Continuación de la historia "Una vida llena de misterios y fantasías".
Feng Bao-Liang una pequeña princesa fue bendecida por un misterioso ser sobrenatural que los hombres apodaron el "Gran Dios Fénix". Y así un pequeño pueblo se convirtió en un gran imperio, abasteciendo a los ciudadanos de toda la fertilidad de la tierra.
pero...¿Por qué? nadie lo sabía...
Cuando la princesa nació, el gran fénix se presentó y la nombró como tesoro imperial.
El tiempo pasó y la princesa creció junto a su hermano mayor.
Todo parecía ir de maravilla hasta que la guerra se desató; entonces las cosas cambiaron...la vida de la pequeña princesa cambió completamente.
Ahora ella debe proteger a su imperio, buscar el porqué ese fénix la cuida y le enseña a controlar su maná espiritual sin pedir nada a cambio...¿Logrará Bao-Liang encontrar respuestas antes de lo inevitable? Porque después de todo un destino cruel le espera..
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Capítulo 19: Normalidad.

El ministro Fei junto a otros hombres al saber que el ejército por quien habían apostado fue derrotado, no tuvieron más remedio que atrasar su plan.
Parecía que el futuro del imperio no volvería a ser perturbado.
Todo parecía seguir su curso. La fiesta en honor al emperador y generales se celebró sin inconvenientes.
Por orden de los monarcas se le confirió el título de capitana Feng a la pequeña niña que los había ayudado en la batalla, los ministros sin sospechar nada aplaudieron y dieron palabras de agradecimiento a la nueva capitana que no había asistido al banquete, pues estaba custodiando la ciudad de la frontera por si los enemigos decidieran volver.
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Mientras tanto, en la ciudad de la frontera. Feng Bao-Liang practicaba tiro al blanco bajo la nieve junto a su tío, el general Wei hermano de la emperatriz.
— Debes asegurarte de observar bien al objetivo antes de...y diste al blanco.—
Comenta por último el joven sonriendo, aunque había escuchado de parte de su hermana sobre las grandes habilidades de la pequeña princesa, no podía evitar sorprenderse de lo grandiosa que era ella.
— ¡Un conejo! ¡Mira! ¿Puedes darle desde aquí!?—
Curiosea él, tratando de averiguar hasta donde puede dar la puntería de su sobrina. Bao-Liang duda unos segundos al ver el pequeño animal a varios metros de distancia, pero siendo una Feng jamás dará un no sin intentarlo. Levanta el arco y apunta hacia su nuevo objetivo.

Unos segundos después la flecha vuela en dirección al animal cortando el aire y creando un sonido agudo. Y entonces otra flecha le sigue, la primera compacta al frente del conejo sin darle tiempo de correr hacia el bosque y la otra atraviesa su estómago. El general sonríe ligeramente al ver esto.
— Iré por él. —
Menciona ella corriendo hacia el conejo que había caído entre las ramas secas. Aún cargando su arco y flechas.
— Con cuidado. —
Responde el otro levantando la flecha que la niña dejó en el proceso para después seguirla.
Bao-Liang corre entre la nieve en busca del animal esperando no haberle hecho daño.
— Humanos insolentes, se atreven a atacarme
como si fuera un animal de caza. —
La niña se detiene observando como el pequeño conejo sacudía su cuerpo sin parecer herido.
— ¿Demonio? —
El conejo se da la vuelta al escuchar el murmullo detrás de él.
— Humana... ¡Un humano! —
El pequeño intenta correr, pero se termina resbalando, sus patas intentan buscar algo a lo que agarrarse.
— No soy un peligro, ¡No corras! —
Bao-Liang le sigue resbalando en el proceso, ahora dos pequeñas bolas caen sin lograr sostenerse de algo.
...
Por otro lado, estaban tres desconocidos espiando a la pequeña niña, pero por un descuido terminaron perdiéndola de vista.
— Su alteza, no la veo por ningún lado. —
— Búsquenla, ¿Cómo es posible que una niña de 12 años se les escape de los ojos? —

— Los humanos son tan problemáticos. —
Agrega en voz baja el joven buscando con la mirada a la niña.
Un sonido entre las ramas alerta a los guardias quienes se dan la vuelta y desenvainan sus armas listos para luchar con aquel ser. Otro sonido vuelve a escucharse esta vez siendo un pedazo de la nieve cayendo frente a ellos.
— ¡Cuidado! —
La voz de la desconocida hace que los hombres se tensen, segundos después el cuerpo de la pequeña niña cae al pie del caballo del joven y este retrocede sorprendido.
— Su alteza, es ella. —
Murmura el hombre mayor cerca del joven.
Los guardias de inmediato la rodean y la apuntando con las espadas. Bao-Liang quien apenas se reincorpora y procesa lo que sucede, solo observa a los soldados. El pequeño conejo salta sobre el regazo de la niña y se esconde entre sus brazos buscando protección.
— Mátenla, es un peligro para los planes de nuestro señor. —
Ordena uno de los hombres que acompañan al joven de túnica blanca.
— Demonio. —
Dice Bao-Liang mirando en dirección al joven del caballo. Este por su lado abre ligeramente los ojos, sorprendido de que una simple humana haya logrado ver a través de su disfraz.
— Mátenla. —
— Deténganse. —
— Pero su alteza, ella interfiere en los planes de su majestad, el emperador. —
— Es una orden. —
Levanta la mano el joven para después bajar de su caballo y caminar hacia la niña.
— ¿Demonio? —
Pregunta inclinándose a ella.
— Tú eres un demonio. —
— ¡Cómo te atreves! ¡No sabes con quién estás tratando niña!. —
Exclama molesto el hombre detrás de él.
— Suficiente. Todos atrás. —
— Pero su alteza, el emperador ordenó...—
— He dicho atrás ¿Acaso estás retándome? —
Los ojos del joven se oscurecen al voltearse a mirar al hombre. Los soldados retroceden al igual que el otro hombre.
— ¿Cómo lo sabes? —
Le pregunta a ella con amabilidad.
— ¿Acaso no es cierto? —
Cuestiona la niña apretando el pequeño conejo en sus brazos sin inmutarse ante el peligro al que se enfrenta.
— Eres interesante, aunque sigues siendo una humana y yo odio a los humanos. —
— ¿Por eso trabajas para uno? —
Replica Bao-Liang mirándolo fijamente, el joven sonríe ligeramente.
— ¿Cuál es tu nombre? —
Vuelve a preguntar ella.
— ¿Mi nombre? ¿Cómo podría llamarse un demonio de flor de loto? —