Tres reinos fueron la creación perfecta para mantener el equilibrio entre el bien y el mal.
Cielo, Tierra e Infierno vivieron en una armonía unánime durante millones de años resguardando la paz.
Pero una muerte inocente, fue suficiente para desatar el verdadero caos que amenazara por completo el equilibrio y, la existencia de todos los seres en el planeta.
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Un problema a la vez, 2/2.
—Lí Sǒng, yo...
Estaba totalmente congelado ante aquellas palabras, no sabía qué hacer o como sentirme, ni siquiera sabia que decir. Había esperado por demasiado tiempo que pasara algo, pero ni en mis sueños más locos hubiese pensado que algo así podría pasar, escuchar aquellas palabras de la persona que llevas enamorado tanto tiempo ¿Qué clase de chiste es este? Por qué no podía ser otra cosa. Estaba a punto de reír y actuar de la manera más tonta que pueda imaginar cuando el brillo de un hilo deslumbro mis ojos contra el reflejo de la luz de la luna. Aquel olor conocido, aquella putrefacción de la tierra del monte Tai, activo todos mis sentidos en el momento más crítico. —¡Lí Sǒng! ¡Cuidado!
Agarre su mano jalándole con fuerza hacia mí y en un acto desprevenido me posicione delante de él provocando que el desagradable ser me mordiera con fuerza. Lí Sǒng aun en shock no supo actuar hasta que ya tenía una filosa cuchilla en el cuello de aquel asqueroso demonio. —¡Lí Sǒng! Deja de mirar a la nada y ayúdame
Asintió torpemente y se acercó a mí mirándome con preocupación. —¿Qué necesitas que haga?
—solo afírmalo y no dejes que cierre su boca. A estas cosas no les importa morir, solamente siguen órdenes y lo necesito vivo para Bì xià Liú.
Lí Sǒng frunció él entre cejo, pero no dijo absolutamente nada, acatando por completo la orden que le di. —Mierda, estas cosas tienen algo, mi energía se está filtrando por la mordedura y mi cuello sigue empeorando, debemos volver rápido.
Lí Sǒng me miro con angustia, rasgo parte de su túnica y la metió con fuerza en la boca del pequeño demonio que se retorcía entre sus piernas intentando salir. —¿estarás bien hasta llegar? Eso se ve realmente mal.
Sonreí calmando sus nervios y asentí, pero realmente no estaba seguro de si sería así, de alguna forma mi energía se escapaba. Mi cuerpo era una creación, una vasija, sin energía solo sería barro podrido como cualquier demonio nacido del monte Tai, y si no encontrábamos rápidamente a Bì xià Liú, entonces estaría en graves problemas. —Solo vamos rápido, tenemos que encontrar a los demás.
—Xiǎo-gē lo que acabo de decir hace un momento, yo...
—Lí Sǒng, este no es momento, dejaremos esto para después...
—Lo sé, solamente quería decirte, que fui totalmente sincero y que el que no estés actuando de otra manera, realmente me alegra y alivia mi corazón.
Lí Sǒng sonrió cálidamente, una sonrisa que derritió mi ser por completo y luego de tanto tiempo sentí que toda la culpa con la cual cargue durante tantos años, fue una verdadera idiotez. Aun así, no era el momento, no cuando las cosas estaban a punto de ponerse difíciles para todos, primero siempre estará la lealtad que le debo Huáng Dà Dì Liú... Pero, aun así, no podía dejarlo atormentarse tanto como yo lo hice. Me acerque mientras él se encargaba del pequeño demonio y bese su frente de la misma forma que lo hacía cuando éramos niños, sé que no es lo que esperaba, y a lo mejor no es para nada suficiente. Pero no puedo darle más en este momento.—Vamos, tenemos que encontrarlos.
Caminé lentamente mientras él me siguió en completo silencio y con una sonrisa enorme en su cara, tal vez, solo necesitábamos saber que lo que sentíamos y no está tan mal.
Posada central de BáiYù.
Las cosas no iban tan mal después de todo, después de tantos años la perra de té verde de Zhòu Yàn se había dignado a parecer. Con ella aquí y el tipo de herida que llevaba YànYàn, significaba que alguien de alto mando en los cielos estaba aterrorizado con nuestra llegada, buscar atacar a mi general cuando este va solo, es un indicio de que buscan retrasar nuestra estadía y que algo grande está por pasar.
«Toc, toc» estaba a punto de cerrar los ojos cuando un suave golpeteo sonó en mi puerta. —Adelante.
La pequeña diosa estaba parada frente a mí con una mirada llena angustiada que contrastaba la calma que traía en sus acciones. Suspire esperando las malas noticias y la mire indiferente. —Lí Sǒng y su herma... y Lí gōngzǐ están aquí, traen a una criatura, pero Lí gōngzǐ no se ve muy bien.
—Oh, cierto, se me había olvidado su herida. Bien, bajaré en un momento.
Ella me miro algo contrariada. —Realmente no se ve bien...
Negué con suavidad y con un resoplido bajé, ¿Qué tan mal podía hacerle un pequeño corte?... bueno eso es lo que pensé hasta que lo miré. —Mierda ¡Lu Xiao!, acaso te metiste en alguna tierra de caníbales o algo por el estilo, mira ese brazo.
—Bì xià Liú. Capturamos a uno, nos atacó, estoy seguro de que vi más, estaba lleno de hilos, no hilos comunes, eran de Déwēi. Solo me di cuenta de ellos por la luz de la luna y por la pestilencia del olor a podrido, incluso se movió demasiado rápido para uno de su especie, sin mencionar que su mordida aún no se cura y yo...
Lí YànYàn cayó directo al suelo antes de poder terminar de hablar, sus heridas cada vez se hacían más graves. Levante rápidamente su cuerpo inconsciente, se notaba la cantidad de energía que había perdido, era casi admirable el cómo se había mantenido en pie tanto tiempo. —Chico idiota, mira como tratas el cuerpo que tanto me costó crear...
Negué suavemente y se lo entregué a Lí Song que miraba horrorizado la situación, aun así, se mantenía al margen. —Joven dios, porque no lo llevas a mi habitación, prepararé las cosas y subiré, necesito que calienten agua y preparen vendajes, Chǒu Tai, sabes lo que necesito ¿Me harías el favor?
Chǒu Tai sonrió socarronamente mirando hacia Lí Sǒng. —Claro, con gusto, todo sea por mi pequeño YànYàn.
—Por favor, no compliques más las cosas Chǒu Tai...
—Como piensas así de mí, solo haré lo que me has pedido.
El joven dios negó frustrado y sin decir nada subió rápidamente con YànYàn entre sus brazos. Aún no entendía cómo había terminado Chǒu Tai colado en todo el drama de los Lí, aunque tampoco pretendía entender, lo que menos necesitaba en este momento era entrar en peores dramas que el mío, si es que fuese eso posible...
Preparé lo que necesitaba y fui directo a la habitación, para ser sinceros, sabía que muy posiblemente intentaran atacar a Lu Xiǎo. Saben que él es mi mano derecha y es primordial para el plan, y si Zhòu Yān está con ellos, no es raro que sepan que Lí YànYàn solamente usa un cuerpo de recipiente. Aunque utilizar armas espirituales sagradas solo me confirma que alguien de alto rango es quien dirige todo esto. Lo único que me preocupa en este momento es que Déwēi se unió a ellos, dos enemigos en conjunto, esas sucias ratas saben cómo hacer las cosas para sacar lo peor de mí.
—Por favor, has algo Liú Huó, él no se ve bien, su piel está demasiado fría y su-...
—Está muerto. Es normal que su piel esté fría, cuando está consciente puede crear latidos, aliento, incluso comer. Pero es toda una ilusión por así decirlo, su cuerpo es una simple vasija y es por ello por lo que también necesitamos traer de vuelta lo que robo la mujer que ataco a Lu Xiao.
El joven dios quedo en total silencio durante unos minutos y luego se volteó a verme. —Él también dijo aquello, dijo que lo creaste, ¿a qué se refiere con ello?
—Exactamente, a eso, Lí Sǒng, El Lí YànYàn que conociste, murió de hace muchos años en WūYā. Justo en la guerra que acabo con todo, lo que vez aquí, son sus restos y un poco del bajo mundo, todo junto con la energía necesaria, volvieron algo de Lí YànYàn del pasado.
—Pero él recuerda todo, es como siempre.
—Claro, porque dentro de este cuerpo, está su alma, su conciencia viva, es él, pero al mismo tiempo no lo es. Su cuerpo se pudrió de hace cientos de años, tu hermano fue degollado y de alguna forma no paso su juicio, quedo vagando por años en el inframundo, durante tantos años que se hizo parte del monte Tai.
—¿Entonces él realmente, es como esas cosas?
—No propiamente, cuando logre encontrar el alma de tu hermano, logre crear un cuerpo perfecto para él, claro que tuve que traspasar suficiente de mi energía, le di parte de mi esencia para crearlo, por ello él tiene ciertas cualidades, es... Especial.
—¿Puede morir, siente dolor?
—Claro que puede morir, como todos, pero eso no pasara. Te lo dije, Lu Xiǎo, es especial, es mi sombra, él no puede morir fácilmente... y no, no siente dolor físico, si es a lo que te referías. Ahora, si dejamos las preguntas para más tarde, tengo que sellar sus heridas. Chǒu Tai.
—Claro, lo mío, lo mío.
Chǒu Tai saco un pequeño reloj de sus túnicas y dio un pequeño golpe en él susurrando unas palabras. Luego de ello, todo el tiempo se detuvo, camino lentamente hacia Lu Xiǎo y se sentó en la cama colocando la cabeza de este es sus piernas, apenas toco su cuerpo, la energía que se escapaba veloz de él, se detuvo como todo a nuestro al rededor. —Bien, tienes diez minutos HuóHuó.
—Es suficiente.
Saque una pequeña bolsita con arena del Tài Shān, puede parecer normal a simple vista, pero con un solo gramo de esta arena, se pueden crear bestias demasiado peligrosas, robar energía o crear armas letales para los demonios que habitan en el inframundo, incluso para los mismos dioses.
—¿Qué es eso?
Yáng gūniang miraba expectante en un extremo de la habitación, Chǒu Tai le sonrió con amabilidad, sabía que entre aquellas miradas había algo, pero entre las conquistas de Chǒu Tai, siempre es mejor no meterse. —Es tierra del Tài Shān, es... Algo especial.
—Sí... Si sabemos para qué sirve, está en los libros, solamente que jamás la había visto y pensé...
—¿Qué era algo más fuera de lo común (?
Chǒu Tai rio suavemente mientras acariciaba con lentitud el cabello de Lu Xiao, el joven dios Lí apretaba fuertemente los puños tratando de contener su arrebato, claramente lo estaban provocando. —Chǒu Tai.
—No he hecho nada.
Chǒu Tai levanto sus manos en señal de inocencia y rio infantilmente, suspiré frustrado y vi como Yang gūniang se acercaba sentándose al lado de este mientras le decía algunas palabras en susurros, Chǒu Tai solo asintió y saco su abanico desviando su mirada. Intente ignorar a todos a mi alrededor y terminar rápido, realmente diez minutos no es tanto tiempo como parece y si queda mal, no tenemos más tiempo de ir por tierra al monte Tai. Una vez todo terminado solté la pequeña bolsita en las manos del joven dios Lí y me retiré lentamente, este viaje estaba siendo demasiado lento y eso era frustrante. —Ya me viste como lo hice, si en algún momento lo necesita, ya sabes cómo hacerlo.
El joven dios me miro dubitativo y sostuvo con fuerza el pequeño saco que tenía en sus manos. —Gracias...
Había sido un leve susurro, pero las palabras fueron claras y llenas de un alivio, uno que era extraño escuchar en estos tiempos. Sonreí y simplemente me fui dejando al par arreglar lo que sea que tengan que arreglar. Mañana sería un día complicado, a partir de mañana empieza el verdadero juego, ya no hay vuelta atrás.
Me senté en la ventanilla de la habitación mirando hacia los cielos. Era irónico realmente nadie podría adivinar que en aquel lugar en donde brillan fervientemente las estrellas, viven aquellos seres tan despreciables, siendo venerados por los mortales, llenos de lujos, jugando con la vida de los que son más débiles y decidiendo el destino de cada ser a su propia conveniencia. Pero todo ello se acabaría pronto, me encargaría de eliminar a cada escoria que lo mereciera. Esos finos dioses con pulcras vestimentas, que no son más que cáscaras vacías incapaces de empatizar o velar con quienes pasan días y noches pidiendo por su ayuda, a quienes dejan todo por un solo favor de los cielos. Son realmente unos monstruos, es irónico decir aquello viniendo del Huáng Dà Dì de Dì Yù Bān, pero sé que aún yo tengo menos sangre en mis manos que ellos. Y si mi destino es ser condenado como la peor escoria de la historia, está bien, pero recuperaré todo el reinado que siempre le perteneció a su Alteza Xuě Tiān, los cielos únicamente tienen un emperador, un solo heredero, y es aquel yace durmiendo en lo más alto de mi imperio, imperio del cual también será dueño una vez que pueda dejar todo listo para él, jamás nadie lo podrá volver a tocar, nadie le volverá a hacer daño.
Saque el pequeño extractor de loto admirando su resplandor y las pequeñas almas en forma de la flor empezaron a inundar la habitación, como bailando en el aire, pequeñas luces blancas en forma de loto. Almas cálidas que únicamente tenían un propósito y era ser parte de su Alteza real algún día. —Solo un poco más, solo esperé un poco más...