Atrapada En El Callejón

Llegó a casa y vio a Samara durmiendo en el sillón de la sala, al parecer había estado viendo una película, apoyó la tarta en la mesa ratona y corrió el cabello de la cara de la chica notando una lágrima que caía, ella sufría hasta mientras dormía.

—Cariño, despierta, vamos a la cama —Byron habló con una voz suave logrando que ella abra un poco los ojos y lo abrace

—Ellos volvieron Byron, lo sé, van a llevarme a ese lugar otra vez y esta vez no voy a poder escapar —ella estaba en un estado de shock y le habló muy asustada.

—¿De qué estás hablando? Está bien, tranquila, yo estoy aquí y no voy a dejar que nadie te lleve —Ella lo abrazaba muy fuerte mientras él intentaba consolarla.

—Pasó mucho tiempo desde la última vez que los vi, no creo que ellos vengan a buscarme ¿O si?

—Sean quienes sean de quienes hables, no van a venir a buscarte y si vienen, yo estaré aquí para ti

—Hablo de mis padres, ellos seguramente me buscaron, por eso me cambié el nombre, no debían encontrarme, pero Luna... ella sabe donde estoy

—Si te encuentran nos iremos del país y ya cariño, no te preocupes por nada. Será mejor que vayamos a la cama —él la levantó en brazos y la llevó hasta la cama donde estuvo haciéndole caricias en el cabello hasta que se durmió. ¿Qué es lo que hicieron esas personas para que les tengas tanto miedo? Se preguntaba mientras recordaba como reacciona cuando le mencionan a sus padres.

Al otro día ambos se levantaron temprano y desayunaron como lo hacían usualmente.

—Samara, quiero que me escuches y luego tomes una decisión

—Suena como algo muy serio

—Saqué unos pasajes para ir a Canadá un mes, quiero que vayamos de viaje, tengo unas vacaciones y quisiera que me acompañes.

—Está bien, no tengo problema ¿Cuándo nos vamos?

—Hoy mismo, de hecho tenemos que salir al aeropuerto en media hora, compraremos lo que necesitamos allá así que no hace falta que empaques.

—Está bien, me parece algo repentino, pero sinceramente me gustaría salir de aquí un tiempo —Los dos salieron hasta el aeropuerto y viajaron hasta Canadá donde Byron alquiló una casa para los dos, también estaba Gustavo y toda su seguridad por las dudas.

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—Es muy hermosa, me encanta la vista que tenemos desde aquí. Gracias por traerme. —dice ella con una sonrisa, estaba feliz de poder tener unas vacaciones tranquilas junto a Byron.

—Estoy feliz de que te guste la casa, no estaba seguro.

—¿Salimos a caminar un rato? —pregunta ella y lo toma de la mano para salir, recorrieron el alrededor juntos, ambos estaban tranquilos y habían empezado a llevarse cada vez mejor.

Pasaron una semana entera paseando y pasando tiempo juntos, la verdad es que Byron no estaba de vacaciones, simplemente le dijo a su padre que se iría con su esposa un mes y que Alexander se haga cargo de todo ese tiempo. Quería sacar a su esposa para que se relajara y al parecer funcionó, porque hasta ahora no había tenido ni una sola pesadilla y se la notaba feliz de ver nuevas cosas.

—Samara, ya pasaron dos semanas desde que vinimos a Canadá y me di cuenta de algo muy importante en este tiempo, así que quiero que lo sepas —Byron estaba muy nervioso al confesar lo que iba a decir.

—Dime Byron, te escucho —contesta con una sonrisa

—La verdad es que quiero que intentemos ser una pareja de verdad, que dejemos a un lado el contrato que tenemos, seguirá intacto, pero me gustaría que probemos estar juntos, si tú quieres claro.

—Esto... ¿Realmente es lo que quieres? ¿O solo quieres acostarte conmigo?

—No es así, de verdad quiero tener una relación contigo, te prometo que serás la única mujer en mi vida, quizá podamos sacar algo lindo de este acuerdo. —contesta con sinceridad, estaba dispuesto a hacer lo que sea por ella, no estaba seguro de amarla, pero en esas dos semanas se dio cuenta de que sentía algo por ella.

—Está bien, creo que podríamos intentar tener una relación juntos... podría funcionar —Samara en realidad no estaba para nada segura de empezar una relación otra vez con alguien, era muy reciente todo lo que pasó con Alexis, pero quería intentarlo, quizá solo era para no pensar en todo lo que pasaba por su cabeza.

—Me haces muy feliz Samara, prometo no decepcionarte nunca, gracias por darme una oportunidad —Él se mostró feliz por lo que Samara se sentía algo culpable, ella no sentía nada por él, ¿Cómo podría enamorarse de la nada?

Luego de esa confesión, Byron la llevó a cenar y volvieron muy tarde a la casa donde tomaron un poco de vino y se fueron a la cama, ya estaban durmiendo cuando parece que alguien se despertó al su dueño tener otro sueño con Samara. Ella se sorprendió y se rio de la situación otra vez y sinceramente estaba con algo de abstinencia, ahora que eran no estaría mal lo que iba a hacer... además había tomado un poco de más antes de acostarse, así que actuó son pensar. Se deslizó por la cama hasta estar frente el miembro duro de su esposo y lo dejó expuesto sin que él se despertara aún y sin rodeos lo metió en su boca causando un gruñido en el hombre quien abrió los ojos y se sorprendió de lo que estaba pasando, pero no pudo negarse en absoluto, luego de un rato él ya estuvo satisfecho y tiró a su esposa en la cama para comenzar a besar su cuello, bajando al abdomen y cada vez más y más hasta llegar a su parte más sensible donde se encargó de complacerla tal y como ella lo había hecho momentos antes. La situación terminó ahí porque Samara ya no quiso seguir avanzando por el alcohol, prefería estar sobria para eso.

—Buenas noches, cariño —Dijo Byron abrazándola para dormir otra vez, pero sinceramente no podría dormir después de lo que había pasado.

—Buenas noches

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