Ella es acusa injustamente por un delito que no cometió y al darse cuenta que el ser que aseguraron que ella asesino esta vivo, hará lo que sea para vengarse y hacerlo pagar por todo lo que ella tuvo que vivir.
Y en el camino hacia su objetivo encontrará a un fuerte aliado que sin darse cuenta los dos caerán rendidos ante las garras del amor.
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Reconciliación para un final amargo.
...Pasado...
Zazil
Al despertar, aún estaba en el sofá me levante y aún seguía a mi lado Deo, busque mi bolsa, saque mi teléfono donde tenia varias llamadas de Claus y un mensaje de él, donde simplemente se despedía, ya que saldría de viaje nuevamente.
Suspire y al ver la hora ya eran las once de la mañana, así que sin esperar a que Deo despertara solo me fui, tomando un taxi de regreso a casa.
Mientras el auto avanzaba yo solo veía las hermosas calles de Atenas, pero de nuevo mi mente viajo a todo lo que me había dicho Deo y de la vida clandestina que mantenía Claus.
Al llegar a casa, todo estaba silencioso y en verdad era muy extraño, subí las escaleras hasta la habitación, me di un baño y después de cambiarme bajé de nuevo.
Y ese extraño silencio persistía en la casa, camine hacia la cocina, pero estaba vacía, fui al jardín y no había ni un alma hasta que volví a salir y me di cuenta de que ni el chófer y ni los de seguridad estaban, no entendía que estaba pasando.
Volví a entrar y solo seguí mi día en casa, me prepare algo de comer y pase largas horas sentada en el sofá leyendo un hermoso libro.
Los días habían pasado y de Deo ya no supe más, él no me volvió a buscar y di por hecho que ya se había regresado a Rodas, pero al noveno día de estar sola en casa, el timbre de la puerta sonó y con miedo fui abrir viéndolo de nuevo.
— hola, ¿por qué no hay nadie afuera?— solo me encogí de hombros hasta negar— ¿puedo pasar?.
— claro— abrí la puerta en su totalidad para que entrara— Deo, ¿por qué aún sigues aquí?, pense que ya te habías ido.
— no, no puedo irme sin antes decirte algo Zazil — asentí caminando junto a él hasta la sala.
— y dime, que es eso que no te deja irte— él asintió sentándose frente a mí, de su saco, sacó una carpeta y me la entrego— ¿dime que no es otra de sus infidelidades?.
— solo puedo decirte que lo veas— asentí sintiendo nuevamente en mi corazón esa punzada.
Abrí la carpeta y en la primera hoja decía sobre un embarazo y seguimiento del mismo, abrí los ojos al ver el nombre de quien estaba embarazada y era la misma que me había mencionado Deo y en su tiempo Claus.
Y esa punzada ligera se hizo más aguda doliendo horrores, mis ojos se cristalizaron, pero al cerrar la carpeta, ya que no quería leer más porque sabía perfectamente quien sería el padre de ese bebe.
Pero por desgracia la vida se aferra a mantener su dedo en mi herida, y de la carpeta cayó una fotografía al verla, era él, Claus mi esposo junto a esa mujer en una tienda para bebes.
Me dolía ver su rostro relajado y mostrando felicidad por el embarazo y del cual todo este tiempo busque, pero jamás conseguí mi sueño de ser madre.
Levante mi vista, observando a Deo detenidamente— ¿por qué?, ¿por qué te empeñas?, ¿qué ganas con verme destruida?.
— ¡Zazil!, jamás fue la intención, yo solo quería que te dieras cuenta de las cosas— negué en medio de lágrimas y sollozos, me levante y camine hasta la puerta la cual abrí— entiendo.
Se levantó del sofá, tomó la carpeta y camino hacia mí— disculpa si te trato así, pero necesito estar sola.
— no te preocupes, yo entiendo, pero Zazil solo no olvides esto que te diré, mi hermano es astuto mucho más que yo y el te alejara cuando ya no te necesite— lo vi más que extrañada por cada palabra que salía de su boca; beso mi frente hasta darme un corto abrazo— solo cuídate pequeña.
Y se alejó, subió a su auto hasta perderse a alta velocidad, esas últimas palabras se habían quedado resonando en mi cabeza.
Tanto que no sé cuanto tiempo me había quedado parada junto a la puerta, hasta que solo cerré y continué mi día.
Habían pasado dos semanas donde mi mente me torturaba y el dolor que sentía se había convertido en ira, la cual estaba reteniendo y sabía que cuando lo volviera a ver explotaría.
Y tal cual como si fuera profeta, la profecía se había cumplido, al verlo atravesar el umbral de la casa, me acerqué a él y solo hizo eco la gran bofetada que le había propinado.
— Eres un cerdo, mal nacido, ¿cómo pudiste engañarme?, no sabes cuanto te odio— él solo me veía serio mientras su mano frotaba su mejilla.
Al ver que no me contestaba mi enojo creció e intenté darle otra bofetada, pero él me tomó de la muñeca jalándome hasta pegarme a su cuerpo.
— ¿de que hablas?, yo sería incapaz mi amor— abrí mis ojos de sorpresa, porque era la primera vez que lo escuchaba llamarme así después de su cambio— nena, ¿de dónde sacas todas esas estupideces?.
— yo vi cada maldita foto donde aparecías tú y con distintas mujeres, pero no te basto con eso Claus, ¡¡Aileen Mylona está embarazada y puedo asegurar que ese bebe es tuyo!!— le grité mientras intentaba zafarme, pero él me apretaba más contra su cuerpo y su mirada penetrante atravesaba cada vez más mi alma.
— no te preguntaré, pero sé perfectamente quien te metió esas estupideces en esa hermosa cabecita, pero te demostraré que a la única que amo es a ti, tú eres mi esposa— y al terminar la frase sus labios se apoderaron de los míos.
Al principio me resistí a sus besos, pero mi cuerpo y mi deseo eran tan débiles ante su habilidad y su maestría que caí rendida a sus pies.
Y terminé correspondiendo ese beso que deseaba con muchas ganas desde hace tiempo, mi cuerpo lo aclamaba y solo paso lo que tenía que pasar cuando se supone que los esposos se aman...
Un beso en mi frente me hizo despertar, al verlo frente a mí por un instante sonreí, pero esa misma sonrisa se esfumó, fruncí el ceño y él se sentó a mi lado y tomó mi mano.
— entiendo que estés molesta por esas dichosas fotos las cuales sé que existen, pero fueron antes de ti y sobre ese embarazo, el cual si existió, pero Aileen lo perdió dos semanas después de haber cancelado la boda— me sorprendí por todo lo que decía y solo bajé mi vista sintiéndome tan avergonzada— por esa misma razón no quería que Deo se acercará a ti, siempre ha habido rivalidad entre nosotros por la empresa.
— no se que decir, solo que todo lo que él decía me cuadraba a la perfección y tú con el distanciamiento— me quedé en silencio mientras una lágrima recorría mi mejilla.
— solo olvidemos y retomemos nuestro matrimonio mi amor— asentí aún con la mirada baja, tocó mi mentón para que levantara mi cabeza, al verlo sólo me sonrió hasta besar la punta de mi nariz— te amo.
— y yo a ti, mi vida— me abrazo y en esa mañana nuevamente hicimos el amor.
Dejando atrás todo el drama y sufrimiento, los días avanzaron cumpliendo más de un mes, donde día, tarde y noche vivía junto a él, la luna de miel que nunca tuvimos...
Íbamos camino a un evento de la empresa, la velada fue perfecta para los dos, donde solo tome dos copas de vino, al salir, no fuimos a casa sino a un bar donde el ambiente era agradable, pero al tomar el cuarto vaso de whisky me empecé a sentir un poco mareada.
Y decidí ir al baño para intentar despejarme un poco el cual logre, al sentarme desde nuevo frente a él, Claus ya me tenía una botella con agua sobre la mesa.
— mi amor, te pedí agua, toma para que se te pase un poco— asentí y tome el agua de la botella, pero al segundo trago comencé a ver borro y entre el bullicio, la voz vaga de Claus se escuchó— no debiste y esta será la consecuencia de tus actos.