En Esta Vida Haré Lo Que Yo Quiera

Astrid camina contenta por el jardín, ella seguía conversando su cabello corto aunque era una pelea con Annie cada vez que quería cortarlo, su cuerpo había cambiado ya no era escuálido, estaba bien dotado, además sus pechos, caderas, piernas y sus pompas estaban firmes por el entrenamiento, al principio le fue duro y a veces lo es sobre todo porque tiene que levantarse muy de mañana. Se puso a pensar en todo lo que paso ese año.

En ese tiempo Astrid hizo esparcir rumores sobre ella, sabía bien que en esa época lo que reinaba eran los chismes, bueno más bien cualquier época eso siempre va a reinar. Los rumores se trataban de su nuevo corte de cabello, del entrenamiento que tiene e incluso que ella quedó a cargo del ducado. Las chicas de sociedad la invitaban a ir a fiestas de té, pero ella las rechazaba todas, algunas incluso fueron a verla, pero ella se negaba a verlas y asía que las echarán.

Nadie la había visto por todo ese año, las reuniones que tenía con los socios de su padre lo mandaba a Jorge y él le informaba después, a veces cuando tenía que ir a revisar los alrededores y ver como estaban la gente y por los bandidos, lo hacía de noche y llevaba una capucha, con su entrenamiento acababa con los bandidos en un dos por tres, también por cualquier situación ella iba acompañada del capitan Armin.

Los rumores en las fiestas de té se comenzaban a distorsionar se algunas decían que se había puesto fea que por eso no salía, otros decían que solo eran mentiras que ella quedó a cargo del ducado, pues ella era muy boba para eso, también decían que su padre la tenía castiga y miles de cosas más. Pero todo eso llego a oídos de la emperatriz, ella mandó a investigar, y pudo verificar que los primeros rumores eran ciertos, ellas la quería ir a visitarla, pero con el emperador estaba delicado de salud todavía recuperándose y a ella a cargo no podía ir.

Jorge estaba impresionado con lo inteligente que era su señorita todo lo aprendió en menos de una semana, Astrid por su lado era fácil pues unas de sus profesiones que tenía era de contador público autorizado (CPA) y administración de empresas.

Ella no le interesaba lo que pensaba de ella, vivía una vida feliz entrando, administrando el ducado. De pronto una voz la saco de sus pensamientos, este era de la pequeña niña que camina de su mano, ella se llama Mar y es hija de María y Juan.

Cuando la conoció fue una prueba muy difícil.

Esto pasó unas semanas después que el duque se fuera con el príncipe a la guerra, Astrid se había terminado su entrenamiento, se fue a bañar y después le dio hambre y se dirigió a la cocina, cuando llegó todos la miraban pues ella nunca iba, saludo cortésmente y cogió una manzana que estaba en una cesta, cuando iba de regreso a su habitación escucho a una niña llamar: Mamá, mama??

La niña era de unos 4 a 5 años, tenía cabello negro largo y lacio, sus ojos eran grises y su piel blanca como porcelana.

Maria se puso a su altura de ella y le dijo: que pasa mi pequeña

Mar- mamá mira esta hermosa rosa.

Maria- que bonita

Astrid miraba a la niña que le recordaba a su hija unas lágrimas querían salir de sus ojos, hasta que escuchó otra vos diciendo

?- Mar no salgas corriendo, te puedes caer.

Astrid miro al niño y era igual que la niña solo que se notaba que tenía unos 7 a 8 años

Maria- Mar tienes que hacerle caso a Joaquín él es tu hermano mayor y él solo quiere cuidarte.

Mar- está bien mamá_ Mar miro donde se había queda Astrid y le sonrió al hacer eso todos los que estaban hay se percataron de la presencia de ella y se fijaron que tenía sus ojos al punto de llorar.

Astrid no dijo nada y salió corriendo a su habitación, ese día lloro hasta que darse dormida sin cenar.

Los días pasaron y se volvió a encontrar a los niños, ella tuvo que superar su pasado y mirar a su vida que lleva allí, Astrid saludo a los niños y les dijo que si podían ser amigos, ellos aceptaron felices, cada vez que podían daban paseos con ella.

Maria

Juan

Mar

Joaquín

(AUTORA: no especifique, pero Juan como guardia personal del duque él también fue a la guerra.)

Mar- señorita Astrid puede aparecer en esta parte del jardín margaritas

Astrid- claro que si pequeña_ Astrid dijo un conjuro y salieron de la tierra hermosas margaritas, la carita de Mar se iluminó.

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En una sala de trono había un hombre de cabello rubio y ojos verdes que no se ve mayor de unos 35 años, él estaba abriendo una carta, al terminar de leerla él sonrió y dijo: ya era hora que me escribas.