La Asistente Del Villano

Hadrian no podía creer verlo aquí y con una sonrisa de descaro en su rostro lo hacía molestar poco a poco. Pues recuerda el trato que le ofreció a cambió de su ayuda.

— Hadrian, espero que estés bien. Mírate, has hecho un gran trabajo tú solo. Quería hablar con tu padre pero ya que estás aquí, me gustaría también charlar contigo.

— primer ministro.— mencionó Hadrian.— no tenemos nada que hablar, realmente me dijo todo en la oficina ese día.

— no estés tan a la defensiva, Hadrian. Ven vayamos hablar en privado, es sobre tu nuevo negocio. Me gustaría proponerte algo

— no. No me iré contigo ni mucho menos llegaré a un acuerdo, después de la última vez no me quedaron más ganas de hablar ni hacer un trato bajo tu nombre.

— por favor Hadrian. Ya no vengo con la intención de que te cases con mi hija. Hablemos de negocios, puede ser que necesites un socio que te ayude, se que te interes-...

— no lo necesito. Ahora que el proyecto si es un éxito, ya no estoy perdiendo el tiempo, ¿Verdad? Además, ya tengo el único apoyo que necesito.

Con un suspiro de decepción, nuevamente el ministro mira a Hadrian.

— lamento decirte esto, pero pareces un niño que es berrinchudo. Oh, a ti te reconozco... Eres su sirvienta ¿No?— señaló con el dedo a Evangelyn.

— no la señales de esa manera. Y ella ya no es una sirvienta. Quiero que la respete.

El ministro ríe.

— no hace falta que me digas, no sabía que el segundo príncipe tenía gusto de esa manera. ¿Que hace ella aquí?

Evangelyn habla.

— lo que hago aquí, no es su incumbencia, ya Hadrian habló y le dijo que no necesitaba nada de usted.

— vaya, no sabía que la servidumbre tuviera voto de palabra entre los nobles, por eso digo que quiero hablar en privado, para que una empleada no se entrometa.

Hadrian ya había perdió el juicio y más si se metía con Evangelyn, también su descarado era digno de un golpe, que Hadrian no se contuvo y lo golpeó en toda la mejilla.

— ¡¿Perdiste la cabeza?!— grito enfadado el ministro.

— no, estoy muy cuerdo. Esa es mi respuesta, definitiva.

El ministro se levantó del suelo ya que ese golpe lo hizo caer de culo.

Massimo pudo haber intervenido en el golpe, más no lo hizo, ya que el ministro se lo merecía. Él le tomó el hombro a Carlos y le comentó lo siguiente.

— por favor, vamos a mi oficina. Ya Hadrian te dio una respuesta, ahora faltó yo.

El ministro se asustó un poco, ¿Lo golpeara como su hijo, pero en privado?. Aún asi, habló con más descaro.

— está bien... Hadrian, espero que su negocio sea próspero y que no vaya a la quiebra sin alguien que realmente le ayude, Hadrian.

Hadrian no podía estar más molesto, aún asi pudo desquitarse un poco con ese golpe, miró como su padre se lo llevó lejos de su vista. Para que está discusión entre él y el ministro terminará.

Karina observó ese detalle y menciona.

— Hadrian, el ministro solo esta resentido de que no lo dejaste hablar y lo rechazaste de todas forma que buscó la manera de herirte, metiéndose hasta con Evangelyn, aún asi, me da gusto que le dieras su merecido por ello.

— Puede insultarme, pero no a Eva, ya me había cansando de las palabras, además, se que vino con la intención de llegar a un acuerdo conmigo, y si no podía, con mi padre tal vez. Ahora que ve el negocio sustentable quiere aliarse conmigo. Pues no lo conseguirá.

— comprendo, aún asi, lo mejor es que tú padre ponga un alto al primer ministro el mismo. Confía en él, no dejará que el interés del ministro moleste tu futuro con Evangelyn ni del su negocio. Vamos, vayamos a caminar un poco, eso ayudará con el mal humor.

Como decía Karina, caminar un poco lo ayudaría a que esos pensamientos tan negativos poco a poco se fueran.

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Massimo llevo al ministro a su oficina. Una vez que él pisó la habitación, el emperador le dice una cosa.

— no quiero que te vuelvas a acercar a mi hijo ni a su acompañante, también te exijo que la respetes.

— oh, vamos, Massimo. ¿En serio permitiste que tú hijo tenga una relación con una sirvienta?...

— ¿Esa sirvienta?— pregunta muy ofendido— ella fue más capaz de apoyar a mi hijo que tú. Ella tuvo más valor y se arriesgo con Hadrian y mira, salieron ganando el apoyo del imperio por su proyecto al cuál tu rechazaste.

— Soy capaz de perdonar el golpe por tí, yo quiero asociarme con él al ver lo seguro del negocio. No soy un hombre que se arriesga sin algo seguro.— comentó, sin vergüenza.— Ayúdame Massimo, quiero ser parte del negocio de tu hijo y te prometo que te daré una mejor pareja pará Hadrian, Catherine...

— Catherine... No le llega ni a los talones a Evangelyn. Dime, ¿Tu hija puede apoyar a alguien que nadie más lo hacía? Pues Evangelyn lo hizo y le dió la fuerza a Hadrian... Solo he conocido a esa chica un día, pero me doy la seguridad de que cuidará a mi hijo más que nadie.

— ¿Prefieres perder nuestros años de amistad por esto?

— no me apena para nada decir que lo prefiero. Ya Hadrian a tenido suficiente en el pasado, ahora merece un mejor futuro al lado de alguien que merece. Y tú interés sobre él no lo dejará.

Molesto y disgustado por la respuesta de Massimo, este retrocede y solo termina de concluir.

— bien. Me retiro.

“El legado Van Hamsell se verá manchado si los nobles saben que el segundo príncipe está con una mera sirvienta"

Pensó Carlos, Massimo lo detiene de espalda.

— espera Carlos... Mañana temprano enviaré una carta de tu despedido.

— ¿Que?

— te falta un año para jubilarte ¿No?... Adelantaré los hechos de eso. Como dice la ley, te daré tu pensión compensada, pero de ahí más nada. No quiero que busques a mi familia y eso incluye a Evangelyn, no intentes hacer algo, si no quieres conocer esa parte de mi... No es un consejo, es una advertencia. Fuiste muy grosero con mi familia, la próxima no la puedo perdonar.

Sin más que decir, Carlos se fue con el ceño más arrugado que el resto de su rostro y un morado en su mejilla. Estaba tan disgustado de no haber llegado a un acuerdo que le costaba pensar. Sin embargo, se detuvo y pensó lo siguiente.

“Manchar su apellido y arruinar su negocio es prioridad para mí Hadrian."

_____________ más tarde.

Massimo estaba en su habitación, aún pensativo sobre lo del ministro.

Sus pensamientos fueron desaparecidos cuando escuchó la puerta tocar y luego pedir permiso. Era Karina, él le permitió la entrada, ella caminó unos pasos y se paró justo delante de Massimo.

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— no sabia que me buscarías... Karina.

— me quedé en duda de lo que pasó con el ministro. Me preocupa por la situación de Hadrian.

— está bien. No permití que él hiciera de la suya para casar a su hija con Hadrian, esa era su verdadera intención. Además de asociarse con el proyecto de él por los beneficios

Con un suspiro de alivio, Karina le dice.

— me alegro. Hadrian estaba muy pensativo por ello. Lo ayude a calmarse hasta que se fue con Evangelyn a su habitación.

Massimo miro esa preocupación de Karina. Con interés le dijo.

— me agrada que te preocupes por él por este tipo de cosas.

— yo solo quiero que sea feliz con su nuevo futuro. Y con Evangelyn lo conseguirá. Ella es una mujer dulce y que es atenta por Hadrian, si ese ministro no se detiene yo como emperatriz lo detendré.

Massimo ríe suavemente, aún asi, le causaba algunas sensaciones a esta Karina.

— tú y yo ahora pensamos igual... Antes era una discusión por lo más mínimo y por los desacuerdo...— se levantó, Karina tuvo que levantar la mirada por lo alto que era—... Ya está hecho, el ministro fue despedido desde hoy y no se atreverá a intervenir más en Hadrian.

— ¿Y-Y si se atreve?— Karina balbucea, por lo cerca que estaba Massimo, su aroma a roble y fresco no la dejaban pensar bien.

— sería el hombre más idiota por meterse con la familia imperial.

— solo espero que no lo haga ... Yo ya... Me tengo que ir, prometí hablar con Hadrian a estas horas...— Karina le da la espalda y a punto de retirarse Massimo la detiene tomándole la muñeca.

— espera... Quédate, quiero hablar contigo también, por favor.

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