La Sustituta

Hoy hace un mes de mi llegada a Nueva York, mi madre no es ni la sombra de aquella mujer que me obligó a ocupar el puesto de mi hermana, lo sufrido la hizo ser más humana, está era la madre que siempre había soñado.

Estando de guardia en el hospital recibí la llamada de mi abogado, donde me decía que tenía interpuesta una demanda en el tribunal de Londres por derecho de paternidad, la persona que interpuso la demanda era Albert Him, como se enteró que eran sus hijos, es una pregunta estúpida al verlos en el aeropuerto y ver sus rostros no había duda era verlo a el en miniatura, pretendía reconocerlos, pero yo le dije al abogado que no asistiría y menos con ellos, él me recomendó que hiciera acto de presencia sin ellos, por su seguridad, el no podía hacer nada en mi contra, pero con los gemelos aquí si, el todavía era poderoso, me sugirió que me presentará a la cita del juez y revelará toda la verdad, desde el mismo momento que me hecho a la calle y como de su engaño con un matrimonio falso y la firma de aquel acuerdo, tendría que regresar en contra de mi voluntad, llamé al abuelo Peter y le conté todo y me dijo que no trajera a los gemelos por su seguridad, que el estaría conmigo, para demostrar que el no era el padre de esos niños y de todas sus maniobras sucias y la manera que me sacó de su vida, sin darme tiempo para buscar un lugar donde vivir, estando embarazada.

Entre mis hijos y yo no existen secretos, les conté lo que estaba pasando y el motivo que tenían que quedarse aquí con los abuelos por su seguridad, que yo trataría de regresar lo más pronto posible, que si requerían su presencia, está sería por videollamada por su seguridad, pero que tuvieran paciencia y que no me llamarán que yo los llamaba.

Partí dos días antes, lo que no me imaginé que el aeropuerto estaba siendo vigilado por gente de Albert Him, me siguieron hasta la casa de Fred, media hora después de mi llegada el estaba en la puerta de la casa de los Wasquet queriendo hablar conmigo , llamé al abogado el cual me aconsejo que lo sondeara a ver cuál eran sus intenciones y eso hice.

Al verlo, delante de mí me trajeron dolorosos momentos, le pregunté cuál era su interés en molestarme y el solo me dijo que conocer a sus hijos yo le pregunté que pruebas tenía para tal petición y me dijo que no necesitaba ninguna, que el sabía que eran sus hijos.

Yo le dije que eran de mi esposo y que el no tenía nada que ver con ellos, se rió en mi cara y me dijo que yo no estaba casada y que el me vio en Boston el año pasado en una conferencia y ya el sabía que yo estaba sola, con mis hijos y que el me estaba vigilando desde hace ocho años, pero por estar casado con Tatiana y no pagarle una penalización no me busco, pero ahora que ella no estaba el quería estar cerca de sus hijos y darles lo que no pudo darles antes.