En la oscura y remota ciudad de Freshber, una historia de sangre y magia ha dejado cicatrices profundas en sus habitantes. Hace siglos, una tragedia envolvió a la ciudad en terror cuando los Cazadores desataron una implacable cacería, exterminando a brujas y vampiros por igual. El miedo y el odio se entrelazaron en las calles, convirtiendo a Freshber en un lugar de sombras donde los seres sobrenaturales fueron perseguidos hasta casi la extinción.
Liz Asiria, una joven sirena con la habilidad de la hechicería, ha vivido toda su vida en aislamiento, bajo las estrictas reglas impuestas por sus padres para protegerla de un mundo que ella apenas conoce. Encerrada en los confines de su hogar, sale unicamente para ir a la escuela y ajena al sombrío pasado de Freshber, Liz anhela la libertad, sueña con explorar la ciudad y encontrar su lugar en un mundo que le es desconocido.
Pero cuando Liz decide desafiar las reglas y se aventura en las calles de Freshber... La historia comienza:
NovelToon tiene autorización de Ylibloom para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 17: El ritual del poder
Mel llegó a casa furiosa, sus ojos ardían con una intensidad inusual y su respiración era errática. Golpeó la puerta con fuerza, exigiendo que se iniciara el ritual de inmediato.
"¿Qué te sucede, hija?"- preguntó su padre, el actual líder de los cazadores, al notar la agitación en su rostro.
"¡Han vuelto, padre! ¡Y uno de ellos tiene a Liz! Necesito hacer esto para poder defenderla."- gritó Mel, su voz cargada de ira y desesperación.
"¿Viste a algún ser sobrenatural? ¿Viste a un brujo?¿Como era?"- preguntó su padre, su tono grave y preocupado.
"Sí, y está con Liz ahora mismo, se la llevó, parecía alguien normal. ¡Tengo que ayudarla!"- exclamó Mel, sintiendo la rabia y el miedo mezclarse en su interior.
"Debemos llamar a los otros."- Dijo su padre.
"No hay tiempo, les explicaré después, cuando les pase un poco del poder, para eos ya no necesitamos ritual"-dijo Mel desesperada.
"De acuerdo, pero debes hacerlo pronto, para que te ayuden contra ese monstruo, no sabemos si esta sólo."- Dijo su padre algo preocupado.
"Así lo haré padre, pero ahora necesito empezar con esto, no puedo dejar a Liz con ese monstruos más tiempo."-Dijo Mel llena de desesperación y ahogada en de rabia.
"Comencemos con el ritual,"- dijo su padre, asintiendo con solemnidad. "Hace muchísimos años, solo éramos simples cazadores, pero uno de nuestros ancestros sabía que las armas normales no eran suficientes para acabar con estos monstruos. Así que hizo un pacto con un demonio: dio la vida de uno de sus hijos a cambio de poder y fuerza para detener a estas criaturas. Desde entonces, como ya sabes, después de cumplir la mayoría de edad, pasamos ese poder a nuestro sucesor por medio de un ritual nocturno."
"Lo sé, padre. Conozco las consecuencias de este pacto, pero haré lo necesario para salvar este mundo y a mi mejor amiga. Hoy es mi cumpleaños de mayoría de edad; puedo hacerlo ahora, te prometo que no voy a defraudarte." dijo Mel, decidida y sin vacilación.
"Entonces, comencemos con el ritual. Ve al sótano." ordenó su padre, al tiempo qué le daba un abrazo de despedida.
El sótano era un lugar oscuro y frío, su ambiente estaba impregnado de un aura tenebrosa que parecía envolver a cualquier intruso que se atreviera a cruzar su umbral. Las paredes, de piedra áspera y húmeda, estaban cubiertas de antiguos símbolos y runas tallados a mano, cuyas inscripciones emanaban una luz débil y fluctuante. Estas marcas arcanas, heredadas de generaciones pasadas, pulsaban con una energía oscura y poderosa, como si aguardaran ansiosamente el momento de ser despertadas de su letargo.
Mel descendió los escalones de piedra con cautela, cada paso resonando con un eco hueco que se perdía en las profundidades del sótano. A cada peldaño, sentía el aire volverse más denso, cargado de un frío que le calaba hasta los huesos. Podía sentir la humedad impregnándose en su piel, y el olor a tierra y moho se mezclaba con el de cera de velas y hierbas secas.
Su padre la seguía de cerca, sus movimientos igualmente cuidadosos. Llevaba consigo el libro antiguo, un tomo delgado encuadernado en cuero oscuro y adornado con grabados en oro deslucido. El libro contenía las instrucciones del ritual, secretos oscuros transmitidos de una generación a otra, envueltos en misterios y sacrificios.
Al llegar al fondo del sótano, se encontraron en una cámara circular iluminada por una docena de velas negras, dispuestas en un círculo perfecto. En el centro, un altar de piedra negra se erguía imponente, cubierto con un paño azul oscuro bordado con símbolos ancestrales. Sobre el altar, una daga ritual de plata descansaba, su hoja reluciente reflejando las llamas titilantes de las velas.
"Es aquí donde todo se llevará a cabo Melissa." -dijo su padre con una voz grave que resonó en el silencio sepulcral del sótano. Mel asintió, tragando con dificultad, sintiendo la carga de lo que estaba a punto de hacer.
"Una vez que este poder sea tuyo, no habrá vuelta atrás y esta sera nuestra despedida."-dijo su padre con voz firme. "¿Estás segura de que esto es lo que deseas?"
"Sí, padre. Estoy segura. Por Liz, por nuestra familia y por todos los de esta ciudad." respondió Mel, su voz firme a pesar del miedo que sentía en su interior.
Con un gesto imponente, su padre abrió el libro y comenzó a recitar las palabras antiguas, un cántico en una lengua olvidada que parecía hacer vibrar el aire mismo. Las runas en las paredes respondieron una tras otra, brillando con una intensidad creciente, proyectando sombras danzantes que se retorcían y deformaban en toda la habitación, como si tuvieran vida propia.
Mel se colocó en el centro del círculo, cerrando los ojos y dejando que las palabras de su padre la envolvieran. Podía sentir la energía oscura fluyendo hacia ella, un torrente helado que recorría su cuerpo y se fusionaba con su alma. La temperatura en la cámara descendió abruptamente, y una bruma etérea comenzó a emerger del suelo, envolviendo sus pies en un abrazo gélido.
La voz de su padre se elevó, alcanzando un crescendo. Con un último esfuerzo, levantó la daga ritual y la acercó a su propio pecho. Mel abrió los ojos como platos, viendo el sacrificio que estaba dispuesto a hacer por ella.- "Debes ser fuerte, te quiero hija."-dijo él con un último aliento, antes de clavar la daga en su corazón.
Un grito silencioso escapó de los labios de Mel mientras veía a su padre colapsar. La energía del ritual la invadió por completo, un torrente de poder que casi la derribaba. Las runas en las paredes brillaron con una luz cegadora, y la bruma a su alrededor se espesó, elevándola del suelo mientras el poder de los ancestros salía del cuerpo de su padre y fluía hacía el interior de ella.
Los segundos se hicieron eternos mientras el poder se asentaba en su ser. Mel sintió cada fibra de su cuerpo transformarse, mientras gritaba de dolor volviéndose más fuerte, más ágil, pero también más fría y calculadora. En el momento culminante del ritual, una sombra oscura envolvió a Mel, conectándola con el linaje de todos sus ancestros cazadores. Sintió el poder fluir a través de ella, una fuerza que la transformó por completo. Cuando finalmente la energía se estabilizó, la bruma se disipó y las runas volvieron a su estado inerte, Mel descendió lentamente, aterrizando con gracia en el suelo húmedo.
Miró por breves segundos el cuerpo sin vida de su padre con una mezcla de tristeza y determinación. Ahora era la líder de los cazadores, portadora de un poder oscuro que usaría para proteger a los suyos. Mel, más poderosa que nunca y miró hacia la noche oscura fuera del sótano. "Liz, iré por ti. Y por ti Demian, acabaré con todo lo que representas, enfrentarás mi ira," susurró al vacío.
Después de eso Mel le envió un mensaje a Brenn Denvel y Aldric Fasc diciendo que los veía en la siguiente dirección en una hora, para darles poder y destruir a los seres sobrenaturales que habían regresado.
La noche se cernía sobre ella con una promesa de confrontación y peligro. Mientras se preparaba para salir del sótano, una última sombra se movió entre las runas, observándola con ojos invisibles, como si los antiguos espíritus estuvieran atentos a cada uno de sus movimientos. Afuera, la luna llena proyectaba una luz pálida y fantasmal sobre el mundo, reflejando el inicio de una batalla que cambiaría el destino de todos.
El viento frío de la noche azotaba su rostro mientras salía de la casa. Cada paso que daba resonaba en la quietud de la noche, llena de misterio y peligro. Mel sentía su corazón latiendo con furia y determinación. Tenía que actuar rápido para salvar a Liz, cada segundo contaba y ella no planeaba desperdiciarlo, debía matar a Demian y a cualquier otro ser qué apareciera.
Como sus sentidos eran más agudos pudo saber la ubicación de Liz solo con su aroma peculiar, fue así como se dirigió a la casa de Demian. Al llegar a la entrada de la casa de Demian, una sensación de malestar se apoderó de ella. Miró hacia las ventanas, la luz tenue revelaba sombras que se movían dentro. Apretó los puños y avanzó con cautela.
Dentro, Demian y Liz estaban en la sala, conversando en voz baja. Analizando el mensaje que recibió de Kai, optando por indicarle su ubicación. La atmósfera era tensa, Liz estaba nerviosa, sus manos temblaban ligeramente. Demian, por otro lado, parecía calmado, aunque sus ojos reflejaban una preocupación profunda.
"Demian, no entiendo por qué Mel está tan decidida a destruirte, creó que le lavaron el cerebro con esas historias familiares." -dijo Liz, casi en un susurro. "Ella es mi mejor amiga, pero está cegada por su legado."
"Tranquila, Liz, todo va estar bien."- respondió Demian, acercándose y tomando sus manos. "No dejaré que nada te pase. Voy a defenderte, porque me importas."
"Gracias Demian, de igual manera ya le envié la ubicación a Kai, no estaría demás tener ayuda."- Dijo Liz muy preocupada.
En ese momento, la puerta se abrió de golpe, y Mel entró, sus ojos brillando con una intensidad sobrenatural. "¡Demian!" gritó, su voz llena de odio y determinación. "¡Te encontré! ¡Ahora, aléjate de ella! !Suéltala!"
Liz dio un paso atrás, soltando abruptamente las manos de Demian, completamente horrorizada. -"¡Mel, por favor, detente! No sabes lo que estás haciendo."
"No, Liz. Eres tú quien no entiende, Demian es un monstruo." dijo Mel, su voz temblando de rabia. "Él es un peligro para todos nosotros."
Demian se puso delante de Liz, protegiéndola. -"No tienes idea de lo que estás desatando, Melissa."
"¡Cállate, solo eres un mago estúpido!" -gritó Mel, levantando las manos, las sombras a su alrededor cobraron vida, retorciéndose en formas aterradoras. -"Voy a destruirte y salvar a mi amiga, cueste lo que cueste."
Liz, con lágrimas en los ojos, gritó.- "¡Mel, por favor! No lo hagas, él no es alguien malo, podemos hablar y solucionarlo de otra manera."
"No hay otra manera Liz, voy a destruirlo y hacerte ver que este mundo es mejor sin seres como él."- Dijo Mel con mucha determinación y rabia.
"No hay otra manera de resolver esto Liz. Será mejor que te hagas aún lado." - Dijo Demian mientras sus ojos resplandecian de color dorado.
"Ya basta de tanta charla, no cambiaré de opinión, así que prepare Demian y Liz mantente lejos, no me gustaría que salieras herida." - Dijo Mel preparándose para el combate.
La tensión en la habitación era palpable. Las sombras se movían, amenazando con devorar todo a su paso. Mel estaba dispuesta a usar todo su poder para acabar con Demian, y el terror en los ojos de Liz que estaban atrapados en el antiguo conflicto entre cazadores y seres sobrenaturales. El aire se llenó de un silencio mortal, justo antes de la tormenta que estaba a punto de desatarse, el destino de todos pendía de un hilo.
a ver qué pasará /Hey/
O Demian o Basil. 🙂🔪