La Villana Conoce La Historia

Tanto mi familia como el joven duque Maximilian nos movimos hacia el comedor para poder disfrutar de la cena.

Aún no me explicaba muy bien la razón por la cual ellos habían llegado juntos, todo parecía indicar que Aaron estaba en el palacio imperial y eso podía explicarlo.

Así pues, la cena pasó sin ningún inconveniente y el joven Maximilian y yo nos quedamos charlando un rato más mientras los demás nos dejaban solos. Y esa fue mi oportunidad para que me explicara lo que había pasado.

—Como sabes, hoy fue la reunión con los jefes de las regiones del imperio. —Asentí. Cada cierto tiempo se organizaban estas reuniones debido a que aprovechaban la temporada social para reunirse.

En este inmenso imperio, la capital estaba casi en el centro del continente, y las familias ducales tanto como la Maximilian como la Barlovento protegían las fronteras. Era en fechas como la celebración de la fundación del imperio y el comienzo de la primavera que la temporada social de cada año comenzaba.

Estas celebraciones terminan al final del verano, cuando pasa el cumpleaños del emperador de este imperio y las familias nobles regresan a sus territorios, unos más alejados de la capital que otros.

Si me ponía a pensar, mi territorio estaba muy alejado del de Aaron.

Eso me ponía a pensar, ¿Qué pasará cuando la temporada social de este año acabe? ¿Tendremos una relación a distancia?

No quise pensar mucho en ello así que me obligué a mí misma a no pensar en eso.

—¿Acompañaste al gran duque Maximilian? —Pregunté para seguir con la conversación.

—Si, debo de comenzar a saber sobre esto ya que soy su sucesor. —Dijo con una media sonrisa, parece que la idea no lo emocionaba del todo y eso me llenó de curiosidad.

—¿Entonces cómo fue que mis padres supieron de que Dereck estaba aquí?

—Es un poco incomodo de explicar.

En pocas palabras, Aaron estaba teniendo una conversación un poco tensa con mi hermano Guillian cuando el mensajero de Aaron llegó para avisar la visita del príncipe heredero en mi residencia, de inmediato, tanto mi hermano como mi padre que recién había salido de la reunión supieron de esto y no perdieron el tiempo para llegar de regreso.

Había sido una coincidencia un poco absurda, y no me magino en la excusa que haya usado Aaron para disfrazar el hecho de que tiene un mensajero en nuestra casa.

Él tampoco me lo quiso decir, pero me aseguró de que estaba fuera de peligro.

—También me pareció extraño ya que cuando llegué al palacio miré a la joven Rose de lejos sola, y a palabras de los sirvientes no era normal que estuviera sola ya que junto al Príncipe Dereck actuaban como una pareja acaramelada y no se separaban.

Comprendí a lo que se refería. Desde la noticia de que Dereck y Rosé estaban juntos, siempre los seguían los mismos rumores.

Que parecían una pareja de amantes de novela romántica.

Aunque si lo eran.

—Cada vez me parece curiosa la forma en cómo se están dando las cosas. —Digo en voz baja, realmente no esperaba que Aaron me respondiera, solo hablaba conmigo misma.

—¿A qué te refieres?

—Dereck debería de estar contento con que yo no esté obsesionada con él. Pero en cambio, ¿El emperador le pidió que me tuviera de regreso?

—Comprendo, el emperador en el libro estaba encantado con la joven Rosé, pero fue el mismo quien la rechazó como la princesa heredera.

Miré de nuevo confundida hacia Aaron.

El notó que había hablado de más y se aclaró la garganta.

—En la reunión hablamos de que la persona más calificada para el puesto de emperatriz eres tú, sin embargo, la forma en como el príncipe Dereck actuó lo puso en una situación difícil.

Me crucé de brazos y suspiré.

Nuestra situación política ponía las cosas más difíciles. Ahora que dejé por completo las clases de etiqueta y comencé a vivir una vida más tranquila me di cuenta que lo que quería para mi futuro era estar lejos de la corona imperial.

Mi yo de hace unos meses habría dado el grito en el cielo por solo pensar en dejar todo de lado. 

Mi forma más pacífica para que todo esto acabe de una buena vez es hablando directamente con el emperador.

*

El sol de este imperio le sigue una basta historia de logros en guerra, este imperio creció de sobremanera gracias a sus consejos desde que era el príncipe heredero.

El pasillo para llegar a su despacho era tal cual lo recordaba, fueron unas cuantas veces que visité el lugar gracias a mi puesto de princesa heredera, ahora regresar como una invitada se sentía muy extraño.

Mi llegada fue anunciada y pasé, estaba tal cual lo recordaba la última vez en el banquete donde todo había terminado, o en su caso, empezado.

La mirada que no reflejaba nada de sentimientos las primeras veces me paralizaban, pero ahora era algo familiar. Ya no me sentía como una extraña.

—Madeline Barlovento saluda al sol del imperio, su alteza el emperador. —Saludo como debería de ser y escucho un suspiro de su parte.

Era poco usual que el dejara salir de repente sus sentimientos, siempre lucia impecable.

—Madeline querida me entristece verte en esta situación. —Subí mi mirada, en comparación a lo que se decía del poderoso hombre que gobierna estas tierras, el emperador era como un abuelo cariñoso para mí.

—Lamento no poder venir anteriormente, han pasado muchas cosas. —Me disculpo y tomo asiento en el sofá a un costado de él, los sirvientes se apuran en servir el té y como era normal, nos dejaban a solas.

—Aunque luces más viva que nunca, no creí que fueras tan fuerte para afrontar todo lo que ha pasado.

Me quedo en silencio, era algo normal, la forma en como fue presentada la nueva pareja de Dereck y como trató de que fuera humillada, las miradas de las personas a nuestro alrededor cuando nos encontramos en el salón de té, los murmullos que lograba escuchar de algunas damas nobles en el banquete de la fundación y en la celebración del compromiso de la nueva pareja.

Aunque la gran mayoría de los comentarios era en contra de ellos, no podía evitar enfocarme también en los que me culpaban también.

Mis sentimientos flaquearon cuando mis ojos se encontraron con la mirada comprensiva del emperador.

—Trato de soportarlo. —Digo con un hilo de voz. Con mis ojos al borde del llanto.

—Mi hijo te ha causado tanto daño, no me enorgullece como padre. Y como emperador, un sucesor que se cega ante el amor, para mí no es un buen candidato.

—¿Que está tratando de decir su alteza?

—Si las cosas no mejoran, Dereck será removido de su puesto como heredero.