En una ciudad donde hablar de homosexualidad era tema tabú, se desarrolla la historia de Bastian Gómez, un joven atado a los deseos machistas de su padre; un hombre perteneciente al cuerpo policiaco de carácter severo y muy moralista. “Bas” como muchos le decían, ahora con 18 años se debatía entre sí seguir a su corazón y revelar su orientación o hacerle caso a las palabras que poco a poco esa persona a logrado transmitirle en ese papel y así llenar de orgullo a su padre…
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18.YO SOY MOON.
>Hola Bas, si te atrevieras a tocarme te darías cuenta de que estoy temblando, jajaja que tonto no si yo fui quien quiso citarte y en lugar de hacer mi mejor esfuerzo estoy como un tonto temblando, te eh traído una rosa es blanca me hace pensar en ti es pura, cálida y sincera, también te eh traído chocolates la última vez puede apreciar que te gustaron ya que fuiste el único que los comió es por eso que quise traerte los mismos, si estás leyendo esto es porque estás aquí, estás frente a mí…. Por favor no me odies, no soy lo que esperabas lo se, estas decepcionado tal vez, pero no puedo callarlo mas, me gustas y mucho, verte es como presenciar el firmamento en su máximo esplendor, me haces sentir tantas cosas que no hay palabras suficientes para decirlas, llegaste a mí cuando atravesaba un momento difícil, fuiste esa luz de luna que ilumina la oscuridad que me estaba consumiendo, cuando te escuché reir fue algo maravilloso, era la risa melodiosa de un angel, tus ojos, aay Bas tu ojos quiero que solo brillen para mi, soy egoísta lo sé porqué no soy lo que piensas, soy esto que está frente a ti, soy Ian, soy un chico, yo soy Moon el chico que se enamoró de ti.
Posdata…perdón por amarte en silencio, pero es que encajaste perfectamente con lo que nunca busqué, pero siempre necesité.
Moon<
La carta temblaba en las manos de Bastian, el miedo lo invadió, pensamientos horribles venían a su mente, tal vez esta sobrepensando las cosas y realmente es un chico sincero que se le estaba declarando o tal vez es la prueba que su primo le puso para hacerlo caer.
Matías al ver el cambio en su amigo intentó acercarse, pero Ian se lo impidió—por favor déjame hablar con él en privado—mencionó el pelinegro llevando más retirado a Bastian.
Matías dudoso se quedó en el mismo lugar mientras con miedo buscaba a las chicas, las cuales se suponían ya tendrían que estar ahí, pero no estaban por ningún lado.
Esto se debía a que Ian, supuso que aquellas chicas podrían intervenir y tenerlas a ellas ahí y más a la mosca como el le decía sería muy difícil para él y para Bastian tener su propio espacio, por ello se aseguró de que nada interrumpíera su confesión, así que mandó a su amigo a entretener a aquellas chiquillas como el les decía, por suerte tenían una investigación de una entrevista, y aprovecharon ese trabajo para usarlo como distracción así que después de súplicas y pretextos lograron que la profesora les dejara entrevistar a grados más pequeños y de carreras diferentes para tener la oportunidad perfecta de distraerlas y así tener el mayor tiempo para confesarse tranquilamente pues sabía que declararse a un heterosexual sería difícil, podría simplemente recibir el rechazo de aquel chico por mínimo hasta llegar a recibir insultos por parte de él, aún así no le importaba y se arriesgaría a intentarlo, pues él y sus sentimientos que tenía por este lo valían.
Bastian permanecía en un leve transe pues las palabras de aquella carta, se repetían en su mente una y otra vez, se matuvo en silencio por un largo rato, no sabía qué decir, tenía miedo de hablar y soltar la primera tontería que se le ocurriera o simplemente ser objeto de burla al pillarlo como una broma, “que haré”, fue lo único que pensó—porque yo—habló por fin después de unos minutos.
Ian lo observaba detenidamente, tenía que ser cauteloso con sus palabras pues este era un momento crucial para definir el rumbo de su historia, buscaba en su mente las palabras adecuadas, para no agobiar al castaño, pero a la vez necesitaba que fueran convincentes para que creyeran realmente en sus sentimientos—no tengo respuesta para eso, simplemente pasó, y al menos para mí fue lo mejor que me pudo pasar.
Ambos se quedaron viendo a los ojos, aquellos ojos tan misteriosos que una vez sintió que lo miraron con furia, ahora parecían tan profundos, que lo examinaban tan detalladamente como si trataran de saberlo todo, sentía que lo desnudaban, que atravesaban todas sus barreras, hasta lo más profundo de su ser, mientras contenia el aliento para que no se escapase nada de él teniéndolo totalmente cautivado“acaso así se siente ser amado”.