Bruja Imperial

En un acto instintivo, convoco con mi magia un círculo brillante que se materializa a mi alrededor. Desde ese mágico umbral, emergen seres vegetales retorcidos y monstruosos que se alzan como una muralla defensiva a mi alrededor. Es un espectáculo sobrecogedor y extraordinario que despierta en mí una sensación embriagadora de poder y dominio sobre las fuerzas ocultas de la magia.

Los guardias y sirvientes que presencian esta inesperada exhibición están paralizados por el miedo, incapaces de comprender cómo una supuesta "indefensa bruja" puede convocar tal despliegue de malicia y poderío sobrenatural, provocando a su vez que su aura de temor que emana de ellos alimente aún más mi anhelo de control y venganza.

Después de que el furioso ataque se disipa, tanto el duque como Alessio se aproximan hacia donde me encuentro y me observa con una mezcla de sorpresa y desconcierto, seguramente contrariado por el hecho de que logré sobrevivir a su intento de acabar conmigo y molesto por el creciente poder que he demostrado. Sus ojos desprenden una chispa de irritación, como si mi supervivencia fuera una ofensa personal para él.

Una vez que cesa el ataque, tanto el duque como Alessio se acercan a mí. Alessio me mira con expresión desconcertante, probablemente molesto porque logré sobrevivir e irritado por mi creciente poder. Por otro lado, el duque toma mi mano para comprobar si estoy herida y se ofrece a llevarme a la enfermería, pero rechazo su oferta, ya que lo que realmente necesito en este momento es descansar.

En contraste, el duque, con una expresión más calmada y preocupada, toma suavemente mi mano para evaluar si he sufrido alguna herida en el enfrentamiento. Su gesto es reconfortante y transmite un genuino interés por mi bienestar. Con voz suave y serena, me propone llevarme a la enfermería para asegurarse de que estoy bien atendida. Sin embargo, aunque aprecio su amabilidad, rechazo su ofrecimiento. En este momento, lo que más necesito es descanso y tranquilidad para asimilar todo lo que ha sucedido.

Decido alejarme de ese lugar cargado de tensiones y peligro. Camino hacia mi habitación, sintiéndome viva y completa afortunadamente, aunque un tanto mareada por la avalancha de acontecimientos que han tenido lugar. Creo que es momento de poner en orden mis pensamientos y emociones.

En primer lugar, respecto al matrimonio, he decidido firmemente rechazar cualquier unión, incluso si el pretendiente es el mismísimo Emperador. No creo que sufriré consecuencias negativas por esta elección, ya que hasta ahora él ha demostrado no ser un hombre cruel y ha respetado mi opinión.

Soy plenamente consciente de que al rechazar las propuestas matrimoniales, estoy renunciando a una gran oportunidad. Como la quinta princesa del reino de las brujas, entiendo que en el futuro perderé mi título y me convertiré en una humilde ciudadana, a pesar de haber contribuido en gran medida al desarrollo de mi reino. Y sé que a nivel estratégico, sería conveniente casarme con alguien poderoso para asegurar la protección del reino.

Sin embargo, no quiero llevar a cabo mi plan de esa manera. No deseo depender de un matrimonio por conveniencia para garantizar mi futuro. Prefiero explorar mis propias capacidades y encontrar mi propio camino hacia el éxito. Quiero demostrarle al mundo y a mí misma que puedo forjar mi destino, sin importar mi posición social o los títulos que pueda perder en el proceso.

En segundo lugar, con respecto a lo ocurrido hoy con la segunda esposa del Emperador, esa mujer desquiciada que me hizo daño, siento que le he dado una pequeña lección. Me he demostrado a mí misma y a los demás que no soy la bruja débil y sometida que pisoteó sin piedad.

Por último, en cuanto al duque, acabo de recordar algo importante. Él sin duda participó en la guerra contra mi reino y era el fiel servidor de Alessio, el sanguinario Emperador. Sin embargo, noté una diferencia notable en su comportamiento cuando cometía actos violentos: parecía lamentarlo profundamente, como si no estuviera dispuesto a cometer tales crímenes, pero incapaz de desafiar las órdenes de su Emperador. El duque Gunther es sin duda diferente a los demás humanos, es bondadoso, pero lamentablemente está demasiado ligado a sus emperadores. Me pregunto si en realidad desea ser así o si secretamente anhela desafiar las reglas impuestas.

Toco mi cabeza, recordando la humillación que sufrí, y siento una determinación feroz crecer en mí. Necesito que me teman, necesito ser la villana que infunda miedo y respeto. Ya no toleraré el maltrato ni permitiré que otros pisoteen mi dignidad. Me convertiré en una gran bruja villana, temida y admirada por todos.

Pero antes de dar ese paso final, sé que debo planificar y prepararme adecuadamente. Mi transformación será mucho más que cambios externos. Seré una fuerza imparable, una bruja poderosa que no se detendrá ante nada para reclamar su lugar en este mundo.

Y así, con una sonrisa malévola en mi rostro, me sumerjo en los oscuros secretos de la magia negra, dispuesta a forjar mi destino y convertirme en la máxima bruja malvada que jamás haya existido.

Comienzo modificando las cosas superficiales, como el aspecto de mi habitación y mi atuendo.

Transformo toda mi habitación en un ambiente tétrico y oscuro. Admito que incluso a mí misma me da un poco de miedo, pero es justo lo que necesito para proyectar la imagen de la villana que aspiro ser. Observo mi reflejo en el espejo y me percato de lo patética que me veo. Llevo un vestido deshilachado y mi cabello está perfectamente atado en una ridícula trenza. Además, mis ojos rojos me dan un aspecto más ingenuo de lo que deseo proyectar.

Decido soltar mi cabello y aplicar sombras oscuras en mis párpados para lucir como la villana que imagino. Y, debo admitir, el cambio es asombroso. A partir de ahora, nadie se atreverá a tocarme ni un solo cabello, y aquellos que se atrevan a hacerlo verán su fin en un abrir y cerrar de ojos. Juro que incluso si el agresor es un miembro de la familia imperial, seré despiadada. Me convertiré en la máxima, la bruja malvada más malvada de la historia del Imperio de Drakoria.