Después de un año de haberse conocido, Dan y Anuel vuelven a encontrarse de forma inesperada en el lugar menos esperado. ¡Las posibilidades de terminar juntos pudieran estar a flor de piel! ¿Que podría pasar entre un chico de preparatoria y un recién casado? ¿El amor entre ambos corazones volverá a resurgir? ¿Intentarán retomar aquellos sentimientos que compartieron en aquel verano que marcó la vida de ambos? ¿Podría Anuel ser capaz de olvidarse de su matrimonio para darle amor a su querido Dan? El tiempo hará que ambos corazones se enfrenten a una etapa de autodescubrimiento más profundo e intenso para poder elegir aquellas cosas que de verdad importan. ¿Qué cosas importan? Arráncame la Vida de es la continuación del libro titulado Quise Morir en Agosto.
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INTENTAR
Nos unimos al círculo de juego, Bruno ya estaba súper descontrolado y yo quería terminar como él. ¡Bien borracho!
—¿Quieren jugar? —Nos pregunto una chica.
—Claro. ¿Qué tenemos que hacer? —Pregunté con la intención de no ser inocente esta noche.
—Jugaremos verdad o bebida. Se que conocen las reglas.
—En realidad, no conozco las reglas. Casi no suelo ir a fiestas.
—¿Neta? —La chica parecía un poco sorprendida.
—Sí. De verdad.
—Pues no es tan difícil. Uno de los jugadores comenzará haciendo una pregunta y el siguiente jugador tendrá que elegir entre responder a ella diciendo la verdad o si por el contrario prefiere no responderla y beber. Si el jugador decide responder la pregunta, no está obligado a beber y deberá preguntar al siguiente. Fácil. ¿No crees? El punto de esto es terminar súper pedisimos.
Me causó gracia su voz. Asentí. ¡Quería beber mucho esta noche!
—Quiero jugar.
Nos metimos al círculo, estábamos rodeando la barra de la cocina y había vasos de bebida en medio. ¿Cerveza? ¿Tequila? ¿Vodka? ¡Lo importante es que había alcohol!
—¿Quien empieza? —Preguntó ella.
—¡Yo! —Bruno estaba bien pedo.
—Va. A la de tres. Uno. Dos. ¡Verdad o bebida!
—¿Te gustaría estar conmigo? —Preguntó Bruno a la chica de su lado.
—No —Respondió ella—. ¿Tuviste sexo con Juan?
—Sí. ¿Es cierto que quieres al profesor de ciencias?
—No. Esta guapo y todo, pero no. ¿Eres virgen? —me preguntó la chica y me quedé en shock.
Después de unos segundos, sin dudar, me empine el vaso de alcohol y el sabor recorrió mi boca. ¡Fue muy refrescante! Todos se alborotaron y se dieron cuenta de mi falsa inocencia.
—¡Segunda ronda! Inicias Dan.
—¿Volverías con tu ex?
—No. ¿Por qué te gusta beber?
Maricruz se empinó el vaso de alcohol.
—¡Tercera ronda! Inicia Maricruz.
Y de ronda en ronda, el alcohol se me fue mezclando con la locura. Hacían preguntas muy bobas y regularmente, cuando era mi turno, prefería beber.
—¿Lo harías conmigo? —Me preguntó ella.
—Sí.
Y fui en contra de las reglas. Me empine la botella de alcohol al mismo tiempo que Ojitos Lindos empezaba a sonar. ¡Cinco tragos profundos! La euforia estaba dominando en mi interior, los chicos a mi alrededor aplaudían y me animaban a seguir bebiendo.
—¡Eso Dan! Que perra eres.
Empecé a mover mi cuerpo al ritmo de la música, el descontrol me hizo reír y comencé a subirme a la barra.
—¡Siguiente ronda! —exclamé todo bobo —. ¿Me quieres besar?
El chico se empinó la botella y yo me reí.
—Cobarde. ¡Vamos a perrear hasta el suelo! —volví a empinarme la botella y bajé de un brinco.
Cambiamos de juegos, reíamos como idiotas y neta, la estábamos pasando bien. ¡A eso se viene a las fiestas de adolescentes! Después corrimos a la pista improvisada y empezamos a bailar. Mover el culo, alzar las manos, reír, disfrutar, sacarlo en realidad, el deshago bailaba conmigo. Empecé a perrear en medio y los chavos a mi alrededor aplaudían. No era difícil sacudir el trasero, sentía mis nalgas rebotar con mucha energía y el vestido corto me hacía ver bien puta. ¿Que me estaba pasando?
Maricruz se unió a mí y fuimos el dúo perfecto. Ella me empinó una botella de cerveza, el calor apareció en mi alma y la canción cambió. ¡Él apareció! Todos volvieron con sus respectivas parejas y terminé de beber lo último de la botella.
—¿Te estás desahogando bien?
Su mirada parecía brillar.
—¡Hércules está aquí! —y le abracé sin miedo.
Mis emociones locas me causaron el deseo de tocarlo y de hundir mi rostro en su pecho. ¡Olía a tabaco y alcohol!
—No sabía que a Hércules le gustara fumar.
—De vez en cuando lo prefiere. ¿Quieres un poco?
—Nunca he fumado.
—¿Quieres aprender?
—Puede ser.
En medio de la multitud me ofreció su cigarrillo, una columna de humo salía del churro.
—Absorbe y lo sacas por la nariz. ¿Crees poder?
Me reí, la música me gustaba y de verdad quería hacer esto.
—Quiero poder.
Puse el cigarro entre mis labios, succioné con todo, lo dejé adentro de mí por unos segundos, sus ojos me observaban con atención y decidí sacarlo por la nariz.
—¿Seguro que no lo habías hecho antes?
—Neta.
Sonrió.
—¿Como la estás pasando?
—He ido a fiestas más divertidas.
—¡Uy! A ver si algún día me llevas a una de esas.
Volví a fumar una vez más, me gustaba esta sensación.
—Ya te volviste un profesional. ¡Presta! Quiero intentar algo.
Absorbió el cigarrillo con sus labios, inclinó un poco su rostro hasta estar muy cerca de mí y nuestros ojos encajaban bien. ¿Que quería hacer él? Movió sus cejas y entonces lo entendí. Lentamente, abrí mis labios en pose de beso y él libero el humo muy cerca de mi boca. ¡Delicioso!
Empezó a sonar una canción nueva. ¡La reconocí al instante!
—¡Esa canción!
—¿Qué? ¿Te gusta?
El intro hizo retumbar a mi corazón. ¡Amaba este ritmo! The Chance, Intentar.
—Está canción está cañona. O sea, la amo, la letra y todo, pero me duele.
—¿Te duele?
—Sí, por eso voy a bailar.
—Merlina parece doler mucho esta noche. ¡Que inusual! Regularmente siempre es insensible.
—Estoy usando un disfraz, mi verdadero yo no es inusual. ¡Me duele y quiero mandarlo a la mierda! Yo sí soy sensible.
—¿Quieres que ya no duela?
—Sí.
—¿Estas seguro?
Asentí.
Me dio un cigarrillo nuevo, la textura era diferente y lo encendió con la colilla del anterior.
—Fuma. Te hará olvidar.
—¿Seguro?
—Te lo prometo.
Me lamí los labios, respiré un poco y fumé. ¡Con todas mis fuerzas! La sensación era diferente y el olor más fuerte. ¿Que iba a pasarme?
...¿Y si lo volvemos a intentar? ¿Y si te abrazo una vez más?...
... Sé que te va a gustar, y pa' no te voy a soltar....
...¿Y si lo volvemos a intentar?...
...Si nos volvemos a besar....
...Al frente de to' el mundo, hagámoslo notorio....
...Olvida el que dirán....
Todo era muy divertido en mi interior. La música me hizo moverme sin pena, Hércules estaba frente a mí y no tuve miedo de perrerle. Sentí sus manos sobre mi cuerpo, me sujeto con fuerza y mis movimientos eran magistrales. ¡Baile suave! Quise que el sentimiento fuese saliendo lentamente, me giré a mirarle y estábamos muy cerca. ¿Que estaba pasando?
...Si nos volvemos a besar....
...Al frente de to' el mundo, hagámoslo notorio....
...Olvida el que dirán......
Mis fumes me hicieron ver el rostro de Anuel, crei que él estaba aquí, tocándome, sintiendo mi baile y mis ganas de querer olvidarlo. ¿Por qué era tan difícil? ¿Por qué doler por un hombre que ya no puede ser mío? ¿Por qué volvernos a ver? ¡Mierda! ¿Y si nos volvemos a besar?
Subí mis manos sin miedo a su rostro y uní nuestras bocas. ¡Me gustaba esto! Sentir que éramos uno solo.
—Dan.
Hércules me miraba con un poco de confusión. Volví a besarlo, mordí su labio y no quería soltarlo. ¡Que se joda el amor!
—Vámonos de aquí —le dije.
—¿A donde quieres ir?
—Cómprame un helado.