Si te dijera que los momentos son solos instantes de tiempos que se quedan grabados en tú memoria y solo eso ¿Me creerías?
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Capítulo: Descubriendo su identidad
Día 19 de Diciembre
Mario Benedetti: “Y no digas que no te quise, porque intenté eentender hasta cuando me lastimaste”.
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Michael se encontraba detrás de la barra, preparando algunas bebidas, cuando ella hizo su aparición. A pesar de que ambos no lo deseaban, el ambiente entre ellos se había vuelto tenso y el silencio predominaba en el lugar.
Él no sabía cómo iniciar una conversación, así que decidió preparar una bebida dulce con bajo contenido de alcohol para ella.
—No soy un experto en cocteles, pero esta es una de las más sencillas— comentó mientras le ofrecía una copa.
—Gracias— respondió ella, evitando mirarlo directamente.
Pasaron algunos minutos en esa atmósfera incómoda hasta que Michael recordó el álbum de fotos que había visto en su apartamento.
—Me había olvidado de preguntar sobre el álbum de fotos— comentó con curiosidad.
—Es del mismo año escolar y de la misma preparatoria en la que estudié. Me intriga, no sabía que tenías algún familiar que había cursado conmigo— respondió.
—Ah, sí— dijo, evitando responder directamente a la pregunta.
—Entonces, ¿tienes más hermanos? — insistió Michael.
—¿Por qué tantas preguntas? ¿Qué te genera curiosidad? — replicó.
—No es nada en particular, solo me pareció extraño que la portada del álbum estuviera cubierta con un papel negro, como si el propietario no quisiera ser identificado. Además, solo pregunté porque pensé que podría haber sido un buen compañero de preparatoria— explicó mientras se encogía de hombros.
—Te has respondido a ti mismo; esa persona no desea ser identificada. —
—Bueno, ahora tengo más curiosidad. Al menos me debes eso; revelame el secreto— dijo en tono burlón, pero la reacción de Rayla no fue la que él esperaba; su rostro reflejaba molestia y resentimiento.
¿Qué había dicho él? Simplemente había intentado aligerar el ambiente, ya que la dinámica entre ellos había cambiado drásticamente.
—No te debo nada, Michael. ¿Para qué quieres saberlo? En realidad, no te importa quién es la dueña del álbum; nunca te ha importado. Así que no intentes hacerte el curioso ahora. —
—¿De qué hablas? Solo estaba bromeando; nunca fue mi intención molestarte. Pero ya que estamos en esta conversación, ¿quién es la dueña y por qué te incomoda tanto la pregunta? — Él se sentía algo frustrado por su reacción, pero ella había mencionado que la dueña del álbum era una mujer, y no iba a dejar pasar esa oportunidad.
Ella soltó una risa vacía y sin emoción, reflejando más amargura que felicidad mientras miraba fijamente a Michael.
—Realmente no me reconoces, ¿verdad? —dijo, mostrando una expresión de dolor.
—¿De qué hablas? ¿Cómo podría reconocerte si nunca nos hemos visto, Rayla? —respondió, dejando caer su vaso de licor mientras se acercaba a ella.
—No, mmm... no te acerques —replicó ella, retrocediendo y estableciendo distancia entre ambos.
—Quizás pienses que estoy loco, pero nunca había conocido a una mujer llamada Rayla Harper, y mucho menos te había visto antes— dijo, intentando recordar a alguien con ese nombre, pero no lograba evocar nada.
—No había ninguna estudiante con tu nombre en la preparatoria. No sabía quién eras hasta hace poco. Tal vez me estás confundiendo— respondió.
—Estudiamos juntos, Michael, pero es evidente que no me vas a recordar— replicó ella, cerrando los ojos y sonriendo con ironía hacia sí misma.
—Las personas pueden cambiar de nombre y mejorar su apariencia, pero siempre queda un mínimo rastro de la persona real. Si realmente hubieras considerado importante nuestra conexión, me habrías recordado desde el primer instante en que me viste—
Michael se encontraba confundido; su mente no lograba recordar haber visto a Rayla antes de aquel día en que la vio a través del ventanal. Para su sorpresa, ella lo conocía desde la preparatoria y el álbum que tenía en sus manos le pertenecía. Esa revelación lo dejó atónito. ¿Quién era realmente ella?
—¿Puedes decirme quién eres? No soy adivino, Rayla —preguntó él.
—Está bien —respondió ella, sentándose a una distancia considerable y cruzando las piernas. Su expresión era fría y reflejaba rencor hacia Michael.
Él nunca había presenciado tanto odio en la mirada de alguien. La mujer que tenía frente a él no era la misma que había conocido en las últimas semanas. Se mostraba distante y frívola, como si no tuviera ningún sentimiento hacia él. El ardor que había mostrado horas antes se había desvanecido.
—Te daré una pista, y depende de ti recordar quién soy —dijo ella con desdén.
》Siempre ocupaba los asientos frontales y era una de las estudiantes más destacadas en el aula.
Michael entrecerró los ojos, intentando recordar a sus antiguos compañeros de clase basándose en la apariencia actual de Rayla, pero no lograba evocar nada. Ella había mencionado que se había cambiado el nombre y se había sometido a una cirugía estética en el rostro, lo que complicaba aún más su recuerdo.
Había varias chicas inteligentes y sobresalientes en la clase, pero él solo había tenido una relación con una de ellas.
De repente, sus ojos se abrieron con sorpresa y su respiración se volvió entrecortada al recordar un desliz que había tenido en el pasado, cuando aún estaba con su novia.
—"Eres Bella", dijo, sintiendo su garganta seca y su corazón acelerado.