Devon (Editando)

~Aria~

Abro los ojos, parpadeando una vez, dos veces y siento un pinchazo en mi cien.

—Auch... Qué rayos... —al fin puedo enfocar mejor mi vista, y es cuando la veo— Mar.

— Mi querida autora, mi bella durmiente... no sabes las ganas que tenía de conocerte, tu última novela eclipsó completamente las otras. Ummm quizás fue el destino que me hizo conocerte antes, allí... ¿Me recuerdas? —se acerca sigilosa, como una depredadora, intento moverme pero malditamente no puedo. Mis manos estan atadas una cada extremo de la cama, con cuerdas firmes e inamovibles.

— ¿Dónde Estoy? —pregunto mirando alrededor.

— Estas en tu torre bella durmiente, tu nuevo hogar, y yo soy tu para siempre. —me sonríe de lado, pasando su lengua por sus blancos dientes y húmedos labios. Es una mujer bellísima, que al parecer le hace falta un tornillo— la infinidad de cosas que quiero hacerte, eres una tentación a la vista cariño, tu piel es tan suave. —se sube sobre el colchón en donde estoy atada y débil, tanto que ni siquiera puedo mover mis piernas.

— ¿Porqué, porqué me has hecho esto? Esto es secuestro... —digo apenas casi teniéndola encima de mí cuerpo.

—Ya te lo dije, soy tu para siempre mi amor, estas destinada a mí. —sus manos van a mi bata y la abren, toca mi abdomen desnudo y yo me retuerzo apenas, maldición— tan suave, tan delicada, tan mía.

— No me toques... —susurro cuando ella baja sus labios a mi ombligo para luego besarlo, luego lame mi piel, bajando hasta mi entrepierna, mis ojos se abren como platos y me desespero, la maldita va...—no, no lo hagas.

—Tan deliciosa, el festín que me daré con tus jugos, y la melodía que escucharé con tus gemidos mi amor. Porque créeme, te gustará, claro que te gustará.

Y la maldita loca lo hace, es una sicópata despreciable. Abre mis piernas y estas le revelan mi centro, toca con sus dedos mis labios y luego se acerca a besarlos, su lengua traza estos abriéndolos y encontrando lo que desea. Comienza a succionar, y penetrar con su lengua. No puedo negar que el asco que siento en un principio poco a poco se transforma en excitación contra mi voluntad, me siento sucia de alguna manera por disfrutar de su viol*ción a mis lugares privados. Muerdo mis labios para no gemir, pero ella es buena, lamentablemente buena en lo que hace. Me estremezco por el impacto del orgasmo que trato inútilmente de contener. Y ella se aparta con una sonrisa maliciosa lamiendose mis jugos de sus labios.

— Deliciosa, ya verás como la próxima vez lo disfrutarás más. —se acerca a mis pechos y mordisquea uno de ellos, casi grito por la fuerza que utilizan sus dientes— claro que lo disfutras mi amor.

Se aleja de mi cuerpo y se sienta a la orilla de la cama, mis ojos la siguen con enojo y la respiración agitada.

— Voy a traerte algo de comer, tu estómago ruge como si hubiera un concierto allí dentro. —y con eso se va sonriendo.

Suspiro cansada por culpa del maldito org*smo. Y cuando vuelve al rato, trae consigo una bandeja, no le recibo nada.

— Come o te como yo, ya sabes donde y cómo. —me guiña un ojo con coquetería, y me obliga a comer. Sus habilidades para convencerme son sucias pero efectivas. No quiero que me toque de nuevo, y obedezco, grave error, algo tenía la comida que a los diez minutos de terminada comienzo a sentir mi cuerpo caliente y deseoso, ¡maldita arpía, me ha drogado, me ha dado un maldito afrodisíaco!— ahora si que estarás más dócil y receptiva mi amor.

Se aleja a dejar la bandeja por donde mismo la trajo, luego entra al baño y se demora unos minutos. Tras volver esta solo con una toalla, la cual se saca dejándola caer al piso, esta desnuda, y yo malditamente cachonda. Trato de aferrarme al raciocinio pero la droga sigue empujando dentro de mi sistema. Ella se acerca y me dasata, mi cuerpo se siente liviano y libre. Mi vista se nubla y solo quiero sentir, sea lo que sea que me ha dado, es bastante fuerte.

— Ahora mi amor, ven a besarme... —y como hechizada lo hago, pero en vez de verla a ella veo la cara de Devon. El fuego se enciende más y más dentro de mí, beso sus labios desesperada, piel contra piel, ella amasa mis pechos y gimo por la sensación, se aleja de mi boca y me dice acercándome a su pechos—chupa mi amor, y luego bebe de mí hasta hacerme gemir. Quiero fervientemente gritar tu nombre.

Y lo hago, me amamanto de sus pic*s erguidos y duros, ella se restriega contra una de mis piernas y gime como loca.

— Eso es mi amor, más fuerte, ¡utiliza esa hermosa lengua para foll*rme ahora! —bajo hasta su entrepierna imaginandome que es Devon el que me lo ordena, e inconscientemente pronunció mis pensamientos en voz alta.

— Devon mi amor... Te deseo tanto, te amo tanto... Quiero...dios... Quiero que me hagas tuya, hacerte mío. —de golpe soy apartada y luego atada a la cama de nuevo.

— ¡Devon! ¿Me has llamado como a ese maldito que te aparto de mí? Veo que todavía no sabes a quién perteneces mi amor, pero ya aprenderás. —luego de amarrarme se aleja frustrada— ¡Maldito cabron de Devon! ¡¿porqué coño tenías que meterte con lo que es mío?!

Y allí, amarrada y cachonda me quedo gimiendo el nombre de Devon.

~Minutos, horas después, quién sabe~

Mi cuerpo tiembla, mi temperatura esta muy alta y solo deseo sentir, tocar, que me toquen, que me follen.

— Devon, mi amor, Devon... —susurro una y otra vez.

— Veo que estas sintiendo los efectos de no tener lo que necesitas preciosa, ese será tu castigo. No tendrás lo que deseas hasta que dejes de pronunciar su nombre. —su voz es alta y dura, suena enojada. No se acerca, no hace nada.

—Devon, Devon... Ven... —no soy capaz de dejar de decir eso de nuevo, mi mente sabe lo que pasa ahora, no esta tan nublada, puedo controlar mis actos, y eso solo me indica que ha pasado bastante tiempo. Mi cuerpo duele, suda y tiembla por los efectos de la droga en mi sistema.

— Maldición Aria, me estoy aburriendo, ¡¿porqué no dejas de pronunciar su nombre de una maldita vez?! —en eso escucho el timbre de un teléfono tal vez. Y sí, es un celular que ella saca de su bolsillo. Lo coloca en su oído y su cara cambia de enojada a furiosa, y de furiosa a... ¿Eso es miedo? ¿Será? Y si es así, ¿qué lo causará?— maldito bastardo, pero que se piensa, prepárate, nos iremos en veinte.

— Tengo sed... Devon te necesito... —susurro solo para cabrearla.

— ¿Sabes quién a bajado hace poco del avión? No lo sabes ¿no? Pues el hombre de hielo, el que no tiene mujer, el ceo que no ama o se ata a una relación. ¿Sabes que el muy imbécil se creía dominante? Así es, pero él quiere ser algo que no es, y nunca será. Tal vez si le guste el se*o duro y tenga fetiches, pero ese hombre no es para nada parecido a los otros amos. Solo es un estúpido niño rico que acaparó la atención de todas, y nada más. E incluso tomo y quiere quedarse con lo que es mío, pero eso preciosa, no va a suceder.  Primero soy capaz de matarte en mis brazos, a dejarte que vivas en los suyos. Yo soy tu para siempre... Recuérdalo mi amor.

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