EN CONTRA DE TODOS

Al llegar veo que Liam está sentado en el escalón de la entrada.

¡Esta loco!... La noche está demasiado fría.

Al ver que Taylor estaciona para que yo pueda bajar el se acerca muy sonriente.

- Taylor buena noche, tenía este café justo para que lo bebas, ¡Hace mucho frío!.-

- Señor Liam le agradezco mucho.- Responde Taylor muy contento.

- ¡Oye! Puedes irte a descansar... Yo me responsabilizó de llevar está dama de vuelta a casa ¡Si así lo deseas!.- Dice mirándome.

- ¿Señorita?.- Dice Taylor.

- ¡Está bien! Ve a casa Taylor, si te llegó a necesitar te llamo.

- ¡No importa la hora! Si me necesita me llama.- Dice Taylor muy convincente.

-¡Por supuesto!.- Respondo mientras bajo del auto.

- ¡Adiós Taylor! Feliz noche...- Le grita Liam mientras abre la puerta para que yo entre.

Al ingresar al interior de su casa, veo que es un espacio pequeño pero muy ordenado y bello.

Los pisos son de madera muy brillante, veo a un costado de la entrada un muro en forma de cubos y en cada uno hay un mini auto de colección, ¡Es algo muy bonito de apreciar!. Veo al pasar un comedor de solo 4 puestos y la sala es pequeña pero se ve muy agradable.

La cocina tipo americana algo pequeña pero bien ordenada, y supongo que al fondo vestan las habitaciones.

- Mi casa es algo pequeña, pero es bien acogedora. ¡Pasa y acomódate en el lugar que desees! La cena estará pronto.- Dice mientras corre a revisar las ollas.

- ¡Es muy bonita! Y veo que eres bastante ordenado. ¡Eso me gusta!.- Digo mientras sonrió y detallo las pequeñas colecciones que tiene en cada espacio del lugar.

- ¡Mi madre falleció hace dos años! Así que me quedo esta casa.- Dice desde la cocina.

- Okay ¿Siempre viviste con tu madre?.-

- ¡No! Cuando empecé a estudiar y trabajar decidí irme a vivir solo, tiempo después entre a MyLux, empecé a ganar mejor y con mucho sacrificio logré comprar mi casa, ¡Aún la sigo pagando! Pero vale la pena el esfuerzo.-

- ¡Te felicito por eso!.- Digo mientras me acerco y tomo asiento en la barra.

- ¿Estás cómoda ahí?.- Pregunta viéndome a los ojos.

- ¡Muy cómoda!.- Respondo sin desviar la mirada.

-Me pone nervioso que me veas así, ¡Con un delantal de cocina!.-

- ¡Te ves bien! Ese color rojo resalta el color de tu piel.- Digo sonrojada.

- ¿Quiere beber algo?.- Pregunta cambiando el tema.

- Agua está bien.-

Mientras bebo mi agua, disfruto de esa hermosa y perfecta vista que ese hombre me da.

Está usando jeans que le queda demasiado perfectos, le resaltan su trasero que me hace pasar saliva, lleva una camisa Polo que le deja al descubierto sus brazos músculosos y sexis, en el antebrazo le veo un pequeño tatuaje con el nombre de Elizabeth y una fecha que no alcanzo a descifrar por lo que se mueve mucho. ¿Será el monte de su madre, o alguna mujer... ¡Cielos! O de una hija?. Me atoro con ese sorbo de agua, el cual me hace toser demasiadas veces.

Él deja de hacer lo que estaba haciendo y corre a verme.

-¡Cielos! ¿Estás bien?.- Dice mientras da pequeños golpes sobre mí espalda.

Yo carrasteo y asiento con la cabeza, mientras logro recuperar mi estabilidad.

¿Como carajos pasa esto? ¡No puedo ser más idiota, cielos!.

- Ya estoy bien.- Digo mientras me vuelvo a sentar.

-¡ Me asustaste! .- Responde volviendo a la cocina.

Minutos después veo que sirve los dos platos y los acomoda en la mesa, allí ya tiene copas de agua y los cubiertos bien organizados, Es claro que tenía todo listo hace rato.

¡Todo huele exquisito!, veo que ha preparado pasta.

Pasamos a la mesa y nos deleitamos comiendo está deliciosa pasta que ha preparado con tanta dedicación.

Es una deliciosa pasta Alfredo con camarones, si no estoy mal.

Pero debo decirles que le ha quedado exquisita.

En casa pocas veces preparan pasta, ya que a Merry no le gusta, la preparan cuando yo la pido y eso es de vez en cuando. Normalmente, quién elige el menú del día es mamá.

- ¿Veo que si te gusto?.- Dice Liam sonriendo satisfecho.

- ¡Te quedó muy deliciosa!, la he comido en algunos lugares pero debo decir que la tuya no se puede comparar.- Sonrió.

- Mi madre fue quien me enseñó a prepararla. Ella siempre me decía: "Cuando te atrevas a invitar una chica a mi casa, prepárale este plato y si a ella le gusta es la indicada para ti".- Dice mientras me ve a los ojos.

- ¿Y a cuántas le has preparado este plato.- Digo rompiendo el contacto visual.

- ¡Eres la primera mujer que viene aqui!.- Dice.

Veo, como sus ojos se oscurecen y brillan tan intensamente que desordenan todo dentro de mí.

Siento como el calor invade todo mi cuerpo, la respiración se acelera y estoy sonrojada sin tener ningún control.

Carraspeo y me levanto de la mesa.

- ¡Gracias! Tú mamá hizo un muy buen trabajo, porque la pasta está exquisita.- Digo mientras voy ayudando a recoger los cubiertos.

- ¡Deja eso por favor! Yo lo hago, tú eres mi invitada.-

- ¡Ay no! Déjame agradecer por lo menos lavando los platos.- Digo yendo a la cocina.

- ¡Está bien!.- Dice él muy cerca de mi oído mientras deja lo demás.

Un cosquilleo repentino se ubica bajo mi pelvis al sentir a ese hombre tan cerca de mí. ¡No se cómo vine a meterme en la boca del lobo!.

Lavaré estos platos y me retiraré, será fácil.

Entre lavada de platos y ollas aprovecho y limpio un poco el mesón y la estufa, aunque no hay mucho reguero trato de que todo se vea limpio.

- Jamás imaginé que una mujer tan famosa como tú estaría en la cocina de mi casa.- Dice mientras observa desde la barra.

-¡Tan mimada no soy! Yo trabajé lavando platos en un restaurante cuando tenía 17 años, así que esto no es nuevo para mí.- Respondo mientras lo volteo a ver.

- ¡Eso es bueno!.- Dice mientras se levanta y va acercándose a mí, como es de imaginar aquí no tengo opción de salir corriendo.

El acelere que estoy teniendo en este momento me va a matar ¡Santo Cielo!.