-Por amor, un hombre es capaz de entregarlo todo, ríen, lloran y confían ciegamente su corazón a la mujer que tanto aman, pero, cuando ese amor es traicionado, son capaces de convertirse en demonios, de despertar el lado oscuro que llevan dentro. Se convierten en un ser sin piedad.
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un hombre que no existe"
La mente de Gael volvió al pasado, justo en una tarde soleada con una brisa refrescante, parecía una tarde normal, pero el olor a pólvora les recordaba que estaban en guerra.
Sin embargo, para Gael y Natascha solamente existía lo que sentían el uno por el otro, el amor se dio cuando menos lo esperaban y en nombre de ese amor, Gael puso una esmeralda en las manos de la doctora.
-Gael ¿Qué significa esto? -Preguntó la joven levantar la mirada- pero antes de que Gael dijera algo, ella logró ver que la esmeralda era del mismo color de los ojos del joven y brillaban de la misma manera.
-"Es mi corazón," quiero que tengas todo el tiempo contigo, yo tengo el otro trozo, pero te lo entregaré el día que decidamos unir nuestras vidas-
Gael sonreía como nunca lo había hecho, y como no hacerlo si en medio de tanta muerte y peleas, sentía vivo su corazón..
Mientras el general hablaba, Natascha lo miraba con admiración y amor, nunca pensó encontrar el amor en medio de tanto dolor.
-¡Gael, esta piedra es muy valiosa, por favor, "no te desprenda de ella"!
-"Señor llegamos" informó Germán al detener el auto frente a la gran mansión y volviendo a Gael a la cruel y ruda realidad.
Desde su asiento Gael respiró profundamente antes de entrar.
Mientras que en el jardín, Ernesto se encontraba reunido con unos conocidos. -Así es, por ahora trabajo junto con Gael, solamente será en lo que él resuelve todo este asunto.
El joven sonreía y sostenía un cóctel, pese a que su familia es muy poderosa, no le daba pena decir que trabaja para su amigo.
-¡No sé cómo puedes ser el lacayo de mi hermano, Gael es un sonso, un narff en todo el sentido de la palabra! -Dijo Lisandro en son de burla. Ernesto no le cae bien, pero lo invitó, ya que es el mejor amigo de su hermano, además, de que Ernesto proviene de una muy buena familia.
"No me avergüenza querer ayudar a mi amigo" Le prometí encontrar un culpable y lo haré. -Contestó, Ernesto con filo en las palabras- En ese momento estaba por agregar algo más, pero de pronto el silencio se apoderó del lugar.
El aura de Gael atrapó a todos los presentes, no traía buen semblante y por un momento dio la impresión de mostrar su verdadero ser. Era como ver a un ser dominante que podía someter a cualquiera en el jardín. Tanto que hasta la persona que no lo podía ver se volteó y sintió la presencia del hombre.
Por otro lado Gael estaba de pie en la entrada y con tan solo entrar sintió la sangre hervir. La última vez que vio a su madre fue en el jardín, el CEO aún cree que Clara leyó la carta y que por eso falleció, pero sin pruebas no puede hacer nada.
A un lado de Gael, su asistente se acercó con prisa para susurrarle algo al oído.
-"Señor, por favor cambie el semblante y salude, se está poniendo mucho en evidencia." Germán tuvo que intervenir al ver el rostro de molestia que tenía su deje.
Sin embargo, Gael no prestó atencion, en ese instante tenía la mirada puesta en la mujer que parecía que también lo estaba mirando.
-¡Realmente es hermosa! -Pensó sin apartar sus ojos de Natascha.- El vestido de la chica era de color y hacia que le resaltaba la futura.
Por él podía quedarse ahí, viendola toda la noche, no obstante, en cuanto parpadeo, Lisandro aparecía ante él y agitaba las manos, como si de verdad tuviera mucho tiempo sin verlo.
-Hermano, pensé que me dejarías plantado- "Bienvenido no te quedes en la entrada" dijo el hombre, fingiendo alegría.
Luego caminaron hasta llegar cerca de la fuente, Lisandro había preparado una masa para Gael y para él. En cuanto ambos se sentaron, Lisandro llamó a una camarera y le pidió un trago para ellos.
Por su parte el CEO contempló todo su entorno y noto que nada ha cambiado. Él no volvió a poner un pie ahí, desde que falleció su madre, la muerte de Clara le dolió mucho y también se debía a que pensó que Natascha era la peor mujer del mundo, la había dejado encerrada y no le permitía salir, en otros palabras la descuido y ahora su esposa está en manos de Lisandro.
-¿Extrañas a mamá? -Le preguntó Gael a su hermano.-
-¡Por supuesto que la extraño, ella fue quien me crió, ¿cómo no extrañará? -Respondió Lisandro enseguida y continuó.
-Pero no te pongas triste, hoy estamos celebrando que estás de vuelta, vamos a saludar.
En ese momento, Lisandro lo condujo hacia los invitados, y lo hizo saludar uno por uno. Resulta que en el evento habían llegado compañeros de universidad y unos cuantos de los hombres que lo acompañaron en batalla.
Todos estaban allí por Gael, porque querían comprobar si los rumores eran ciertos, pues se decía que el joven había quedado como un monstruo.
Los chismes no mienten, pero Gael no les dio en gusto y esa noche saludó y estrechó la mano de los invitados, lo hizo mostrando una enorme sonrisa, hasta se animó a brindar con varios de ellos, evidentemente, Gael lleva la máscara puesta.
Al llegar a la mesa en donde se encontraba Ernesto, Gael decidió quedarse ahí a conversar un rato. ¿Leíste el mensaje que te envíe? -Pregunto Gael al notar que su hermano se alejó para contestar una llamada. Sin embargo, Gael nunca apartó la mirada de Natascha.
En ese instante Ernesto dejó la copa a un lado y contestó. -¡Si lo hice y tengo una duda! Pero Gael no se quedó a escuchar la respuesta.
El CEO logró percatarse de que Lisandro se alejó mucho y como Natascha no se encontraba tan lejos, decidió acercarse con sigilo.
Por otro lado, Carmen cuidaba de Natascha y como la noto un tanto aburrida, dijo.
-Señorita, no me terminó de contar su sueño-
De pronto la joven sonrió, y aunque tenía la mirada perdida, contestó con algo de entusiasmo.
-"Cierto" te lo contaré. Resulta que en mi sueño veo a un joven muy apuesto. "Sabes Carmen" añadió la joven con melancolía. Quizás el recuerdo de esa mirada la pone en ese estado.
-"Me encantaría vivir un amor que sea como un cuento de hadas, y que el príncipe sea musculoso."
Al momento de mencionar eso Natascha se tocó sus débiles brazos. Luego continuó diciendo.
En mis sueños veo a un hombre con los ojos color esmeralda, con el rostro tan perfecto que es casi es imposible de describir. Pero la verdad es que, su físico no me importaría tanto, mientras me diga que me ama y que daría la vida por mí, con eso sería feliz.
Esto la joven lo dijo con tanta ilusión que hasta sonrió.
Me gustaría que ese príncipe mirara al cielo y que señale la estrella más grande y que me diga que siempre que la mire me acuerde de él.
-"Así es como me imagino a un hombre que no existe" tal como en mis sueños.
En ese momento, la joven estaba tan emocionada que no sintió la presencia del hombre que estaba detrás de ella.