El CEO Odia A Los Omegas

POV Ethan

El aroma del café me ofrecía un refugio temporal mientras mi corazón latía con fuerza, preparándome para compartir mi carga con Jacob. Sentados en un rincón apartado, me estaba enfrentando a la idea de revelarle qué era a la persona en quién más confiaba, esperando poder quitarme un peso de encima.

-¿Qué pasa Ethan? Estás perdido en tu mundo.- Dijo Jacob, con una voz preocupada, lo que solo me recordaba que ya no podía seguir guardando tanto para mí mismo.

Inhalé profundamente, reuniendo el coraje para abrir mi corazón, esperando que Jacob no se molestara conmigo por haberle ocultado esto tanto tiempo.

-Hay algo que necesito decirte, no ha pasado tanto desde que lo sé, pero igual…-

-Ethan, siempre te guardas todo y sabes que me puedes decir lo que quieras.- Jacob me miró con seriedad, preparándose para escuchar lo que tenía que decir.

Con un nudo en la garganta, asentí.

-He estado tomando inhibidores… Pastillas para suprimir mi condición de omega, desde aquella vez que me llevaste al médico.- Dije notando la sorpresa en los ojos de él, pero antes de que me pudiera decir algo, continué con mi confesión. -Y lo peor de todo es que me gusta mi jefe.- Dije esto último con un susurro angustiado, cargado con emociones que habían estado pesando sobre mí durante ya bastante.

Jacob se quedó en silencio unos segundos, procesando lo que acababa de decir.

-Yo… lo siento mucho, Ethan. Debe ser increíblemente difícil…-

Asentí, sintiéndome ligeramente más aliviado al confesar ese “secreto” que le había ocultado.

-Es como si… si el destino se estuviera burlando de mí. El odia a los omegas, y es gracias a él que me volví uno, pero ahora al serlo, no tengo ninguna posibilidad... Bueno, probablemente nunca la tuve.- Suspiré desanimado.

Comenzaba a recordar los pequeños momentos donde pude sentir esa leve cercanía hacía el alfa, pero ahora todo eso se volvía y sentía más y más lejano. Volvía tomar aire para continuar.

-De verdad no ayuda en absoluto que parezca que Alexander odia a los omegas. Lo he visto con mis propios ojos rechazar sus feromonas, alejándose de cualquier rastro de ellos.- Dije sintiendo amargura en mi boca, recordándome lo gruesa que se volvía la barrera invisible entre Alexander y yo debido a mi casta.

-Lo siento Ethan, no me imaginaba que pasabas por todo esto desde ese día…- Dijo Jacob, haciéndome sentir una ola de empatía que fluía hacia mí. El me abrazó, se sentía reconfortante y me recordaba que a pesar de todo, no estaba solo.

-Gracias por escucharme, y seguir siendo mi amigo. Significa mucho tenerte cuando siento que en cualquier momento la vida me dará una patada en la cara.- Reí apenado, pero feliz en el fondo, a pesar de las emociones negativas.

Con esas palabras, una sensación de alivio se extendió en mi interior, recordándome que a pesar de todo, Jacob siempre estaría ahí, como siempre lo había estado, y que fui un tonto al no haber sido capaz de decirle esto desde un principio, él era mi hermano.