El Mafioso Y Yo

Al despertarme tenía las ganas inmensas de saber de mi reina, pero llamarla sería perjudicial y mientras no acabe con la escoria mayor no estaré tranquilo.

Me di un baño y solo con cerrar mis ojos tenía la imagen de Samira en mi mente y mi cuerpo reaccionaba, no cabe duda que comenzaba a extrañarla y necesitarla más que nunca, pero me lo jure a mi mismo que no regresaría, hasta ponerle fin a todo esto, se que me estoy perdiendo el ver crecer a mi bebe en el vientre de mi mujer, pero es un precio que estoy dispuesto a pagar con tal de ser libres.

Salí y me cambie listo para irnos de Londres, pero cuando baje había casa llena estaban los hijos de Adam y su hermosa esposa, me acerque a ellos saludándoles al igual Mario.

-hola buenos días, una disculpa por estar aquí en su reunión familiar.-les digo y Helda niega con una sonrisa.

- no, saben que los amigos de mi esposo; aquí son familia, por favor pasen al comedor el almuerzo esta servido.-asentimiento caminando al sentarnos comenzamos a comer.

-Faddei; si necesitas más ayuda no dudes en decirme.- asiento terminando de comer.

- gracias Adam; por cierto hoy nos vamos de regreso.- asiente levantándose de su asiento.

-esta bien, sabes que aquí tienes a un buen amigo y socio.-nos despedimos de ellos, al salir estaban dos camionetas y de élla bajan unas personas.- que tengan buen viaje y acaba a ese hijo de puta.

- ni dudarlo; nos vemos.

Saliendo de aquel lugar bajo la mirada de aquellas personas, unos cuantos minutos llegamos a la pista y el jet está listo para despegar, nos subimos y nos fuimos.

Al llegar a Rusia fuimos de nuevo a la casa de seguridad, ese era el único lugar seguro por el momento, los días pasaron y no dábamos con la rata sabía esconderse bien, pero aún sea el mejor escondite lo encontraré de eso no ahí duda alguna.

Corrían los días y mi desesperación era cada vez más evidente, en todo Estados Unidos no podíamos dar con el paradero de ese malnacido, ya no había tiempo, era encontrarlo si o si, esto ya era contra reloj, pero cada vez que creíamos dar con el, volvía a escabullirse y era volver a empezar e iniciar nuestra busqueda en las posibles ciudades donde podría estar.

Fue avanzando el tiempo desafortunadamente para mí, sin aun saber donde estaba y mi mujer su embarazo avanzaba sin piedad, haciendo cuentas de estar fuera de casa ya teníamos cinco meses.

Mi ira crecía con el caminar del tiempo, después de días estar internados en el despacho, casi sin dormir, por fin dábamos con una pista del paradero de ese hijo de puta, pero tenía que moverme rápido porque creo que a olfateando donde está mi mujer.

Salimos a toda prisa para subir al Jet, todo el camino estaba más que ansioso de poder tenerlo en mis manos y cobrarle una a una por hacerme perder el tiempo, corrimos hasta abordar y de inmediato despego.

-tranquilo; Beatriz sabe que hacer si llega antes que nosotros a Cali.- asiento dando un trago a la botella de vodka.

- si lo se y también Samira está ya entrenada para eso, pero me da miedo hoy ya debería tener seis meses y medio, no quiero que ese estúpido le ponga una mano encima.

-ya verás que no, mis hombres están más que alertas Faddei.- asiento, pasando mi mano por mi rostro.

- gracias por ayudarme en esto Mario.- me sonríe.

Terminando la conversaciones, cada quien hace lo suyo, después de casi dieciocho horas de vuelo ya estábamos en Cali, al bajar estaban los hombres de Mario y nos llevaron directo a una casa de seguridad.

Entramos y uno de los hombres nos dio toda la información exacta de esa rata y sin esperar a que avanzará más el tiempo nos fuimos a buscarlo, llegamos a un edificio de apartamentos, desenfundamos nuestras armas y no adentramos peinando la zona, piso por piso hasta llegar al último piso donde me llamo la atención el ruido que provenía de un departamento, al abrir me lleve la peor sorpresa...

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Desde la noticia de la muerte de mis padres y Boris, se fue Faddei a cazar a esos hombres, pero no a regresado, ni tampoco e tenido noticias y Beatriz está igual no a tenido noticias de Mario, ojalá todó este bien.

Hoy voy a mi cita prenatal ya e cumplido seis meses y picó, mi bebé se mueve demasiado, pero ahí noches que me duermo llorando, necesito los brazos de Faddei lo extraño, tengo miedo de no volver a verlo, pero siempre Beatriz dice que tenemos que ser optimistas ante esta situación y tiene mucha razón.

Salgo de la casa en compañía de algunos escoltas, hoy Beatriz no podrá acompañarme, por estar ella al frente de la organización en ausencia de Mario.

Al llegar al consultorio me recibe el doctor muy amable y sonriente como siempre…

-¿estás lista?, hoy sabremos que será ese retoño.-asiento con una enorme sonrisa.

- si muy lista, doctor.

Comienza a mover el lector, midiendo cada extremidad de mi amado pedacito, estoy embelesada en el monitor cuando escucho al doctor hablar de nuevo.

-bueno Samira, tu bebe es…

El doctor no acaba de decirme, cuando la puerta del consultorio se abre de golpe entrando hombres, al intentar pararme me toman del cabello bajándome de la camilla en un grito por los jaloneos, veo que tienen al doctor arrodillado y encañonándolo mis ojos sé humedecen porque no se que rayos pasa, ni tampoco se dé esos hombres, cuando veo entrar por la puerta al hombre que destruyo mi vida entera.

-hola, te dije que nunca podrás esconderte de mí.- mis manos sudan, hoy más que nunca, quisiera que Faddei estuviera aquí.- que ya no reconoces a tu esposo, porque te recuerdo que aunque anduvieras de puta, sigues atada a mí.

-De, Derek.- se acerca a mí agarrándome del cabello sacándome de aquel lugar, caminamos un poco y pude escuchar un disparo, sabía que el doctor había perdido la vida.

Me subió a una camioneta yendo a toda velocidad, hasta llegar a un complejo de apartamentos, me bajo a empujones que en dos ocasiones casi me caía, subimos las escaleras hasta el último piso entrando en el apartamento y me amarro a una silla, golpeándome en los costados, la cara y piernas hasta el cansancio.

Mis esperanzas de vida a manos de este monstruo eran cada vez más bajas, ya no me quejaba, estaba cansada y si está sería la manera de ser libre la estaba recibiendo y aceptando, cerrando mis ojos ya no quería ver nada, solo necesitaba perderme cerrando mis sentidos.

Cuando de pronto escucho muchos disparos, siento que me desatan y al levantarme siento dolor en mi vientre, al abrir los ojos veo ese rostro que hace meses no veía, me acerque a él dejando un beso en sus labios hasta que el dolor fue insoportable perdiendo la conciencia.

-resiste mi amor.- la carga saliendo de aquel lugar, ve a sus hombres que sometieron a Derek y les da órdenes.- LLÉVENLO A LA BODEGA.

Y salió de aquel sitio, directo al hospital…