LA MESERA DEL BAR.

Soledad se encontraba sentada en el balcón, no sé percató de la llegada de Ariel, él se acercó por la espalda y le dio un beso en la cabeza.

- Es un bonito día no crees, deberíamos bajar ala piscina.

Soledad se volteó para mirarlo y le dijo.

- me encantaría, pero tengo marcas por todo mi cuerpo, me da pena que me vea el personal de la casa, que van a decir.

- No tienen que decir nada, y si alguien sé atreve a decir algo lo despido en ese mismo momento.

Ariel terminó por convencer a Soledad para ir ala piscina.

Soledad se puso un bonito traje de baño de color azul cielo, al verla Ariel se quedó con la boca abierta.

Él había estado reprimiendo su deseo por poseer la y verla de esa manera causo una reacción inmediata en todo su cuerpo.

Ariel se acercó y tomándola por la cintura, le dio unos suaves besos en el cuello sin olvidar la boca mientras sus manos se movían furtivamente por su cuerpo, Soledad dejó salir unos sonidos que terminaron de encender más el deseo de Ariel, él la deposito suavemente en la cama y mientras la seguía besando le preguntó.

- Estás mejor, muero por estar contigo.

- Si, los analgésicos me ayudaron bastante.

Ambos siguieron en la sesión de besos y caricias, Ariel beso cada parte de su cuerpo, haciendo que Soledad disfrutará al máximo.

Después de amarse y entregarse en cuerpo y alma los dos quedaron agotados tumbado en la cama.

Luego de un tiempo bajaron ala piscina, Soledad quiso tomar un poco de sol mientras Ariel nadaba.

- Ven entra conmigo a la piscina,

Le dijo Ariel llamando a Soledad para animarla a entrar.

Soledad se acercó tímidamente y comenzó a bajar sostenida de la mano de Ariel.

- Ariel, yo no sé nadar y me da un poco de miedo.

- Tranquila yo te detendré, solo estaremos en la parte poco profunda, de ahora en adelante tendremos que venir más seguido hasta que aprendas a nadar, yo seré tu entrenador.

- Si es contigo no hay ningún problema en venir a diario.

Ariel y Soledad disfrutaban del agua, Ariel no perdía tiempo para acariciar y llenar de besos a Soledad.

Los días pasaban rápidamente Soledad y Ariel cada día estaban más enamorados, Ariel fue un buen maestro para enseñar a nadar a Soledad, al llegar de la empresa casi todos los días pasaban tiempo en la piscina.

Soledad aprovechaba cada momento que tenía libre para visitar a la madre Ángela, y estar con los niños del orfanato, todos la querían mucho algunos días la acompañaba Ariel otros no, pero siempre estaba al pendiente de que nada les faltara.

La madre se preocupaba mucho por Soledad y aunque Ariel era una buena persona ella no aprobaba mucho su relación.

- Soledad yo sé que amas a Ariel, pero no está bien que estén viviendo junto sin ningún tipo de compromiso.

Soledad bajo la cabeza, pues savia que la madre tenía razón.

- Yo sé que no está bien que esté viviendo con él, pero yo no podría vivir lejos de él, (aunque yo también me pregunto que lugar ocupo en su vida ahora ya no soy su esposa y no sé si algún día lo podré ser él nunca toca ese tema es como si no quisiera compromisos.) pensó Soledad.

- Espero que pronto te pida que seas su esposa o de lo contrario tendré que hablar con él.

Soledad tratando de evadir el tema se despidió de la madre para luego marcharse.

- Madre tengo que volver ahora, no me despido de los niños porque se pondrán tristes.

- Tienes razón es mejor así, cuídate mucho y no te olvides de venir a visitarnos y agradecerle a Ariel por todo lo que nos ha ayudado.

Soledad asintió y le dedico una dulce sonrisa ala madre para después retirarse.

Al salir del orfanato un auto rojo que estaba parado a poca distancia de allí, comenzó a seguir a Soledad y no fue sino asta que llegó a la empresa que el auto se fue.

- Cariño la madre Ángela te manda saludos y te agradece por toda tu ayuda. Le dijo Soledad sonriendo.

- No tiene nada que agradecer, mi pago es verte feliz.

- Gracias Ariel, si no fuera por ti ahora mismo muchos niños estarían en la calle.

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- Camila quiero que te comprometas con alguien rico cuanto antes solo así podremos salir de este bache en el que nos ha metido ese estúpido de Ariel.

- Tranquilo papa voy a hacer algo aun mejor únicamente espera un poco más.

Dijo Camila con una gran sonrisa,

- Solamente espero que ahora si salgan las cosas bien y no como las otras veces que has estado con hombres y solo te han usado, ya que algunos ni son ricos y otros son casados, de tal forma que ninguno ha sido un buen partido para ti y cada vez estamos peor, necesitamos salir de este bache en el que nos ha metido esa estúpida de Soledad ayudada por Ariel.

De no haberte negado a casarte con Ariel ahora no tendríamos nada de que preocuparnos, tendríamos nuestro futuro resuelto, pero por tu necedad ahora estamos aquí a punto de perder lo poco que nos queda de la empresa.

- Ya padre no necesito que me digas lo que ya sé, pero en ese momento yo realmente creí todo lo que se decía de él y yo no estaba dispuesta a casarme con un tacaño, la fama que tenía no era para nada buena.

Soledad y Ariel disfrutaban cada instante juntos, la empresa iba marchando de maravilla habían logrado incrementar bastante el capital, Soledad día a día era más hábil en los negocios, aunque era una molestia para ella tener que aguantar a Brenda no le daba mucha importancia, ya que de sobra sabía que lo que ella quería era estar cerca de Ariel y coquetearle tratando de metérsele a como diera lugar, pero ella no lo permitiría, así que lejos de molestarse con Ariel ella trataba de ser más cariñosa para hacerla enfadar.

Ariel por su parte disfrutaba mucho que Soledad se mostrará tan segura de sí misma.

Lo único que lo ponía de mal humor era ver como el tarado de Max Ferrer la seguía buscando, y casualmente donde quiera se encontraban, para Ariel no era un secreto que Max estaba interesado en Soledad, ya que él mismo se lo había dejado muy en claro y aunque Soledad no le prestaba el menor interés él no quitaba el dedo del renglón.

En una ocasión que fue en busca de Soledad, Max conoció a Camila quien no perdió la oportunidad de coquetearle e insinuársele, aunque al principio a Max le molesto sobremanera el comportamiento de Camila, después de dejarle en claro que la única que le interesaba era Soledad, ambos se hicieron muy cercanos pues les convenía estar del mismo lado, ya que si Max lograba quitar a Soledad del camino de Ariel, para ella sería más fácil conquistarlo y, por otro lado, a Max le parecía muy interesante la amistad con Camila así los dos se ayudarían mutuamente para lograr sus propósitos.

-Ariel tienes que ver, lo que he descubierto del accidente de Fernando el padre de Soledad, al parecer no fue un accidente, todo indica que los frenos fueron cortados para que Fernando perdiera el control de auto y terminará accidentado.

- Como es posible, y porque es que la madre de Soledad no savia que el accidente había sido provocado.

- Al parecer alguien pago a las autoridades para que no dijeran nada y parara las investigaciones.

- Y sabes quien fue la persona que pagó para que no se investigara la muerte de Fernando el padre de Soledad.(preguntó muy sorprendido Ariel).

- No, y no quiero adelantarme asta no tener algo concreto, pero todo indica que fue Andrés Duarte.

- Pero se suponía que eran amigos, no entiendo como puedo ser tan ruin para hacerle eso a ala persona que lo consideraba su amigo.

- A pesar de ser amigos, Andrés estaba enamorado de la madre de Soledad, pero ella nunca le hizo caso, ella amaba a Fernando, y supongo que Andrés no soporto el hecho de que ella se fuera a casar con Fernando y no con él, y creo que fue lo que lo motivo a deshacerse de Fernando de esa forma tan ruin, pero hasta el momento son solo suposiciones es mejor que no le digas nada a Soledad hasta tener algo confirmado.

- Entiendo, es mejor que por ahora Soledad no sepa nada, solo te pido que en cuanto tengas pruebas suficientes me lo hagas saber la muerte del padre de Soledad no puede quedar impune. Pobre de mi Sol todo lo que ha tenido que sufrir por culpa de ese idiota.

Soledad entró a la oficina, saludos David se disponía a tomar su lugar tras el escritorio, cuando Ariel se le acercó.

- Para mí no hay ni un hola por lo menos, le dijo Ariel haciendo pucheros como un niño.

- Ariel, como hace un momento que salí, no es como si hubiera paso días sin verte.

- No importa para mí si es una eternidad el tiempo que no estás cerca de mí, no puedes estar lejos de mí, mi corazón deja de latir si no estás a mi lado. Le dijo Ariel mientras la tomaba por la cintura y la acercaba a él, para enseguida darle un tierno beso.

David que aun estaba presente, sé si tío muy incómodo pues aunque trataba de olvidar sus sentimientos hacia soledad le era muy difícil.

- Cof, cof, les recuerdo que aun sigo aquí, les dijo David un tanto molesto, será mejor que me vaya.

Soledad se apartó un poco de Ariel para con la mano despedirse de David, y él solo la miro por un momento y salió sin decir nada más.

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