DE VUELTA AL DESEO

Los abogados de Liam realizan el proceso que estaba casi listo, definitivamente Juan no quería que se realizara el cambio, pero bajo la ley no puede protestar, no es su hija.

Tengo mucho dolor de cabeza, siento que lloraré en cualquier momento, estoy aún muy molesta, porque de verdad que me incomoda la actitud de Juan, yo estoy bien grande y todo este desastre está pasando precisamente por mi culpa y ahora que estoy asumiendo es quien menos debería de estar opinando, solo apoyarme por los años de amistad que hemos tenido.

—Grecia, parece que en cualquier momento te va a dar algo— dice Jules.

Ya estoy en casa, el cambio de apellido fue un éxito, tengo que esperar dos días para que me lleguen los certificados originales, pero es lo de menos, ahora, postergamos la reunión con Grace, debido a mi malestar, pero mañana sin falta lo haremos.

—Es que de verdad estoy enojada Jules— le digo bufando.

—Para mi Juan está enamorado de ti— suelta y me río.

—No digas babosadas Jul— niego.

—¡No son babosadas!— exclama—Si no sintiera nada por ti, entonces, no tendría porque interponerse en tus decisiones— aclara—como tú amigo debe apoyarte y darte su mejor consejo, solamente eso, independientemente de sus creencias, yo confío de que Liam lo hará bien esta vez, si no es contigo, por lo menos con Grace— dice.

¡Maldita boca suya! Todo el tiempo tiene la razón, a veces la odio.

—Está enamorado solo—digo bajito.

—Yo sé que tu eterno amor es el padre de tu hija— asiente—por eso nunca te has dado oportunidad con nadie más— asegura y asiento, ¿para qué negar lo que es obvio? Jules me conoce desde hace tiempo, yo sé que tiene razón.

Caemos en lo mismo, siento que por muchos soy señalada simplemente por guardarle luto a un amor que no pudo ser y a un hombre que desde la primera vez que lo vi quedé completamente enamorada de él y hasta el día de hoy es así, solo que ahora la madurez es mayor, veo todo de una forma diferente, porque por muy enamorada que esté no volvería a lo mismo de antes, ¡jamás! Me haría más daño y le causaría a mi pequeña un daño fuerte, lo cual, no estoy dispuesta a hacer.

—La primera que te haga Liam, yo misma lo mando al otro mundo— dice tomándome por sorpresa.

—A veces das miedo—la señaló horrorizada—Tengo en contra muchos sentimientos— suspiro—Jules, de verdad que me siento agotada y las heridas que creí que habían sanado han comenzado a sangrar— confieso.

—Es normal que tengas los sentimientos hechos un desastre, pero ahora toca ser fuerte— me abraza.

Sin poder evitarlo dejo fluir mis lágrimas, estaba luchando por no soltarlas, pero la verdad es que necesito desahogarme, todo lo que ha pasado me ha llevado al límite.

Sin embargo, no todo es tan malo como se ve.

—¿Tus papás Grecia?— pregunta.

Suspiro y niego—No sé de ellos Jules— susurro—De verdad los extraño— acepto.

El tema del abandono de mis padres es demasiado fuerte para mí, porque yo los amo, pero ellos me han decepcionado de la forma más cruel posible y que haya tomado la decisión de no buscarlos no quiere decir que no me duela.

—Tu madre me envió— confiesa y la observo interrogante—Para saber cómo estaban, me pidió fotos de Grace— dice y lloro.

—¿En serio Jules?— pregunto sin creerlo aún.

—Si, incluso, me dijo que estaba muy arrepentida— dice y niego aún sin creerlo, Dios esto nunca me lo esperaba.

—No sé que pensar— hipo—realmente ellos me han hecho mucha falta—digo sintiendo mucho dolor en mi corazón.

—Yo mejor que nadie sé lo mucho que has sufrido por su abandono, yo lo sé mejor que nadie, he sufrido contigo y para mí fue tan injusto que se olvidarán de ti solo por haber creado una vida que te ha costado sudor y lágrimas— dice haciéndome llorar más.

—Jules, ellos no tenían que haberme abandonado de esa forma, suficiente tenía con haberle ocultado a Liam mi embarazo y haberme alejado, aunque haya sido lo mejor, en ese momento estaba destrozada y yo necesitaba mucho de ellos— susurro.

—Eso lo sé y te admiro muchísimo por haber sacado fuerzas de dónde no las tenías, por haber salido adelante con tanta determinación y valentía—sonríe—Llama a tu madre Grecia— pide.

—Ella es la que tiene que buscarme Jules, ella fue la que me abandonó y si está tan arrepentida que me llame, nunca he cambiado de número telefónico—le digo y pone los ojos en blanco—No lo hagas, sabes que tengo razón— la señalo.

—Si, si— asiente.

Olvidamos el tema de mi madre, sé que tengo razón y me duele muchísimo, pero no pienso buscarla, ella fue quien me abandonó, ella solita debe buscarme.