El Hijo Del Alfa Es Mio

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Dulce

Ya por fin en casa. Pensé que las sorpresas habían terminado, pero no. Al llegar a la mansión, lo primero que vemos es un letrero enorme que dice: "Bienvenidas a su casa Dulce y Amy". Después de una pequeña fiesta para que todos conocieran a Amy, me fui con mi nana al jardín... bueno, y también con Amy, que no quería dormirse.

Nana

—Mi niña, ¿y qué sabes de la familia de esta hermosura?

—Nana, en verdad no mucho. En la carta no decía gran cosa, y del acta de nacimiento… ni recuerdo haber visto el apellido. Lo único que sé es que sus padres no la querían, y su madre tampoco. Pero en su "acto de amor por la bebé", la abandonó en la basura…

—No puedo creer que existan personas así… Pero, ¿no te has puesto a pensar si no fue así? Si en realidad no la abandonaron... Mejor no me hagas caso, no quiero sonar ave de mal agüero.

—Nana, te conozco. Si dices algo, es por algo.

—Lo digo porque sabes que hay gente muy mala, ¿verdad? Gente a la que no le importa separar a un bebé de su verdadera familia. Tal vez... haya un padre que está buscándola.

—Al principio sí lo pensé, creí que tal vez había sido secuestrada, pero con el tiempo se me fue esa duda. Nunca nadie la buscó, ni cuando estaba en mi casa ni cuando estuvo en el hogar. Nadie preguntó por ella. Tampoco salió nada en las noticias, y la carta que dejó la mamá hablaba muy mal del papá. Decía que era una persona mala, que no le importaba la bebé. No quiero exponer a mi hija a alguien así. No quiero que ella viva lo que yo viví.

—No quería tocar el tema, pero… ¿has sabido algo de tu madre?

—Nada. Es como si se la hubiera tragado la tierra. Y para ser sincera, no la extraño. Tú sabes que nunca tuvimos esa conexión de madre e hija. Siempre fuimos como extrañas viviendo en la misma casa. Nunca lo dije, pero muchas veces pensé que no era su hija… porque en mi cabeza no cabía cómo una madre puede ser así. Me pasé años llorando, preguntándome por qué ella era tan dura conmigo. Está bien que nunca me cuidó, pero lo que jamás le voy a perdonar fue apartarte de mi lado. No sabes lo que sufrí con tu partida y no saber dónde estabas.

—Sufriste mucho… pero confía en lo que te voy a decir: muy pronto llegará la felicidad para ti. Tienes que estar abierta al cambio. Hay muchas cosas que aún debo contarte… pero todavía no estás lista. Tranquila, disfruta de cada día con tu pequeña.

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Ya han pasado unas semanas desde que estoy con mi hija y mi nana, y no puedo ser más feliz. Hace poco descubrimos que fue mi madre quien mandó a atacarme. Aún no damos con su paradero, pero mi padre está moviendo cielo, mar y tierra para encontrarla. Está cumpliendo su palabra de ser el mejor abuelo y padre para Amy.

Nunca imaginé que una niña cambiaría mi vida tan rápido, pero jamás me voy a arrepentir de haberla adoptado. Porque fue ella quien me eligió a mí.

Mis fines de semana cambiaron. Ya no salgo de fiesta; ahora voy al parque con Lucy, Aby y mi bebé. A veces Andrea nos acompaña, pero hay que entenderla, aún no tiene responsabilidades.

Mi padre me está apoyando para que estudie lo que me gusta. Y es cierto: cuando se quiere, no importa el tiempo. Estoy feliz porque el próximo semestre ya empiezo a estudiar, y también me alegra que Lucy va a cumplir su sueño de estudiar medicina.

Franco

—Qué hermosas se ven juntas. Si no supiera, diría que en verdad es tu hija. Es idéntica a ti cuando eras bebé. No me voy a cansar de agradecerte, hija, por perdonarme y dejarme ser parte de tu vida.

—Ahora que lo pienso, sí. Y papá, no tienes nada que agradecer. Te has ganado ese perdón. Estás cumpliendo tu palabra: estás siendo el mejor padre y abuelo.

Nana

—Qué bueno que los veo a los dos. Ya es momento de que sepan algunas cosas… el verdadero motivo por el cual la señora me corrió de la casa, y dónde estuve todos estos años. Es algo complicado de contar… señor, hay muchas cosas que usted no sabe.

Andrea

—¡Hola! ¿Cómo están? Perdón que interrumpa, pero Dulce, es importante… Lucy nos necesita.

—¿Qué pasó con Lucy? ¿Está bien Aby?

—Sí, Aby está bien. La que está mal es Lucy. El maldito apareció… y los abuelos de Aby quieren quitarle a la niña.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo es posible?! Vamos rápido. Nana, lo siento, esto es importante. Cuando regrese, hablamos. Por favor, cuida a Amy. Está dormida y no quiero despertarla.

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Le dejé a mi nana a la bebé y nos fuimos. Sé que lo que me iba a decir era importante… era algo que siempre quise saber. Pero ahora Lucy me necesita. Ella estuvo para mí cuando yo más la necesité.

No tardamos mucho en llegar al departamento de Lucy. Tocamos y nos abrió. Andrea y yo nos lanzamos sobre ella para abrazarla.

Lucy

—Me lo dijiste y no te hice caso. Confié demasiado en esas personas… y lo que más coraje me da es que quieren poner a mi hija en mi contra. ¡Y no se conforman con eso, también quieren quitármela! ¡Qué rabia siento!

—Amiga, tranquila. Ya no es momento de culparte. Confiaste, y es normal, nunca imaginaste esto. Solo querías que Aby conviviera con su familia paterna… y ellos abusaron de tu confianza. Pero escúchame: no podrán quitarte a tu hija. Y Aby jamás se pondría en tu contra. Tienen una conexión especial. Mi sobrina es muy inteligente para sus cinco años. Pero cuéntanos… ¿qué fue lo que pasó?

Lucy

—Verán, como saben, dejé que algunos fines de semana Aby pasara tiempo con sus abuelos. Me aseguraron que no tenían contacto con Diego desde hace años, desde que me ofreció dinero para que abortara.

Hace unos días, empecé a recibir mensajes de un número desconocido. No les presté atención… hasta que hace dos días recibí una llamada de Diego. Me pidió vernos. Dijo que si no lo hacía, haría algo contra mi hija. No lo pensé dos veces y acepté, porque conozco a Diego, y sé que no le importa nada.

Me ofreció que viviéramos juntos y que quería ser parte de la vida de Aby. Por un momento pensé que había cambiado… pero después me dijo que eso sería solo hasta que obtuviera la herencia de sus abuelos. Que hay una cláusula que dice que solo la recibirá cuando tenga su primer hijo.

Obviamente le dije que no. Le dejé claro que mi hija no era parte de ningún negocio, que ella no necesitaba nada de él, que yo había sido madre y padre, y me fui.

Horas después, fui a recoger a Aby al colegio y me dieron la sorpresa de que no estaba. Me dijeron que sus abuelos se la habían llevado. Llamé a mis padres enojada, pero me dijeron que ellos no la habían recogido.

Me alarmé. Hice un escándalo en la dirección por la poca seguridad. ¿Cómo permiten que alguien se lleve a una niña sin notificar a la madre? Mis padres también fueron al colegio e hicieron otro escándalo. Ya sabes, ellos son grandes abogados. Con una sola llamada pueden hacer que todos pierdan su trabajo.

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