Completa
La vida nos da siempre segundas oportunidades y donde hubo fuego cenizas quedan, eso decía mi abuela.
Ari conoce a Álvaro cuando apenas tenían 16 años, ellos se enamoran, Pero por las circunstancias de la vida hace que cada quien tome un camino distinto a lo que ellos pensaron.
El destino los junta reviviendo el pasado amor de adolescente que tuvieron y ahora con mas fuerza.
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Cap. 18: Dolor
ARI BLANCO
Álvaro es un hombre prohibido. Aunque yo sabía perfectamente que es un hombre casado, quise creer en él, en el destino, en la vida.
Cuando esa foto entró en un mensaje, la poquita esperanza que tenía, desapareció. Anne y él en la cama desnudos. Por increíble que suene, es la primera vez que veo el cuerpo desnudo de Álvaro. Un dolor como una punzada rodeaba mi pecho. Sentí ganas de llorar, mis ojos se humedecieron.
Es hora de ignorar todo esto. Me levanté de la cama, por diferencia horaria aquí ya eran las 6 :00 am. Me alisté y fui a la universidad.
— ¿Estás bien? — preguntó Thomas.
— Claro. Todo perfecto en mi vida— le sonreí.
Thomas y yo nos hemos convertido en buenos amigos y compañeros de clases.
— Detecto que me mientes. Dime qué te pasa. Sabes que no me puedes mentir.
— Nos toca entrar.
No podía esconder mi tristeza. Pero Thomas no sabe nada de Álvaro y es algo que no quiero hablar con nadie que no sea Eloi.
Todo el día en clases. Thomas me coge de la mano.
— No te dejo ir si no me dices. No almorzaste, estuviste distraída en clase y para colmo me has ignorado todo el tiempo.
— Estoy bien. Extraño a mi mamá y a Eloi. Tal vez sea eso. Pasé navidad sin mi familia, llegó año nuevo y prácticamente estuve sola en la residencia. A veces quisiera tener todo el dinero del mundo para hacer lo que deseo. Tal vez siendo millonaria nadie me menospreciaría— me solté a llorar. Thomas me abrazó.
—¿Quieres ir a ver a tu mamá?
— Claro que quiero.
— Te prometo que en las vacaciones semestrales iremos.
— No te preocupes. Cuando viajé sabía que tenía que ser fuerte y esperar. Siendo positiva solo nos faltan tres años y regreso a mi país.
Thomas limpió mis lágrimas y acarició mis mejillas.
— No hagas eso, por favor. No quiero que malinterpretes nada.
— Ari, creo que me gustas.
— Tú no Thomas. Yo te aprecio como amigo. No quiero que eso cambie.
— Perdón solo, sentí la sensación de querer protegerte.
Me despedí de Thomas y me fui a la residencia.
Saqué mi celular y tenía varias llamadas de Álvaro. Nuestra historia es un punto final, no es un punto y coma. Lo bloqueé por todos lados.
Llamé a mi madre.
— Mamá.
— Mi niña. ¿ cómo estás?
— Te extraño.
— Yo también. Todo lo bueno requiere un sacrificio.
— ¿Has visto a Eloi? A ella también la extraño.
— No. Del trabajo a la casa.
— Mamá, eres joven aún. Consíguete un compañero de vida para que no estés sola. Apenas llevo un año aquí, me faltan un par de años más.
— Lo pensaré. Aunque no es prioridad.
— Está bien. Voy a cenar. Te llamo otro día. Te amo mami.
— Yo también te amo— Colgué la llamada.
Soy una tonta. Releí una y otra vez los mensajes de Álvaro y la foto que tanto daño me provocaba, la veía tantas veces.
ALVARO GRUBSTEIN
El efecto de la droga pasó después de un par de horas. Llamé y llamé a Ari. Quería explicarle pero ella no respondió.
Me siento cansado de todo. De querer ser feliz con la mujer que yo amo, pero no puedo.
Salí de la suite y regresé a casa de mis padres. Ya nada me importaba. Subí a mi cuarto y me acosté.
Mi madre entró sin tocar.
— Deberías estar con Anne. ¿Qué haces aqui?
— Debería, pero yo no quiero. Quiero descansar aquí. Madre, puedo preguntarte algo.
— Si, dime.
— ¿Soy hijo de ustedes? Hijo biológico.
— Si. Eso no lo dudes.
—Y por qué me tratan como si fuera una mesa o una silla más de esta casa. ¿Por qué has ignorado mis sentimientos?, sabes que no siento nada por Anne. Tú sabías que yo quería a otra chica. Me obligaron a casarme aún siendo menor de edad y ayer— pausé — Anne puso una droga en mi bebida para poder tener sexo conmigo. ¿Sabes cómo me siento? Ya no quiero saber más de nada. Solo quiero morir. Y me pregunto, ¿Quién va a heredar todo lo que tú y mi padre tanto trabajaron si muero? ¿Ha valido la pena todo?
Mi madre me miró en silencio. Lloré como un niño pequeño en su hombro. Por primera vez mi madre me consoló. Lloró conmigo.
— Me duele escucharte decir esas cosas. Aunque soy esposa de tu padre, un hombre fuerte de carácter, y lo amo. Pero te amo más a ti. Voy a conversar con tu padre. Puedes quedarte, este es tu cuarto. Hijo perdón.
Abracé a mi madre con fuerza. Ella salió del cuarto. Me levanté puse llave a la puerta y me acosté.
¿Será que me he obsesionado con Ari? ¿Qué debo hacer?