Atrapada En El Destino

"¡¿Qué estás haciendo?!" Después de verla sin decir nada, volvió a preguntar, pero sus ojos lo miraron sin pestañear.

«¿Es sonámbula?», pensó. Pero, cuando vio claramente sus ojos, se sorprendió una vez más. Cuán hipnotizados estaban sus ojos esmeralda.

¿Es ella realmente Keyla Romano, la chica que pronto será su esposa? Ahora, se sentía confundido.

Cuando Jaxon todavía no está seguro sobre la apariencia diferente de Keyla, Keyla se congeló en el lugar al ver a Jaxon. El hombre que solía ver con un traje formal ahora se veía tan diferente con su atuendo casual de estar en casa.

Su aura, que siempre se sentía sólida e intimidante cuando estaba cerca de él, ahora era todo lo contrario. Parecía muy amigable al acercarse.

¿Era por la ropa que vestía? Solo vestía pantalones deportivos negros y una sudadera blanca sencilla. Su cabello, generalmente peinado hacia atrás, ahora se ve desordenado, pero eso no disminuye su incomparable buena apariencia.

Le gustaba esta versión simplificada de Jaxon sobre el Jaxon frío y noble. Durante unos segundos, ella sólo pudo mirarlo con asombro.

"Señorita Keyla, ¿a dónde va a esta hora?", preguntó con una voz amable, pero fría, lo que hizo que Keyla se diera cuenta de que este hombre era el mismo Jaxon que conocía. La única diferencia es la apariencia, pero la conducta permanece inalterada.

"Yo, yo quiero..." Antes de que pudiera terminar su oración, sus piernas de repente se sintieron pesadas y su visión pareció dar vueltas. Rápidamente, se sujetó de la pared a su lado para evitar que su cuerpo se cayera. Sin embargo, sintió que su cabeza le dolía aún más. Cuando intentó cerrar los ojos, al mismo tiempo, su cuerpo se desplomó al suelo.

Jaxon entró en pánico cuando vio que la niña parecía enferma, y ​​​​casi se cayó. Corrió para ayudarla, "Señorita Keyla, ¿qué le pasa?". Le sujetó la mano con fuerza para evitar que callera al duro suelo.

En el momento en que su mano tocó la de ella, otra ola de shock lo golpeó. ¿Esta chica tiene fiebre? Al no escuchar ninguna reacción de ella, miró de cerca su rostro, pero los ojos de la chica estaban fuertemente cerrados como si estuviera inconsciente.

"Señorita Keyla, ¿está bien? ¿Puede responderme?"

Jaxon llevó a Keyla a su dormitorio y colocó a la débil Keyla en la cama. Después de ponerla en la cama, la cubrió con una manta fina. Jaxon no salió de la habitación de inmediato, sino que se sentó en el borde de la cama, observando su rostro. Vio que sus cejas se fruncían y murmuró algo que no pudo entender. Cuando puso su mano en su frente, pudo sentir lo caliente que estaba su temperatura corporal.

"S-Señor... Jaxon... ¿Puede ayudarme a llamar a la recepcionista? Necesito un medicamento para bajar la fiebre..." dijo sin abrir los ojos.

"¡Espere aquí!" Dijo y salió de la habitación.

Después de escuchar a Jaxon alejarse, Keyla solo se atrevió a abrir los ojos. Antes, había cerrado los ojos deliberadamente, no queriendo hacer contacto visual con él. Keyla no quería que Jaxon viera el color de sus ojos. En cuanto a su cabello, no tenía otra opción. Él lo había visto. ¿Pero sus ojos? Estaba segura de que Jaxon no lo notaba.

Mirando fijamente la puerta entreabierta, exhaló profundamente. Podía escuchar a Jaxon haciendo llamadas telefónicas afuera.

No quería molestar a Jaxon, pero ahora estaba ocupado afuera. Esperaba que Jaxon no expresara su enojo hacia ella más tarde, o le desagradaría aún más. ¿Odiarlo? Parecía lo más desafiante que podía hacer.

"¡Dios! ¿Por qué ahora? ¿Por qué me estás dando esta fiebre ahora, eh?" Murmuró.

Una vez más, cerró los ojos, tratando de distraer su mente del repentino contacto físico que había tenido hace un momento cuando Jaxon la llevó a esta cama.

Todavía podía oler rastros de su fuerte aroma a su alrededor. Todavía podía sentir el momento en que sus fuertes manos la tocaron. Sentía que quería estar en sus brazos un poco más.

Keyla se sintió avergonzada por sus pensamientos traviesos: la idea de estar en los brazos de Jaxon Riley.

'¡Chica estúpida! Ese Príncipe de Hielo solo la ayuda. ¡¡No puede esperar nada!!' Una vez más, Keyla intentó advertirse a sí misma que no debía enamorarse de él fácilmente. Ese hombre nunca la querría.

Fuera de la habitación,

Jaxon estaba de pie cerca de la ventana de vidrio cuando llamó a Lian Evans, su asistente.

"¿¡Maestro Jaxon!?" Lian se sorprendió al ver el nombre de Jaxon en la pantalla de su teléfono.

"¡Llame al médico de inmediato, Lian!"

Lian agarró su camisa antes de preguntar: "M-Maestro... ¿está enfermo?", preguntó mientras se ponía la ropa.

"¡No, no estoy enfermo, Lian! Pero la señorita Keyla sí. Creo que tiene fiebre..." Una mirada preocupada se reflejo por sus ojos mientras miraba el cielo oscuro afuera.

Después de que terminó la llamada telefónica, No fue a la habitación de Keyla inmediatamente. Se quedó allí unos momentos, pensando en algo.

—Keyla Romano, ¿qué estás ocultando? ¿Por qué cambiaste tu apariencia de esa manera?. Jaxon trató de recordar cuando vio su hermoso cabello rojo ondulado cayendo por su espalda y el atractivo color de sus ojos. Esa mirada le hizo pensar por primera vez que Keyla era hermosa.

A la mañana siguiente,

Keyla abrió los ojos y encontró una aguja intravenosa clavada en el dorso de su mano. Cuando intentó levantarse, sintió que le dolía la espalda. Un gemido bajo escapó de sus labios mientras se recostaba. Sus ojos miraban al techo en silencio, tratando de reunir fuerzas.

Pero luego se sorprendió al escuchar la suave voz de Jaxon en la habitación.

"Buenos días, señorita Keyla. Le sugiero que no se mueva antes de que el médico revise su estado".

Jaxon dejó su iPad en la mesa de café y caminó hacia la cama. Vio a la chica acostada nuevamente. Su rostro estaba pálido y sus ojos turquesas estaban ligeramente enrojecidos, pero aún hermosos.

Keyla lo vio erguido junto a la cama, luciendo atractivo con una camisa blanca y pantalones azul marino. Su cabello está cuidadosamente peinado hacia atrás; parecía que había estado listo hace mucho tiempo, a diferencia de ella, que todavía llevaba un camisón con su cabello de león.

De repente, Keyla se congeló. Se dio cuenta de que Jaxon había visto su apariencia real. ¡Dios mío! Ya no podía disfrazarse detrás de su peluca y lentes de contacto.

Ella siente como si todo su cuerpo estuviera ardiendo bajo su mirada. Inmediatamente, desvió su mirada hacia otro lado, incapaz de soportar la mirada curiosa de Jaxon. Notó que el sol brillaba intensamente afuera.

¿Jaxon canceló su regreso a la capital? ¿Por qué no la despertó?

Confundida, lo miró de nuevo. Encontrarse con sus ojos gentiles podría hacerla sentir terrible: sus planes cambiaron debido a su fiebre repentina.

"¿Q-qué hora es?" Preguntó, pero luego se sorprendió al escuchar su voz ronca y desconocida escapar de sus labios; suena como la voz de un hombre. Se aclaró la garganta, tratando de que su voz volviera a la normalidad, pero su garganta todavía se sentía incómoda. Necesitaba algo de beber para humedecer su garganta seca.

"7 AM".

"Sr. Jaxon, lo siento por mi culpa, llegamos tarde ..." lo miró con una mirada arrepentida.

"No llegamos tarde, señorita Keyla. Nuestro vuelo sigue como estaba planeado". Jaxon miró su reloj. "En un momento, el doctor vendrá a examinarla. Si les permite volar, entonces partiremos inmediatamente..." Después de decir eso, escucharon un golpe en la puerta.

Pronto, Lian entró en la habitación con un hombre alto y pálido que usaba anteojos. Él es el doctor que vino anoche.

"Sr. Riley, señorita Romano, buenos días..." El doctor los saludó cortésmente y examinó la condición de Keyla sin hablar. Después de un rato, se puso de pie y caminó hacia la zona de asientos, hablando con Jaxon.

"Sr. Riley, la señorita Keyla está bien. Ya no hay problemas con ella. Puede volver a sus actividades como siempre..."

Jaxon asintió levemente antes de pedirle al doctor que le quitara la vía intravenosa. Después de que el doctor y Lian se fueron, la habitación quedó en silencio nuevamente.

"Señorita Keyla, ¿Has oído el informe del médico?

"Hmm, ya lo he oído."

"¡Bien! Puedes prepararte. Saldremos hacia el aeropuerto después de que termines de prepararte". Se levantó del sofá y caminó hacia la puerta antes de mirar a Keyla. "Puedes desayunar en el avión".

"Gracias, señor Jaxon..."

Jaxon solo pudo asentir mientras salía de la habitación.

Keyla sonrió levemente mientras veía a Jaxon cerrar la puerta. Dejó escapar un largo suspiro mientras se levantaba de la cama.

Se sentía confundida. Ya no podía ocultarle nada a Jaxon, ni siquiera a Lian. Ambos ya vieron su apariencia real.

¿Todavía necesita ocultar su apariencia usando una peluca?

Quería llorar por su estupidez al dormir en la playa. Tiene fiebre y ahora su tapadera ha sido descubierta.

"¡Eres una idiota, Keyla!" Se regañó a sí misma mientras caminaba hacia el baño.