El Demonio Que Se Enamoro Del Ángel

La fiesta fue por demás aburrida para la joven, quien no podía disfrutar de una charla inteligente con ningún muchacho y mucho menos con alguna otra joven. Al parecer solamente ella tenía esas ideas locas de experimentos e investigaciones.

Su hermano había estado atento viendo como ella se desenvolvía en la noche y terminó suspirando al ver que se dirigía, como siempre en todas las fiestas, sola hacia el balcón. Decidió caminar tras ella y contemplarla un rato mientras miraba la media luna que se dibujaba en el oscuro firmamento con varias estrellas cerca.

¿Otra vez sola?- la joven se sobresaltó del susto o quizás esperaba pasar, aunque fuese una sola vez, desapercibida de la mirada de su familia.

Lo lamento mucho hermano, pero sinceramente este lugar no es para mí- dijo apenada agachando su cabeza, muchas veces deseaba con todas sus fuerzas no sentirse tan fuera de lugar, pero eso era imposible.

Lo sé, galadriel, pero en serio ya es hora de que dejes todo eso de lado y te concentres en buscar con quien compartir una vida- le dijo acercándose a ella para depositar su mano en su hombro.

Supongo que quedarme sola no es una opción para ustedes ¿verdad?- unas lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Su hermano se percató de esto y gentilmente con su pulgar se las iba retirando.

Hermana, en verdad quiero verte ser feliz, debes dejar de espantar a todos los pretendientes que se acercan, eres hermosa e inteligente, pero lamentablemente lo segundo no es una cualidad en este lugar y si sigues por ese camino, mi pequeña hermana, terminaras sola y eso no es bueno. Prefiero que seas tú quien encuentre alguien a quien querer, antes de que nuestro padre te obligue a casarte con quien venga- le dijo preocupado, algo que ella no sabía, era que su padre estaba tan preocupado por el futuro de su hija, que había estado arreglando citas a sus espaldas para buscarle un buen candidato.

No quiero ser una de esas mujeres que solamente obedecen a sus maridos y no son capaces de opinar por sí mismas, mamá no me enseñó eso ¿por qué les cuesta tanto entenderme?- dijo llorando aún más fuerte.

Ya basta, mamá no está aquí para seguir encubriendo tus caprichos o consigues un esposo por tu cuenta o papá encontrará uno a tu altura- le dijo serio, a veces no se podía razonar con ella y eso le daba diversos dolores de cabeza. Su madre había metido ideas extrañas en su hermana y al final se había muerto sin decirle que no eran más que eso, simples ideas o al menos era lo que quería creer.

Se adentró nuevamente a la fiesta sin mirar hacia atrás, donde había dejado a su hermana en shock, pues en sí, jamás le había gritado de esa manera ni tampoco le había dicho esas cosas. Él solamente quería lo mejor para su hermana y deseaba con todo su corazón que no pasara sola el resto de su vida, pero algo que sabía muy bien Galadriel era que a menos que encontrase con quien compartir todo ese amor por la alquimia, nadie jamás podría llenarla.

En la oscuridad de aquel balcón, alguien Había escuchado la conversación sin ser notado, lentamente se fue acercando a la muchacha que aún estaba de espaldas viendo la luna y sin percatarse de otra presencia.

Buenas noches, señorita- dijo aquel misterioso muchacho.

Hoy están todos dispuestos a asustarme, buenas noches, joven- dijo ella sin siquiera voltear a verlo.

Lamento haberme aparecido de esta manera, sobresaltando su corazón, pero lamentablemente escuché la conversación que acabó de tener con su hermano y si me permite inmiscuirme, creo que a veces lo mejor es encontrar con quien compartir aquello que amamos y no tener que olvidarnos de ello- le dijo haciendo que ella voltease a verlo. había algo en aquel joven que le resultaba conocido, pero no podía descifrar lo que era.

Eso mismo pienso, pero al parecer el que las mujeres sean seres pensantes les molesta mucho a los hombres de este lugar y yo no puedo ir en contra de mi naturaleza- dijo agachando su cabeza.

Y espero que jamás lo haga, tome esto es para usted, me gustaría volver a verla sonreír- le dijo entregándole un anillo, el cual ella tomó sin pensar.

¿Nos hemos visto antes?- pregunto mirándolo a los ojos.

Solo en una ocasión, hace mucho tiempo atrás- le contesto y luego se marchó, dejándola allí sola con sus propios pensamientos.

Por alguna extraña razón, galadriel sentía que conocía al joven desde hacía mucho tiempo, pero estaba segura de que jamás en su vida lo había visto. Sin embargo, dentro de ella había un sentimiento como de protección para con ese muchacho. Se quedó un rato más admirando la luna y disfrutando de la soledad del balcón de aquella gran mansión donde se llevaba a cabo la fiesta. A cada rato miraba el anillo que el joven le había dado y no dudó en colocárselo. En el momento en que lo puso en su dedo anular, miles de historias vinieron a su mente, como fotos de momentos, recuerdos de otra vida. Sintió que el suelo se movía, que todo a su alrededor se movía y de no ser por qué su hermano se acercó a ella y la atrapó, seguramente hubiese terminado en el piso.

¿Quién era el joven con el que hablabas?- preguntó en tono enojado, pues él había visto solamente su espalda y estaba seguro de que jamás lo había visto en esa ciudad, ni en ninguna otra reunión social que se había realizado.

No lo sé hermano, pero no me siento muy bien ¿podemos regresar a casa?- pregunto aún medio mareada.

Si claro, iré por el carruaje, caminemos despacio hasta la salida y por favor dime que no bebiste vino- le pregunto acercando su nariz a su boca para comprobar que su pequeña hermana no había bebido nada de alcohol.

Claro que no tonto, sabes que no me gusta- le dijo en tono enojado.

La saco de aquel lugar sin que nadie hiciera un escándalo por eso, no era bueno que pensaran que aún siendo una joven pulcra, bebía demasiado hasta emborracharse. Mientras la ayudaba a subirse en su carruaje y se marchaban derecho hasta su casa, alguien en las sombras veía con una sonrisa en el rostro aquella escena.

Quizás padre no puede venir a verte, pero al menos querida madre, pude entregarte el anillo para que guarde tus recuerdos- dijo Logan, quien a espaldas de toda su familia, había averiguado con ayuda de su tío Asrael donde se encontraba su madre.