Tres chicos... Una chica... Un amor... Una venganza...
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-Por favor colóquense el equipo de protección -dice una chica de manera amable mientras nos entrega a cada una de nosotras una caja -Una vez que estén preparadas las esperamos en la zona azul
Tomo la caja y voy a uno de los vestidores lo suficientemente grande como para no sentir que te asfixias, no me cuesta nada calzarme con todo el equipo y salgo preparada para dar lo mejor de mi. Nadie me va a humillar y menos un tutor que duda de mi capacidad mental y física.
Soy la primera en salir del resto de las chicas, miro a mi alrededor con curiosidad, es claro que han invertido gran parte de los recursos en este espacio, esta perfectamente equipado, hay dos chicas que están en la famosa zona azul, una de ellas es la chica amable que nos entrego los uniformes, mientras que la otra esta completamente absorta en la tabla que tiene entre sus manos, sujeta con mucha fuerza el bolígrafo y garabatea cosas que no alcanzo a mirar desde la distancia que nos separa.
La chica alta y delgada que iba a competir contra mi se pone a mi lado.
-Las protecciones de tus manos no están ajustadas -le susurro bajo para que no vayan a descalificarla por un error pequeño
-Bien, ¡Ya estoy aquí! -dice una voz aguda y un tanto chillona -Empecemos con esto, ¿Qué tenemos aquí?
La otra chica que es nuestra competencia llega corriendo hacía nosotras, pero sus agujetas le juegan una mala pasada, se pisa por error trastabillando y provocando que termine en el piso, golpeando su rostro duramente contra el suelo.
-Fuera de aquí -dice la chica que acababa de llegar, aquella de la voz chillona
-Pero...
-Fuera, la puntualidad es lo principal en un atleta de alto rendimiento, si ni siquiera eres capaz de abrochar las agujetas de tus zapatos, dudo mucho que puedas tener siquiera habilidades primitivas motoras básicas
La chica se va, humillada con las lágrimas brotando de sus ojos.
Miro bien a la chica, con un detenimiento exhaustivo y es cuando caigo en cuenta, no es nada más y nada menos que
-Soy Kacey, líder del equipo femenil de esgrima por dos años consecutivos, he traído a nuestro maravilloso plantel desde el concurso de olimpiadas universitaria dos medallas de oro en estatal, dos del campeonato nacional y dos medallas de plata en el internacional, soy perfectamente capaz de reconocer el talento con solo verlo
Una sonrisa enorme y resplandeciente de dentadura blanca se abre paso.
-Y además soy la chica más afortunada de tener al novio más guapo de toda la universidad, mi Aslan
El pelirrojo, posible líder (según mi teoría) del famoso grupo de Triple A.
-Capitán del equipo masculino de esgrima, ganador de medallas de oro en los tres niveles desde 2 años consecutivos, invicto hasta el final -dice con orgullo Kacey -En fin, tú -señala a la chica a mi lado -Fuera
-¿Por qué?
-No eres competente
-Ni siquiera me has dejado...
-No se hace falta, tu complexión no es buena, estás en una postura nada favorable y si necesito humillarte más para que salgas de mi vista, déjame aclararte que ni siquiera eres capaz de colocar tu equipo de protección de manera correcta, las protecciones de tus manos están mal ajustadas, ¿Cómo piensas sostener una espada con eso? Eres una vergüenza para el esgrima
-Eres insoportable Kacey
-A eso se le llama envidia querida -dice complacida por las emociones que provocaba en las chicas que eran aspirantes -Suerte en el ajedrez, supongo que tendrás más lugar entre gente con tu... -señala toda su persona -Ser
La chica se va más que furiosa, arrojando los protectores al piso y pasándoles por encima.
Ahora la atención de la víbora estaba puesta sobre mi, pero no lograba intimidarme, conozco perfectamente la actitud de diva de sobra y se perfectamente como lidiar con ella.
-Yo a ti te conozco -dice mirándome de arriba abajo -Tú estabas en la fiesta hablando con mi novio
-Lo recuerdo -le digo con voz neutral, sin mostrar ninguna expresión
-Fuera
-No
-¿Cómo dijiste? -dice parándose frente a mi
-No me iré
-Fuera
-No
-¿Por qué te rehúsas? No eres apta para mi equipo
-Ni siquiera me has visto en un asalto -la miro con frialdad -No he llegado tarde, tengo el equipo de protección perfectamente calzado, ¿Cuál es la razón por la que me estas echando?
-¿Tienes mala memoria? -Dice riendo con amargura y cinismo -He dicho en mi discurso que puedo reconocer el talento cuando lo veo
-Lo dudo mucho, porque si así fuera me estarías cediendo tu puesto como líder del equipo femenil de esgrima
-¿Quién demonios te crees para hablarme de esa manera tan altanera e irrespetuosa? ¿Acaso no sabes quien soy?
-Una niña mimada que trata a los demás como le plazca, que disfruta humillando a las personas, que va por la vida presumiendo de sus míseros logros para causar nerviosismo en las personas, para que cometan cualquier mínimo error y poder justificar su carácter despreciable
Me mira llena de rabia, con la cara roja por el enojo que va en aumento con cada palabra que sale de mi boca, ni siquiera estoy segura de que la enfurece más, el hecho de que mis palabras son afiladas y están hiriendo su patético orgullo o que sus tácticas no están funcionando conmigo, lo que provoca que este quedando en ridículo con sus dos amigas que están detrás de ella con las caras desencajadas y los ojos desorbitados por la impresión de que alguien la este poniendo en su lugar, aquel al que pertenece.
-Eres una... maldita perra insolente, sobre mi cadáver quedas en el equipo
-¿Quieres apostar? -le digo alzando una ceja
-No tienes poder en absoluto, la líder soy yo, he sido campeona dos veces a nivel nacional, no hay nadie mejor que yo
-Eso es mentira -le digo riendo -Porque has ganado dos veces la plata en el internacional, significa que no eres la mejor y creo que el error más grande que puede cometer la universidad es darte una tercera oportunidad para traer nuevamente la plata, cuando pueden otorgarle tu puesto a alguien competente que les asegure el oro
-¿Te crees mucho no, lengua floja? -Dice mientras me agarra con fuerza de la chaquetilla y me pega más hacia ella
-Me creo lo que soy -le digo sin inmutarme
-Voy a hacer que te tragues todas tus malditas palabras, maldita perra
-Adelante, estoy lista, pero tú creo que no -le digo con una risa que la hace enfurecer aún más -No te veo con tu traje de protección puesto, líder de segunda -me burlo descaradamente de ella a milímetros de su asqueroso y despreciable rostro
Me suelta con brusquedad tratando de aventarme, pero no logra moverme de mi sitio, toma una caja con un traje de protección nuevo y va a los vestidores para cambiarse y enfrentarme.
-Acabas de firmar tu sentencia de muerte -dice la chica amable
-No sobrevivirás, iré por la enfermera y el botiquín de primeros auxilios -dice la otra mientras se aferra con la tabla
-Ve, tu amiga lo va a necesitar -digo mientras voy con seguridad por mi careta y mi espada de esgrima