Maja es una hacker que obtiene un trabajo importante para buscar a la esposa de un enigmático empresario que fue secuestrada. Pero comienza una relación prohibida con ese hombre. Un amor imposible que sería infinito.
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Capítulo El regreso de Magdalena.
Maja 15
Capítulo 15 El Regreso de Magdalena a la Mansión.
Elsa Isasa.
Leonardo Valente caminaba de un lado a otro de su escritorio. Su rostro estaba desencajado por la desesperación.
– Leonardo…
– ¿Qué quieres Paula? –
–¿ Magdalena dormirá aquí contigo cuando la traigan?,--
– No Paula. Busca una recámara para ella y el niño – dijo cortante – está prestando declaración en sede policial. Mí primo , maldito desgraciado, escapó. Lo están buscando.--
–¿Entonces le doy la recámara de Maja?
– No. Cierra la recámara de Maja. Que nadie entre. - dijo casi gritando.
– Está bien hijo. No te preocupes por favor. Todo se solucionará.Tendras a tu hijo contigo y eso es lo importante. -
– Eso lo sé. Es lo que siempre quise. Pero lo llevaron para revisarlo los de protección a la infancia. Exámenes físicos y psicológicos dicen. ¡Tiene solo dos años Paula! Debe estar asustado sin su madre.
– Escucha Leonardo. Es mejor que lo revisen. Quien sabe lo que pasó ese pequeño. Vaya a saber cómo fue tratado y alimentado. –
– Si ella está bien, no tiene heridas y está bien alimentada habrá protegido a nuestro hijo. ¿No crees? –
– Claro. Lo habrá protegido– dijo Paula y salió del lugar.
El teléfono sonó insistente otra vez.
– Leonardo –
– Andrea. Que pasó. Ya vienen? ¿Encontraron al desgraciado? –
– No, aún siguen con ella declarando. Dicen que su declaración tiene inconsistencias. –
– Inconsistencias. Que significa. –
– Bien. No sé. Fueron parcos al informarme. Cuando terminen de tomarle declaración pediré con nuestro abogado los papeles. Tenían nombres falsos pero el niño fue anotado con el apellido Luciani, como hijo de Magdalena y Vito Luciani. Su nombre de registro de nacimiento es Dinor Luciani.--
– Maldito desgraciado. Quizo robar a mí hijo. – dijo Leonardo–
¿Sabes algo de ella?¿Le preguntaste a César? –
Andrea supo que no hablaba de Magda.
– Cesar no sabe nada de Maja ni de Bruno. Hice revisar los viajeros que salieron en trenes, colectivos y aviones. Maja y Bruno no están. Así que deben andar por la ciudad. La encontraré amigo.--
– ¡Encuentra a Maja Andrea!. Me quedaré loco sin ella. - dijo Leonardo casi gritando.
– Tranquilo. Por favor. Tranquilo. -
Y la conversación siguió un rato más.
Pero quien no estaba tranquila era Magdalena Valente.
El policía de investigación prácticamente la estaba acosando con preguntas que ella debía pensar muy bien para contestar. Estaba nerviosa y trataba de demostrar tranquilidad y arrogancia, eso siempre le daba resultados.
– Les he contado que ese día salí al salón de belleza y me drogaron. Cuando me desperté ya estaba en poder de ese hombre. –
– Señora Magdalena. Usted dijo que había ido a la casa de modas y ahora dice salón de belleza.¿ No recuerda como la secuestraron? –
– Yo no dije eso. Usted es un ignorante y estúpido. Quiero de inmediato que mí marido el Señor Leonardo Valente me mande un abogado. Sin abogado no hablo más. Son mis derechos! – Gritó. –
– Señora Magdalena. Puedo ponerle la grabación de su declaración anterior sin problemas…
– Hablaré solo si está mí abogado. –
– Señora, sabe que su niño está en poder de las autoridades de Defensa de la infancia. Usted no ha preguntado por su hijo. Puede contestar solamente algo referente a la identidad del niño. ¿Por qué se llama Dinor Luciani? –
– Estúpido. ¡Me obligó a hacerlo el secuestrador! Y no pregunte por el niño porque debe estar bien, si está con las autoridades! -
– ¿O sea que el secuestrador es el padre del niño?--
– ¡El padre de mí hijo es mí esposo! - casi gritó la mujer.
– ¿Entonces no tiene problemas en que se le haga un análisis de ADN a Dinor?--
– Sin mí autorización no pueden sacar un análisis genético. ¡Les prohíbo!--dijo ya muy nerviosa.
– Señora…
– No hablo más sin mí abogado.--
Los policías se miraron. No le creían nada. Y no querían dejarla ir. Se suponía que ella era una cautiva que fue salvada por las autoridades y parecía una enemiga de la policía. ¿Acaso una cautiva necesita abogado defensor?
José Pérez, el funcionario de mayor rango de investigaciones salió al corredor y vió al secretario del señor Valente y le explicó lo que pasaba.
–La dejaré ir, pero no puede salir de su residencia. No creemos que haya sido secuestrada. Creemos que se fue con el señor Luciani por propia voluntad. Sugiero que el señor Valente pida un examen de ADN. El puede hacerlo. Puede llevar a la señora ahora pero no debe salir de la casa. Seguiremos buscando al señor Luciani y apenas el niño termine sus estudios médicos y psicológicos será llevado con la madre. –
– Está bien. Firmaré el papeleo y la llevaré a la casa.-- dijo bastante asombrado de estos comentarios.
Esto sería un mazo en la cabeza para Leonardo. Lo había tranquilizado diciendo que podía encontrar a su salvación en este país. Pero realmente lo dudaba. Maja había salido del país. Era su cable a tierra. Era la mujer que le había hecho volver a sonreír y a vivir la vida. Y ella cumplió su tarea y se marchó. La entendía. Era una gran mujer. No quiso ser la segunda. Creía que la mujer de su amigo fue secuestrada realmente y que ese niño era suyo.
¿Y si no lo era? Si ese niño no era hijo de Valente. ¿Podía ser tan mala mujer Magdalena? Con todo lo que Leonardo Valente la había cuidado y consentido. Todo lo que quería esa mujer lo tenía. La vida de su jefe se vendría abajo otra vez y lo que más le impactaría si ese niño no era su hijo.
Uno de sus empleados llamó a Andrea:
__Tengo el vídeo que continúa al hecho de peleas en la sala del aeropuerto. La pareja Vito Luciani, Magdalena Valente terminó su pelea en el baño del aeropuerto. Hay restos de un momento sexual entre ambos. Hemos podido recoger un paño donde parecía verse flujos de ellos. Si bien, no sería legal, quizás podría servir para un análisis de ADN y de inmediato saber si había lazos de parentesco entre Vito Luciani y el niño–
–Bien. Mantén esa prueba guardada de manera correcta. Aun no le diré al señor.Pero seguro que la usaré. Iré a firmar la salida de la señora y la llevaré a la casa. Nos vemos y gracias.
Cuando Magdalena llegó a la mansión Leonardo ni siquiera salió a recibirle.
No le gustó el dormitorio que la maldita harpia de Pabla le mostró cómo su recámara. Pero decidió dejar de chillar, bañarse e ir a tener su noche de amor con Leonardo Valente
. Pero su otrora enamorado esposo ni siquiera la dejó pasar a su recámara.
– Este fue un día muy estresante. Vete a descansar.--
– Pero dormiré contigo bichito. Te extrañé tanto. –
– Lo siento Magda. No dormiré a tu lado. No, hasta saber porque tienes libertad restringida o mejor dicho prisión domiciliaria. Mañana quiero ver a mí hijo. Vete a dormir. - le dijo. Y le cerró la puerta en la cara.
La forma d narrar d la autora es bellísima y llega a los sentimientos t transporta y t hace vivir la historia
Bendiciones
El mató a los papás d Maja