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Tutora De Un Rebelde

Tutora De Un Rebelde

Status: En proceso
Genre:Escuela / Romance / Amor prohibido / Elección equivocada / Amor-odio / Diferencia de edad
Popularitas:3.5k
Nilai: 5
nombre de autor: HananFly

Mi novio comparte techo con su ex (él insiste en que son solo amigos). Las discusiones son frecuentes y mi intuición me alerta, aunque sin evidencias. Además, un niño con tendencia a los incidentes ha entrado en mi vida y ahora soy su tutora. ¿Por qué este joven ocupa tanto mi mente?

NovelToon tiene autorización de HananFly para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Dolor estomacal (parte II)

Daniel estaba de vuelta en el auto.

—¿Todo bien?—indagó para saber el estado de salud de la chica.

—Aparte de sentir que voy a morir reventada, todo genial.

—Te he comprado algo para el malestar, pásalo con agua—ordenó extendiendo el medicamento. Ella lo observó algo desconfiada.

—¿Seguro que no me va a terminar de matar?

—Me lo recomendó la encargada. No lo agarré por mi cuenta—se encogió de hombros.

La chica lo recibió aun no muy convencida y se lo tomó. Mientras tanto, Daniel se acomodaba en el asiento del conductor para continuar con el viaje.

—¿Cuánto te ha costado?

—Eso no es importante. Ponte el cinturón.

—Lo es. Voy a pagarte—Continuó a la vez que se abrochaba el cinturón de seguridad.

—Olvídalo. Déjame ayudarte al menos una vez. Por cierto, ahí en la bolsa hay una...¿Cómo fue que le llamó? Una prensa...no...¡compresa! Sí. Y caliente para que...

—¡Oh! ¡Por Dios! Que bendición. Gracias—exclamó con entusiasmo y buscó de prisa para ponerla en su abdomen—No tienes idea de lo que estoy sintiendo ahora. El dolor estomacal se mezcla con el dolor de vientre. Incluso hay momentos en los que no sé si quiero defecar o simplemente son cólicos—Daniel soltó una sonora carcajada.

—No puedo entender cómo es que todavía puedes hacer bromas estando tan mal.

—Pero si es verdad lo que estoy diciendo. ¡Uff! Qué divino esto—expresó refiriéndose a la compresa.

—Bueno. Ahora es momento de llevarte a casa.

—No hace falta que hagas todo eso. Me conformo con que me acerques un poco, nada más.

—Absolutamente no. Yo, tu gran y poderoso príncipe azul, te llevaré hasta tus aposentos para que te recuperes. Una princesa como tú no puede irse sola en esas condiciones. Así que dime: ¿Dónde vives?

—Ya que insistes, bien—se incorporó en el asiento de atrás y se acercó un poco a él—Vivo en aqueeeel cerro que está por allá montado. ¿Ves donde están esas luces como titilando?

—Ajá, las veo.

—Pues ahí no es, sino más arriba. Donde están el montón de casas de ladrillos sin frisar.

—¿Allá donde no hay luz?

—¡¿Cómo que no hay luz?!—se acercó aún más para ver mejor—Esto tiene que ser una broma...esta noche me voy a derretir del calor. ¡Y de paso con este dolor! Si vale, ahí mismito es—Daniel tragó grueso.

—¿Y eso es una urbanización o hay unas residencias privadas?

—No chico, eso es un sector del barrio. Pero te advierto, sin mucho show porque llamas la atención de los delincuentes. Tú tranquilo que esos son amigos míos. Que no te intimiden.

Daniel inconscientemente comenzó a sudar por la preocupación de lo que pudiera pasarle si entraba a ese lugar. Sin embargo, había algo más fuerte que eso: las ganas de impresionar a Lilly.

—Espero que hables bien de mí cuando los reporteros informen sobre el hallazgo de mi cadáver tirado en algún monte de por ahí.

—Al menos diré que no eras un soplón. Porque si... venden.

—Dios mío. Con razón te patina la azotea, si vives rodeada de cosas extrañas...

El auto se puso en marcha. A medida que avanzaban, el camino era mucho más deplorable. La vía tenía muchos baches y huecos que solo hacía que la chica chillara por el dolor. Algunos faroles tenían bombillas y otros estaban completamente destruidos. Los perros callejeros deambulaban entre la basura buscando algún bocado para cenar.

Un letrero muy colorido informaba que habían llegado al barrio: "Bienvenido a La Esperanza", aunque a decir verdad la desesperanza era lo único que invadía.

Hombres con aspecto atemorizante los observaban. Sabían que no eran de allí, o al menos él, que era el dueño del carro. A Daniel le salía una cana nueva cada vez que sentía el rugir de una motocicleta. La paranoia comenzaba a consumirlo.

—Eh, China. ¿Cuánto falta para que lleguemos?—preguntó al ver que subían y subían en espiral y no terminaban de llegar.

—Seguimos en el primer sector. Yo vivo en el tercero. Aún te quedan como quince vueltas por hacer—de haber sido posible, a Daniel se le hubiese caído la quijada.

Un par de minutos pasaron y aún no llegaban. La vía comenzó a ponerse más y más empinada. Y para desgracia de ambos, el motor del auto se recalentó y se apagó en medio de la nada.

—Ah, genial. Ya nos fregamos—exclamó él con frustración. Pero ni tiempo de pensar tuvo, porque una banda de motorizados apareció para rodearlos —¿Ahora sí que nos cogieron...?

—Espera—habló Lilly. Bajó el vidrio del carro—¡Eh! ¡Wileyson! ¡Soy yo!—exclamó con los ojos entrecerrados por las luces de las motos que la cegaban.

Un moreno, fornido y muy aterrador bajó de una de ellas. Posó sus antebrazos en la ventana para hablar.

—Hola, mi reina. ¿Cómo está la cosa?

—Pelúa.

—Mira, ¿y este carrito? ¿Tuyo?

—De él. Vino a traerme, pero se apagó.

—Pero mírala. La niña no pierde el tiempo. Buscándose un novio con plata.

—No lo es. Solo es... pana. Pero aquí hablando claro, Wileyson. ¿Será que puedes echarnos una mano?

—Claro que sí, mi reina. Por ti, lo que sea. Tú eres la que manda aquí. ¡Muchachos! Ayuden aquí a la dama a llevarla a su casa. Ustedes saben dónde es. Yo me quedo aquí con el panita para empujar el carro.

Y así fue. Lilly se subió a una de las motos y subió hasta su casa, donde estaba esperando a Daniel en la puerta. Él, por otra parte, estaba que se desmayaba del susto, pues no sabía qué podían hacerle allí. El tal Wileyson se mostraba algo agresivo, pero no tenía intenciones de hacer daño. Le preguntó un par de cosas a Daniel y le aseguró que todo amigo de Lilly era bienvenido al barrio.

Finalmente llegó, jadeando por el cansancio.

—Puedes dejar el auto aquí afuera. Nadie va a llevárselo. Como ya viste, Wileyson se encarga de vigilar el sector. Pasa.

—Sí...—se limitó a decir con la respiración agitada.

Disimuladamente observó la casa. Era diminuta en comparación con la suya, pero muy limpia y bien decorada, aunque humilde, por supuesto. Tenía lo justo y necesario. Se sentó en la pequeña sala y recibió el vaso con agua muy a gusto.

—Siéntate tú también. Tienes que descansar—exigió. En ese momento apareció alguien más a saludar.

—Lilly, ¿has llegado? ¿Trajiste a alguien?—preguntó una pequeña viejita muy tierna y encantadora.

—Sí, abuela. Eh, él es Daniel. Me ha traído en su auto porque comencé a sentirme mal.

—Mucho gusto, joven, soy Tita.

—El placer es mío—respondió—. Sé que es tarde y no quiero incomodar. Así que lo mejor es que vea si el carro prende y me vaya.

—¿Cómo se le ocurre joven? Es muy tarde y a pesar de todo esto sigue siendo un lugar peligroso para alguien como usted. Aquí hay espacio de sobra. Mejor quédese.

La oferta sorprendió a ambos. Lilly quería reprocharle de alguna manera, pero muy en el fondo sabía que ella estaba en lo cierto. No podía simplemente dejarlo a su suerte cuando se había tomado la molestia de llevarla a casa.

—Sí. Quédate. Si tienes problema con tu familia, hablaré con ellos si es necesario.

Daniel en cambio estaba apenado, muy sorprendido y a la vez emocionado. Sabía que nada pasaría entre ellos, sin embargo, sentía que esa situación podía cambiar algo en su relación.

Así que decidió atreverse.

—Está bien. Tomaré su oferta, señora Tita.

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Maria Elena Martinez Lazaro
Helen aprovecha esta oportunidades y vete para Rusia con Leo, porque si se quedan Javier les va hacer la vida imposible a ti y a la familia de Leo
Andrea noemi Gamboa
ponle un poco mas de caracter a la protagonista que np se deje de javier yo que ella ni le caso si practicamente la trata como su chacha siendo su novia no me quiero imajinar si se casan practicamente un mueble mas... muy machista javier que le cosine el a su invitada ya que es su casa
Maria Elena Martinez Lazaro
Sabía que ese Javier no era una santa paloma y ya se está aclarando todo y se que vamos a encontrar más cosas de él. Pobre familia de Leo todo lo que ha tenido que pasar
Maria Elena Martinez Lazaro: Eso sí no es verdad no sé han dejado vencer y siguen adelante
HananFly: Pero a pesar de todo, siguen siendo felices
total 2 replies
Maria Elena Martinez Lazaro
No sé pero a mí todavía no me convence Javier y a este cuento le falta un pedazo
Maria Elena Martinez Lazaro: Que bueno porque la verdad estoy tan intrigada
HananFly: Pronto conoceremos la verdad de ese fulano pasado
total 2 replies
Maria Elena Martinez Lazaro
Ese Javier todavía no me convence, sospeche que él tiene su pañal sucio
Andrea noemi Gamboa
pobresita me la confunden.. nose con cual quedarme por dios escritora... en espera de mas capitulos
HananFly: Jajaja. Vamos a ver. Aun no hay destino escrito para estos chicos que están vueltos um caos. cualquier cosa se vale 😝
total 1 replies
Maria Elena Martinez Lazaro
yo también diría que eres una estúpida Pero que le vamos hacer a lo hecho pecho
Maria Elena Martinez Lazaro: jajajaja también yo le haría lo mismo
HananFly: Helen fuera mi amiga y la quemaba. Y si es necesario hasta le jalo el cabello para que le reaccione el cerebro. Jajajaja
total 2 replies
Maria Elena Martinez Lazaro
Que tierno su primer beso
HananFly: Si 🥹. Espero que Helen se responsabilice por eso
total 1 replies
Maria Elena Martinez Lazaro
excelente
Andrea noemi Gamboa
o por Dios me encanta.
HananFly: Hola mi amor. Que bueno que así sea. Espera con ansias el próximo capítulo
total 1 replies
HananFly
Una Trama bastante interesante
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