NovelToon NovelToon
El Maestro Encantador

El Maestro Encantador

Status: En proceso
Genre:Romance / Amor prohibido / Profesor particular / Maestro-estudiante / Diferencia de edad
Popularitas:1.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Santiago López P

Nueva

NovelToon tiene autorización de Santiago López P para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 17

—Oh, dile a tu madre que es muy amable, voy a disfrutar su comida —

dijo con esa sonrisa serena que le salía tan natural.

Yo asentí y le entregué el plato, cuidando de que mis dedos no rozaran los suyos.

Él lo recibió con calma, como si no existiera ninguna prisa, y me observó por unos segundos antes de volver a hablar.

—Le llevaré la vajilla cuando esté limpia —

añadió.

Me sorprendió su formalidad, ese gesto tan poco común en alguien que recién llega a un vecindario.

—¿Sabes dónde es mi casa? —

pregunté, arqueando una ceja, entre curiosa y cautelosa.

—Sí, hace varios días te vi —

respondió con seguridad, mirándome directamente a los ojos.

Sentí un escalofrío recorrerme la espalda.

No sabía si era por la forma en que lo había dicho, tan natural, o por el hecho de que yo no me había percatado de su presencia.

—Tendré que estar más alerta a lo que pasa a mi alrededor… —

murmuré, intentando sonar ligera, aunque mis manos se entrelazaron nerviosas frente a mí.

Él inclinó un poco la cabeza, como estudiando cada palabra, y luego, con un tono firme pero suave, añadió:

—Tranquila, yo no te voy a hacer nada malo.

Me lo aseguró como si pudiera leer mis pensamientos, como si hubiese interpretado mi incomodidad de manera equivocada.

Negué de inmediato, sacudiendo la cabeza y bajando la vista al suelo antes de volver a mirarlo.

—No, no es por eso… —

aclaré con voz más baja de lo que esperaba—.

Es solo que creo que no presto suficiente atención a lo que ocurre a mi alrededor, y eso no es bueno.

Un silencio breve se instaló entre nosotros.

El Decano me observaba con esa calma que parecía desarmar cualquier defensa.

Había algo en su mirada, una mezcla de curiosidad y respeto, que me hizo sentir expuesta, como si de pronto pudiera ver más allá de mi fachada tranquila.

¿Cuánto tiempo llevaba notándome sin que yo lo supiera?

¿Por qué ese detalle, tan simple, me hacía sentir tan vulnerable?

Él sonrió apenas, ladeando la cabeza.

—Eso tiene solución —

dijo con naturalidad, como si ofreciera una respuesta lógica a mi dilema—.

A veces solo necesitas a alguien que te recuerde mirar.

Su frase quedó flotando entre nosotros, cargada de un peso que me negaba a interpretar en ese instante.

Yo carraspeé, buscando un escape a la tensión.

—Bueno… gracias por recibir la comida, espero que la disfrute.

Di un paso hacia atrás, lista para irme, aunque una parte de mí deseaba que dijera algo más para detenerme.

Terminé de contarle lo básico a mi madre y apenas crucé la puerta, ahí estaba, parada en medio de la sala con los brazos cruzados y los ojos brillando de pura curiosidad.

—¿Qué te dijo? —

disparó en cuanto me vio entrar, como si hubiera estado ensayando la pregunta todo este tiempo.

Me llevé una mano al pecho y di un pequeño salto.

—¡Mamá! Por Dios, pareces una acosadora.

Me asustaste.

Ella soltó una carcajada, aunque en sus ojos se notaba que lo único que quería eran los detalles.

—Lo siento, hija, no era mi intención. Pero dime, ¿qué te dijo? —

repitió, con esa insistencia que conocía tan bien.

Suspiré y dejé el plato vacío en la mesa.

—Que te enviaba las gracias. Eso fue todo.

No parecía convencida, pero se contuvo un segundo antes de lanzar la siguiente pregunta.

—¿Y quién es? ¿Su familia es muy grande?

Me encogí de hombros, tratando de sonar lo más indiferente posible.

—Solo él vive ahí… —

hice una pequeña pausa y luego solté la bomba con naturalidad—.

Y resultó ser mi Decano de Diseño Arquitectónico.

Los ojos de mi madre se abrieron como platos.

—¡Vaya! Qué coincidencia… —

murmuró, y de inmediato su tono cambió a ese modo de conspiración que tanto me incomodaba—.

O sea que es un señor. Se lo presentaré a Sonia, ella anda desesperada por conocer a alguien. Quizás a él le interese, si está soltero.

Me apoyé en el marco de la puerta, cruzando los brazos, y la miré con ironía.

—No sé cómo te vaya con eso, pero… buena suerte.

Ella arqueó una ceja, ofendida por mi tono burlón.

—¿Por qué lo dices? —

preguntó con un dejo de sospecha en su voz—.

¿Luego le gustan los hombres?

La miré con incredulidad.

—¡Mamá! —

exclamé, llevándome la mano a la frente—.

No todo gira alrededor de quién le gusta a quién. Además, apenas lo conozco, y créeme, no me interesa averiguarlo.

Pero mientras pronunciaba esas palabras, recordé con nitidez la mirada intensa del Decano en la puerta, la forma en que había dicho “yo no te voy a hacer nada malo”, y cómo, a pesar de mi intento de sonar tranquila, todavía sentía un leve cosquilleo recorriéndome la piel.

“No me interesa averiguarlo…

¿o sí?”

pensé, pero guardé silencio.

Mi madre ya tenía demasiada imaginación como para darle más material.

Ella, en cambio, sonrió satisfecha, como si ya estuviera tramando su siguiente movimiento.

—Ya veremos, hija, ya veremos.

1
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play