al darse cuenta que él no ha entendido e inhalando aire antes de lo que va a decir.
— Es posible que esté embarazada — el hombre abre sus ojos por la sorpresa y una hermosa sonrisa con hoyuelos se instala en su rostro.
Él la cobijó fuertemente en su pecho y mentalmente agradece a Dios, mientras a lo lejos una lente fotográfica captura el momento.
— Vamos — la toma de la mano y la lleva casi corriendo al auto, ahí le indica al conductor que irán al hospital. No puede esperar para confirmar las sospechas de su mujer.