El Hombre Que No Sabe Amar Y La Mujer Que Se Canso De Amarlo

Raúl investigo a fondo lo ocurrido hace 8 años, cuando el hermano de Eduardo murió tras un accidente automovilístico.

De acuerdo a los informes el médico que lo atendió fue un médico residente del hospital San Rafael, en el expediente tenía el nombre de Miranda Cárdenas.

Pero al revisar los archivos del hospital Miranda no estaba en servicio, ella era una de las personas que tenían que realizar un ciclo de conferencias en un hospital de la Capital del país.

Era un encuentro anual, donde los jóvenes residentes tenían que participar como requisito para continuar con sus residencias en el hospital designado.

Raúl busco si Miranda había asistido a tal congreso.

Y tal como lo esperaba ella estuvo los 7 días que duró el evento en la capital del País, fue ponente el día del accidente del hermano de Eduardo.

Cuando Raúl reviso los informes del Hospital directamente, encontró que varios documentos habían sido cambiados,

ya sea en la fecha o en los médicos que realizaron algunos procesos o cubrieron las fallas en algunos procedimientos.

Al hacer las averiguaciones directamente con el personal, muchos comentaron que no sabían, pero al entrevistar a los extrabajadores que habían despedido y médicos que se habían retirado descubrió que el actual director del hospital San Rafael tenía a su hijo trabajando, el cual fue acusado de mala praxis pero el Director había hecho algunas negociaciones para que no lo denunciarán, solo pago una compensación.

Raúl seguía con su investigación, cada paso que daba descubría más y más cosas que el Director había ocultado.

El día que Francisco murió fue un día lluvioso, su auto patino en la carretera, cuando llegó la ambulancia él seguía vivo y tenía altas esperanzas de sobrevivir, había recibido algunos golpes y tenía el femur roto, pero aún así podía sobrevivir si tenía la atención adecuada.

Cuando llegó al hospital iba conciente, pidió que llamarán a sus padres y hermano, después de ingresarlo ya no lo volvieron a ver con vida.

El reporte decía que tenía un coágulo de sangre que no detectaron a tiempo y le causó un accidente cardiovascular.

Pero lo que decían los enfermeros que asistieron al Médico Rodríguez, el hijo del Director Rodríguez, dijeron que Francisco entro estable a la sala de operaciones, pero que Rodríguez tenía olor a alcohol.

Comenzó la cirugía y todo avanzaba bien, ya habían colocado los clavos quirúrgicos, y estaban por cerrar el músculo y la piel.

Pero Rodríguez no se dio cuenta y rasgo le vena del fémur, Francisco comenzó a sangrar, la hemorragia no se detenía, él se paralizó, las enfermeras le decían que tenía que cerrar la vena, pero el parecía no escuchar, el médico cirujano asistente lo hizo a un lado y cauterizo la vena, pero las consecuencias fueron la falta de irrigación sanguínea, lo que hizo que el cuerpo de Francisco entrara en un shock del cual no se pudo recuperar, cuando le colocaron las bolsas de sangre ya era tarde su mente y cuerpo ya no estaban conectados.

Después Rodríguez se escabulló fuera de la sala de operaciones y no regreso al hospital por más de una semana.

Los reportes originales decían lo sucedido pero el Director soborno a otros médicos para ocultar la verdad

Cuando Rodríguez padre tomo la dirección del hospital San Rafael despidió a todos los que sabían sobre las fallas de su hijo y a los otros de los que no se pudo deshacer esos fueron amenazados con sus trabajos no sus familias.

Nadie quiso hablar, el médico Rodriguez siguió practicando hasta que su mala praxis lo llevo a cometer un error con la persona equivocada y la familia lo desapareció.

De esa forma fue como Eduardo fue engañado, ciegamente siempre creyó que Miranda era la médico que tenía que hacer la revisión y por su culpa no se había detectado el coágulo.

Cómo venganza la enamoro y al estar juntos la hizo pasar por un matrimonio doloroso.

Raúl reunió toda la evidencia, cito a su amigo Eduardo y le mostró los informes, entrevistas y otras pruebas de que Miranda no había atendido a su hermano, no estaba en el mismo hospital, ni siquiera en la misma ciudad.

Eduardo siempre creyó que ella se había librado de demandas millonarias gracias a su padre, qué él negociaba sus fallas y no habían salido a la luz por su influencia.

Eduardo miraba cada papel, cada documento en sus manos lo escudiñaba con suma atención, noto que la firma en el informe de la cirugía de Francisco no era la firma de otros reportes, era el mismo nombre y tenía puntos similares pero no era hecho por la misma mano.

Después de ver todo Eduardo tenía su rostro incrédulo. Se llevó las manos a la cabeza. Recordó el tiempo que había enamorado a Miranda, ese tiempo con ella había sido muy bueno, ella era la mujer ideal, pero él siempre se recorrió a enamorarse locamente de ella.

Poco a poco fue levantando una muralla donde podía entrar cualquiera menos Miranda.

-No puede ser...

-Si lo es, siempre te dije que indagaras más a fondo.

-No puedo creerlo, viví engañado por 8 años, ¿ahora que haré?

-Lo que hace un hombre, pedirle perdón a Miranda por todo el daño que le hiciste sin merecerlo.

-No, no puedo hacer eso, no puedo, ¿cómo le digo que siempre disfrute hacerla sentir mal pasando con otras mujeres a su lado?, ¿cómo le digo que estuve con otra mujer en el Caribe cuando ella estaba mal en el hospital cuando tuvo a nuestra hija?, ¿Dime como lo hago...?.

-Con mucho valor, mirándola a los ojos y dejando atrás tus rencores.

-No puedo hacer eso, no lo haré, ella me dejó, ella cambio los apellidos a los niños, arreglo un divorcio donde no pude opinar. Aún tengo motivos para odiarla.

-Odiarla...estás mal Eduardo, eres mi amigo pero eres un maldito bastardo que la ha lastimado sin razón y ahora dices que no puedes dejar de odiarla. Portate como hombre y acepta tus errores.

-No puedo ir y decirle que todos mis actos con ella fueron sin razón, que simplemente me equivoqué. ¡No puedo!

-Sí tu ego es más fuerte que tú, entonces no lo hagas pero dejala vivir en paz con tus hijos, ella siempre ha sido buena persona contigo, te amo a pesar de todo tu desamor, dejala vivir en paz Eduardo

-Ella se llevó a mis hijos, ella les cambió el apellido

-¡Por Dios Eduardo!, tú nunca quisiste a tus hijos, nunca te importaron, ¿cuántas veces te han necesitado y haz estado para ellos?, lo que dices no tiene sentido.

-Pero ella es mía, siempre será mía.

-Amigo, ella, Miranda fue tuya pero te aseguraste de acabar con el amor que te tenía, si no le puedes pedir perdón de forma honesta no hagas nada. Manten tu egoísmo sobre la línea, no la sobrepases.