En esta nueva obra veremos la vida de Dominica, un hombre frío y calculador, a quien la vida le ha marcado desde su infancia dejando cicatrices casi imposible de borrar. Tessa llegará a su vida para demostrarle qué no todo en la vida está planeado, ella le enseñará la belleza del verdadero amor.
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Capítulo 19 La boda
Narra Tessa
− Eres muy cordial con el – es la voz de Dom en mi espalda
− Soy amable con los que lo merecen y los que no, simplemente reciben el mismo trato que me dan – respondo con arrogancia
− ¿no merezco tu amabilidad? – pregunta Dom
− ¿tú me das la tuya? – respondo con otra pregunta
− De mi parte para ser amable con alguien primero debo tener un mínimo de confianza en esa persona y tú no te lo has ganado señorita Wilson – responde enarcando una ceja
− ¿a no….?, tal parece que si he hecho algo para ganarme tu desconfianza – trato de ir al meollo del asunto
− Solo no confió en las mujeres porque son seres muy volátiles y emocionales, y según su estado de ánimo pueden cautivarte o clavarte el puñal por la espalda – menciona con desprecio
− ¿acaso yo lo he hecho contigo?, no sé qué clase de mujeres estas acostumbrado a tratar, pero yo no soy esa clase de mujer Dominic Devil – vocifero furiosa
− ¿no? Entonces que hacías con el imbécil de Joel en tu casa la noche que te deje en tu casa después de cenar con mi familia – indaga con molestia
− ¿me estas vigilando? – pregunto molesta
− Serás mi esposa, ¿crees que te dejare hacer lo que te venga en gana y hacerme quedar como un cornudo? – grita furioso
− Las cosas no son como tú las crees, te aclaro de una maldita vez que no quiero un marido controlador y posesivo que quiera imponerme las cosas, vamos a convivir y de verdad espero que lo hagamos de maneras más armoniosa o de lo contrario es mejor no casarnos – le digo furiosa
− Si tú lo quieres así, no tengo problemas, ya mismo llamo a mi asistente y le ordeno que cancele todo lo relacionado con tu padre, pero te advierto, está a unos días de comenzar con su campaña, ¿crees que a estas alturas conseguirá el patrocinio o el dinero suficiente para su campaña electoral? – me amenaza
− ¿me estas amenazando? – pregunto furiosa
− No Tessa Wilson, yo no amenazo, yo afirmo y cumplo, no tengo 20 años para andar jugando con niños, las cosas son o no son, así de simple, así que decídete de una put4 vez que no tengo todo el día – espeta mientras se aleja
− ¿A dónde vas? No hemos terminado de hablar – le grito muy molesta
− No quiero, ni tengo tiempo para perder discutiendo con princesitas caprichosas y remilgadas, así que te dejo sola para que lo pienses, si decides seguir con esto, puedes ir a mi habitación y ponerte el sencillo vestido que te compre para la ocasión, si en cambio, decides no seguir ya sabes donde está la puerta – me habla con prepotencia para al final señalar la puerta de salida
− ¡maldito infeliz! – le grito mientras me da la espalda
Me dejo caer en el sillón cansada y furiosa, mientras un mesero me ofrece una copa de licor, acepto para que me ayude a menguar la ira que me carcome. Cierro mis ojos y cuento hasta 100, porque hasta diez no da, reflexiono un poco y luego pregunto donde está la dichosa habitación, uno de los hombres me lleva hasta ella, abre la puerta y me indica que debo bañarme y luego vestirme, que en la habitación hay maquillaje, ropa nueva y que el vestido de “novia” está en el armario colgado en su empaque.
Cierro la puerta y observo el suntuoso lugar, para luego ir al baño en donde veo todo dispuesto, dos toallas, una blanca y una negra, creo la mía es la blanca, hay dos cepillos eléctricos y hay uno totalmente nuevo, así que asumo que ese es el mío, también veo diferente elementos de aseo y cosméticos para mí, los cuales también están nuevos, decido comenzar a llenar la bañera y adicionar unas cuantas esencias, me sumerjo en el agua y me quedo dormida por algunos minutos hasta el golpe en la puerta me despierta
− No era el día de tomarte un baño de reina, princesita – es Dom hablando con sarcasmo, veo que quiere seguir la discusión, pero no estoy de ánimos para luchar, hoy es un día decisivo y debo afrontarlo con la mejor cara
− Salgo en un minuto – bufo
Me levanto y tomo mi toalla, seco mi cabello y voy directo al armario, en donde veo la hermosa y sensual ropa interior de encaje, me la pongo y tomo el vestido para contemplar su hermosura, dentro de lo que veo este imbécil tiene muy buen gusto
− ¿Es adecuado para ti? – me sobresalto al escuchar la voz de Dom detrás de mi
− Maldito imbécil, me asustaste – espeto mientras pongo mi mano en mi pecho en señal de descanso
− ¿te gusta? – me pregunta con su maldita voz ronca y jodidamente sensual que provoca en intimidad una sensación indescriptible, lo veo acercarse y mi corazón se acelera de los nervios haciendo que mi respiración aumente y obliga a mi pecho a subir y bajar con el ritmo veloz de cada latido
− ¿puedes salir? Por favor…, estoy sin ropa – le suplico mientras el me observa y barre mi cuerpo con sus ojos
− No me interesa lo que veo, estes con o sin ropa, no eres mi tipo de mujer – responde tosco y se va
Sale de la habitación y cierra la puerta dejándome aún más molesta, pero no sé si es por lo que dijo o por lo que me hizo sentir solo con hablar y mirarme, maldita sea, no puede ser ¿será que me gusta Dominic Devil? Eso no puede ser, pero de no ser así, porque demonios me siento así, con Joel nunca me sentí de esta manera, lo quería o lo quiero aun, pero nunca en toda nuestra relación me sentí así de perturbada y excitada solo con su voz y su mirada. Remuevo mi cabeza y golpeo mi frente para volver a mi cordura.
Luego de varios minutos ya estoy lista, con mi cabello seco y con mi vestido nuevo, salgo y voy hasta la sala, en donde está Dom con sus gorilas y el funcionario público que nos casara
− Debemos firmar las cláusulas de nuestra unión – habla Dom, haciendo referencia a mi última condición, la cual era que nos separamos en un año y que cada uno seguirá con sus bienes, ninguno pedirá dinero o propiedad del otro a la hora del divorcio
perfecto, dame el lapicero – le solicito y firmo
luego procedemos con la formalización de nuestra boda civil, nadie nos felicita, nadie dice nada, solo se limitan a ser espectadores inertes, Dom hace destapar una botella de vino y procedemos hacer un brindis simple y sin gracia.
En cuestión de minutos ya todos se han ido y solo quedamos Dominic y yo
− ¿ahora qué? – le pregunto mientras el aun está tomando su copa
− Ahora solo queda hablar con nuestras familias y para eso organice una cena hoy en la mansión del abuelo, tus padres ya están enterados – cuenta su plan con despreocupación mientras que yo siento que todo me tiembla
− ¿todos…? – pregunto aun incrédula de lo que se me viene encima
− Así es – responde
− ¿Por qué no me dijiste? Tienes que dejar de tomar las decisiones a tu conveniencia – reprocho furiosa y voy a la habitación para quitarme este vestido.