Segundo Libro de la serie de novelas titulada Más Allá Del Rechazo: Teniendo como primer novela de la serie La Luna Rechazada Y El Rey Vampiro.
Este es el segundo Libro con la historia del rey mago, es independiente a la primera y no es obligatoria leerla, Pero sería bueno para conocer varios personajes que salen aquí y han sido presentados en la primera.
Zarthus, el rey de los magos, proyecta una imagen despreocupada y jovial, aderezada con un toque pícaro y fama de libertino. Pero tras esa fachada se oculta un corazón herido por la brutal pérdida de su hermana, arrebatada por la traición y obsesión de su propia alma gemela. La venganza es el único propósito que lo mantiene de pie.
Zarthus descubre en Nayana a su alma gemela, una humana ajena a su mundo de magia y dolor. Atrapado entre su anhelo y sus miedos, deberá despojarse de su máscara y enfrentar sus miedos y dolor para mostrarse vulnerable ante la única mujer capaz de sanar su alma.
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Capitulo 18: ¿Hermano?
Si bien el miedo de que aquella mujer de singular belleza superara incluso la crueldad de iGnar me hacía desconfiar, pero el destino nos deparó un giro positivo, el primero en los largos años de mi encierro. Gracias a ella, la libertad se abrió ante nosotras. Sin vacilar, conduje a mis hermanas, almas unidas en prisión y sufrimiento, lejos de aquel cobertizo nauseabundo que nos había mantenido cautivas, forzándonos a presenciar y padecer la barbarie de iGnar.
El sol, una caricia potente tras años de sombra, me abofeteó el rostro con una calidez invaluable. Al dejar atrás la inmundicia que nos aprisionó, sentí un alivio agudo al ver que los hombres presentes se mantienen a distancia. Aunque yo escapé ilesa de la vileza sexual, mis compañeras no corrieron la misma suerte, y la proximidad de ellos puede reabrir las heridas infligidas por aquel desgraciado que tantas veces las ultrajó. Agradecí la tela burda de las túnicas que cubrieron nuestra desnudez. Intuí que el que no las llevo es el compañero de nuestra rescatadora desconocida, la ternura en su voz y la devoción en su mirada hacia ella son un lenguaje silencioso de amor que me revolvió el alma. Hubo un tiempo en que también soñé con esa conexión profunda, con mi alma gemela. Pero él se encargó de desmembrar, uno a uno, los frágiles anhelos de una historia de amor.
Iba a interrogar a nuestra salvadora sobre el incierto mañana para nosotras cuando una presencia masculina a lo lejos me detuvo en seco, sembrando una momentánea incredulidad. No puede ser él, mi mente se resiste a creerlo. Sin embargo, al detallar su figura, la nobleza en su postura, la inconfundible estampa real, la verdad se abrió paso. Es mi hermano, al que creí perdido para siempre, pues el infame iGnar se encargó de borrarme de su mundo. Su semblante, un dique conteniendo un torrente de sentimientos, grita venganza. A pesar de mi supuesta muerte, él no ha descansado en su cacería contra iGnar, buscando expiar el sufrimiento infligido. Esa certeza me caló hasta los huesos, fracturando el muro de lágrimas que había construido durante años para no mostrar debilidad ante mi opresor. La máscara de fortaleza, impuesta sobre un alma hecha añicos, es una carga más pesada y destructiva que permitirse sentir la punzada del dolor y la furia.
__Hermano__. La palabra, un susurro involuntario, cortó el aire entre nosotros. Su mirada se endureció primero, luego se quebró, revelando una incredulidad punzante teñida de un dolor antiguo. En sus ojos vi la sombra de la mentira que lo ha atormentado: su hermanita, muerta. "Hermano", insistí, y la fachada de fortaleza se derrumbó. Sus rodillas cedieron, impactando el suelo con un golpe sordo. Un grito gutural, cargado de incredulidad y el peso de años de engaño, se desgarró en el silencio, acompañado por lágrimas que arden en mi propia alma. Un nudo apretó mi garganta, mis ojos picaron, pero las lágrimas, olvidadas tras tanto tiempo de contención, se negaron a brotar.
Las palabras iniciales de mi hermano fueron un torrente de disculpas, el peso de su impotencia palpable por no haberme rescatado de iGnar antes de que su maldad me hiriera y me robara años de libertad. Pero yo sacudí la cabeza, negándome a aceptarlas. No hay culpa que poner sobre sus hombros. El único responsable es iGnar, esa criatura sin corazón, solo un núcleo de pura maldad. Y mi propia ingenuidad me quema: la creencia ciega en el poder redentor del amor, incluso ante la sombra más densa. "No tienes que pedir perdón". Le dije, extendiendo mis brazos. Necesitando su abrazo desesperadamente, la tangible realidad de su ser contra el mío, para ahuyentar la duda de si es real o una cruel invención de mi mente torturada, una nueva estrategia de iGnar para quebrar mi resistencia.
Supliqué un abrazo, la necesidad apremiándome el pecho. Lentamente, como despertando de un profundo letargo, se levantó y me estrechó entre sus brazos. Su agarre, aunque firme, transmite una cautela que atribuí a mi cuerpo moribundo, la piel tensándose sobre los huesos afilados por la inanición. Pero esa debilidad física palidece ante la seguridad que emana de su abrazo. Entonces, el muro de contención se rompió. Lágrimas largamente contenidas se desbordaron en un llanto visceral, un fuego líquido que recorrió cada rincón de mi ser. En medio del dolor, una calidez reconfortante me envolvió, la magia de mi hermano trabajando silenciosamente, reparando los estragos visibles. Las heridas invisibles, las del alma, persistirán, recordándome una batalla que solo puedo aprender a sobrellevar, pero jamás olvidar.
Con la voz quebrada y los ojos anegados, supliqué a mi hermano__Llévame a casa, por favor. Anhelo ver a mamá y a papá, acurrucarme junto a ellos como cuando era niña. Recuerdo que tú, ya un adolescente, protestabas con fingida indignación porque tú también querías dormir en medio de nuestros padres, y al final, terminábamos los cuatro juntos, formando un pequeño universo de calor y seguridad. Esa calidez familiar es lo que mi alma implora sentir de nuevo, esa fortaleza que solo los nuestros pueden brindar. Quiero refugiarme allí hasta que toda la inmundicia que ese despreciable me obligó a ver y vivir se desvanezca, hasta que el dolor se convierta en una sombra lejana__.
Días, años, minutos se convirtieron en un anhelo profundo, en la fantasía de volver a sentir un abrazo familiar. Ese deseo incandescente fue uno de los pilares que sostuvieron mi vida, la fuerza secreta que me impidió sucumbir ante mi captor. Y ahora que la posibilidad se abre ante mí, no quiero desperdiciar ni un segundo más de mi existencia. Quiero borrar, con el amor incondicional de mi familia, cada maltrato, cada trauma, cada rastro de dolor que ese infame me causó.
__Vamos, hermana__. Dijo mi hermano.
__Antes de ver a papá y mamá, te llevaré a tu habitación para que te asees. A las chicas rescatadas las dejaré juntas en la habitación contigua para que puedan hacer lo mismo y se sientan seguras. O, ¿prefieren quedarse juntas mientras voy por nuestros padres y les doy la noticia de que estás viva, a pesar de lo que ese maldito nos hizo creer?__.
La calma que irradian las palabras de mi hermano me bastó para asentir. Tras consultar con mis compañeras, decidieron quedarse juntas en la habitación contigua a la mía, un respiro de seguridad que acepté con alivio. Con la decisión tomada, mi hermano nos teletransportó a nuestro destino. Después de mostrarles los enseres necesarios para asearse y vestirse, nos dirigimos a mi habitación, donde me dejó para ir en busca de nuestros padres. En un instante, el agua tibia de la ducha se convirtió en mi refugio. Me deslicé suavemente hasta el suelo, dejando que el agua limpir la inmundicia de años de encierro, la crueldad inhumana que ha marcado mi piel y mi alma.
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Feliz tarde 🌄🌄🌄.
Buen provecho 😋🥺😋.
Me encata sus novela. Siempre la próxima supera a la primera ❤❤
Ahora va el despertar de nuestra Diosa. 🥰🥰