Desgraciada Vida

--Aura--

desperté por los rayos del sol que entraban por la ventana, puede que no sea algo real pero, se podría decir que realmente somos una pareja de esposos que se quieren, miraba a Izan dormir, parecía otra persona cuando estaba dormido

me safe de su abrazo y me metí a la ducha, me puse un traje de baño y salí a la terraza a tomarme una taza de café.. Aunque intenté y quiera olvidarme de mi pasado es algo que no puede desaparecer de mi mente, los recuerdos, los traumas y las desgracias que han atravesado mi vida, pero que se han quedado estancadas en mi... miraba hacia la nada, ni siquiera había notando la lagrima que escurría por mi mejilla hasta que hablo y lo vi

-aquí estas-

Voltee hacia el y le regale una sonrisa, me veía con esa mirada intensa que solo el podría usar para ponerme nerviosa...

-si, aquí estoy, no quise despertate-

-te ves muy hermosa-

-pues tu no te ves nada mal, que haces?- pregunte mientras observaba como escribía algunas cosas en una agenda, se veía realmente sexi

-estoy reescribiendo el horario de algunas reuniones nada mas-

-mm bien, ya que estamos hablando de trabajo, cuando volvamos tendré otra toma de fotos para una publicidad-

-bueno, todos los hombres te veran, pero ni modo- dijo con un poco de disgusto

me acerque a él y le regale un beso para calmar su enojo

-y eso por que fue?-

-para que dejes tus celos, señor Petit, ahora ven y desayuna con tu esposa-

-jaja que obvio soy, bien a desayunar, esta noche iremos a cenar a un restaurante-

-de verdad?-

-si así es, así que en el armario deje algo para ti. espero que lo uses-

-lo prometo-

este día no quisieron salir temprano así que Izan se cambio de ropa y se fueron a la piscina

-puedo hacerte una pregunta?- dijo Izan esperando respuesta

-por supuesto, pregunta lo que quieras- contesto ella

-por que llorabas hace un momento?-

Aura se quedó muda en ese instante jamás pensó que este la hubiera visto, pero como le diría uno de sus secretos más grandes en la vida...

-no quisiera hablar de eso, es, algo complicado-

-no confías en mi?-

-por su puesto que si Izan, pero es algo que me agobia desde hace muchos años y quisiera enterrarlo aunque no puedo-

-esta bien, no quiero presionarte-

-por favor no pienses que te oculto cosas-

-y no es eso lo que haces? me abrí contigo Aura, te conté la historia de mi hermana, algo que también me agobia día y noche, pero puedo notar que tu no estas dispuesta a hacer lo mismo conmigo-

-Izan no.. yo.. lo siento, es solo que tal vez después de eso cambie lo que hemos logrado hasta ahora-

-creo que iré a descansar un rato, te espero para la cena- dicho esto se levantó y se fue

--Izan--

cuando entré a la terraza pude verla de pies a cabeza, como es que lograba verse tan hermosa cada día, sin hacer ningún tipo de esfuerzo, pero pude notar como limpiaba una lagrima que reposaba en su mejilla, en ese momento no me atreví a preguntar, pero ya cuando estábamos en la piscina observaba cada parte de ella, su cabeza descansaba en mi pecho mientras yo acariciaba su cabello y fue ahí cuando me atreví a preguntar, sabía desde un principio que tal vez no me iba a responder, pero tenía la esperanza de que confiara en mi como yo en ella y me equivoque, tal vez mi actitud fue algo egoísta debí decirle que le daba tiempo..

tiempo para que pudiera llegar a comentarme las cosas que tanto la agobian, pero mi mente me traiciona, nunca eh sido de confiar en nadie, en mi vida todos me han traicionado y más lo han hecho las mujeres... pero y si llora por que se arrepiente de haberse casado? O si es por que dejo a alguien a quien ama? solo de pensar esas cosas me hacían enojar, así que solo decidí irme a la habitación...

LLAMADA

-hola hombre casado, que tal tu luna de miel?-

-Edwar tu siempre tan.. tan tu-

-Uuh problemas en el paraíso, creí que todo iba mejorando-

-pues ya ves que no-

-y ahora por que tienes un genio del demonio?-

-la vi llorando otra vez, como aquella vez que estaba en la piscina en casa, pero esta vez me atreví a preguntar y se negó a contarme lo que le pasa-

-bueno creo que es normal no crees? deberías darle tiempo, con calma amigo-

-bien, hablamos luego-

FIN LLAMADA

después de hablar con Edwar, decidí que tenía razón, no se puede obligar a alguien a decir cosas que no quiere, así que intentaré esperar, por lo pronto, ya es hora de organizarme para la cena..

--Aura--

sabia que Izan es un hombre temperamental, pero no crei que fuera tan egoísta como para quererme obligar a decir cosas que ni yo misma puedo pronunciar.. aunque en parte lo entiendo, debe estar pensando que es por otro hombre o algo parecido y quien no, yo también lo pensaría...

ahora estoy en la ducha, cuando entré a la habitación no lo encontré, me imagino que debe estar por ahí pensando así como lo estuve yo todo el día, terminé de ducharme y me dispuse a vestirse, me coloque un hermoso vestido rojo que dejo para mi en el armario y algo de maquillaje... luego me acerque al espejo y realmente me veo muy bien

estaba dándome los últimos retoques cuando escuché la puerta abrirse, me di la vuelta para mirarlo, esperaba que me dijera que ya no saldríamos, incluso que debíamos regresar a París y que retomaria su actitud pedante y fría que tanto me enfurece pero para mi sorpresa no fue así...

-estas realmente hermosa-

-gracias Izan, tu no estas nada mal-

llevaba un pantalón negro y una camisa abierta, podía apreciar su fuerte pecho y es que realmente este hombre es algo irreal, como hace para verse tan bien

No se como es que puedo tener un esposo tan guapo la verdad, el podría estar con la mujer que quisiera, con las que acostumbra, modelos y elegantes mujeres de cuerpo esbelto y cabello bien cuidado, no se por que se caso conmigo realmente, pudo haber dicho que no, pero no fue así..

-sigues aquí?- pregunto el

-ehm, si.. lo siento- conteste con algo de vergüenza ni se cuanto tiempo estuve mirándolo

-quiero que sepas que lo que paso en la mañana, no tienes que contarte si no quieres, esperaré a que estés lista-

-te lo agradezco, de verdad- me acerque a él y le regale un beso en los labios

-nos vamos?-

luego de aclarar todo, se subieron al auto y se pusieron en marcha al restaurante, era un restaurante elegante con enormes ventanales desde donde se podía apreciar como las luces se reflejaban en el mar, la vista era algo mágico, los dirigieron a una mesa, Izan la ayudo a sentarse y luego el se sentó frente a ella observándola fijamente..

-que? que tengo?-pregunta ella tocandose la cara

- es eso lo que no dejo de preguntarme, como haces para verte tan hermosa?-

-yo..no.. no.. lo se- dijo algo nerviosa

-jajaja me encanta cuando te sonrojas, quieres vino?-

-bueno.. pero solo un poco- dijo ella dudosa

-no te gusta el vino?-

-es solo que casi no lo eh probado, el alcohol me trae muy malos recuerdos por eso lo evito-

-esta bien, entiendo-

luego de un rato cuando trajeron el vino y mientras esperaban la cena, la cuál Izan insistió en ordenar para que probara cosas nuevas, decidí contarle mi secreto...

-Izan?-

-si?-

-te contaré mi secreto-

-Aura no te sientas presionada-

-no lo hago necesito hablar de esto con alguien-

el esperaba ansioso por saber aquello con los ojos fijos en los de ella mientras tomaba un sorbo de su vino

-Miranda no es mi hija- soltó esta casi sin aire

-que?-