El Vaivén De La Vida

Ya tarde, en la noche, Maxi entro a su cuarto, Katrina, al parecer, se había tranquilizado y se había dormido.

Abrió los ojos con lentitud, y lo vio. Se enderezó de a poco.

-¿Magui?- pregunto

Él la miro y sonrió.

-Por hoy que se quede con Carmela.- respondió y se sentó en la cama junto a ella -¿Cómo estás?- pregunto con voz suave, mientras acariciaba su cabello.

-Un poco mejor.- respondió ella -¿Que paso?-

Maxi suspiro y se levantó para quitarse la camisa.

-Nada, nadie iba a hacer nada si lo denunciábamos por... Esto, así que hable con un conocido y emprendimos una demanda por malos actos en el municipio, por lo menos que lo destituyan.- respondió y se volvió a sentar -Tadeo es el abogado de nuestra causa.-

-Ojalá nunca le haya hecho esto a nadie más...- comento ella mientras esperaba que él se recostara para poner la cabeza en su pecho.

-Conociendo el historial de su familia yo...- dudo maxi -No pienses en eso.- continuo y le beso la coronilla.

Permanecieron así por un momento, en silencio. Hasta que de repente katri dijo.

-¿Recordas el día que nos conocimos? Preguntaste si había una posibilidad de que esté embarazada.-

-Si, dijiste "imposible".- Sonrio Maxi.

-Lo dije bromeando porque hacía mucho tiempo que no tenía relaciones.- continuo ella -Pero en realidad... No puedo... Tener.-

Maxi la miro con ternura.

-¿Querés contarme?- pregunto con dulzura y ella asintió.

-No sé por qué te lo estoy diciendo ahora, pero tengo una malformación entre mí útero y...-

-¿Las trompas?- pregunto él y katri volvió a asentir -Bueno, pero... Si entiendo bien, tus óvulos se producen...-

-Si, no dijeron nada de eso... Bueno, estaba en estado de shock, así que no recuerdo...- respondió ella.

-De igual manera, podes ser mamá si querés...- comento Maxi -Existe la adopción y la subrogación de vientre... complicado esto último para nuestro país, pero...-

-Me gusta la adopción...- respondió katri con una sonrisa y se volvió a acomodar en el pecho del hombre.

Así quedaron otro ratito, más relajados hasta qué...

-¿Oí mal o más temprano me llamaste "mí amor"?- pregunto nuevamente Katrina, con una chispa de picardía.

-Mm... No recuerdo bien...- dijo él y ella lo miro haciendo una mueca de sospecha -Pero ¿Te gustó?-

-Mucho...- susurro y lo beso.

Maxi quiso ser sutil, pero ella se puso intensa y de a poco logro lo que se propuso, incentivarlo a amarla.

En los días que siguieron no se volvió a hablar del tema. Todo continuo con un ambiente alegre, la relación entre Maxi y katri iba tomando forma, ya no se escondían tanto para los arrumacos y besos. Pero no desatendieron la rehabilitación equina y en el agua. Por lo general katri, terminaba jugando con Magui.

Estaban en un momento de paz, ellas ayudaban a Carmela con la cocina, a lavar ropa, las conservas y dulces, aunque por momentos, Maxi y Tadeo se alejaban para discutir asuntos en privado, Katri sabía de qué se trataba, pero cuando notaban que ella los estaba viendo se hacían los distraídos.

El auto ya estaba arreglado. En la noche del ante último día, Maxi y Katrina, estaban en la cama, desnudos y abrazados, luego de su momento de pasión.

Ella jugaba con el dedo en el pecho de él.

-¿Que pasará con nosotros?- pregunto ella

-No se... ¿Que querés decir?- pregunto él y ella se enderezó un poco.

-Eso... ¿Está mal que pregunte?- continuo katri y Maxi se enderezó también.

-Katri... Yo quedé enloquecido con vos desde que te vi, desde el momento en que bajaste de ese auto.- confesó.

-Y me desmaye...- recalcó ella y el doctor rio.

-Si, y te desmayaste... Si vos estás dispuesta, tenés mí número, podemos... seguir conociéndonos. Se que sentís lo mismo que yo y esto puede ser hermoso... ¿Te parece?- propuso Maxi acomodando un mechón de su cabello detrás de la oreja.

Katri comenzó a asentir rápidamente.

-Si, si, quiero.- respondió conmovida y lo beso nuevamente.

El día siguiente, era el último, así que trataron de aprovecharlo al máximo, se levantaron temprano. Katri ayudo a Maxi en el consultorio, mientras atendía a los pocos pacientes que iban llegando.

Luego anduvieron a caballo y nadaron, como todos los días, junto a las pequeñas. Katrina sabía que los extrañaría, ese pensamiento le pesaba, pero trato de despojarse de él y disfrutar de esas horas.

Por la noche estaban muy agotados, había sido un día muy largo. Ya habían comido y estaban charlando con las niñas dormidas en brazos.

-Deme a Magui que la llevo a su cuarto y luego me retiro a mí casa ¿La camita detrás del biombo?- le dijo Carmela a katri -Ahora vengo por la suya...- le dijo a Romy.

-No se preocupe, a esta la llevo yo...- respondió Tadeo se levantó y llevo a la niña mayor.

Cuando estaba de regreso, comenzaron a hablar y a reír. Tadeo y Romy de un lado de la mesa, Maxi y katri del otro lado abrazados.

-Es tan lindo, gordo, tenemos que volver.- comento Romy.

-Cuando quieran, de igual manera yo tengo que ir para allá, cuando me organice y si alguien me hospeda...- bromeo Maxi.

-Aparte, tenemos que seguir en contacto.- dijo Tadeo.

-Debemos seguir en contacto porque sino no hay hospedaje...- bromeo katri abrazándo a Maxi.

-¡Uy, cuando te conozca el tío...!- dijo riéndo Romy.

-¡Cuando conozca a Gero...!- la interrumpió katri.

-¿Gero? ¿Quien es Gero?- pregunto Maxi.

-Es mí hermano menor...- respondió Romy.

-Y... mí mejor amigo...- tercio katri.

-Uy, ahora sí tengo miedo.- río él -Igual con Tadeo tenemos que seguir en contacto por otros temas.-

Y todos se miraron más serios.

-Y nosotras tenemos que buscar el contacto para los dulces de carmela.- dijo rápidamente Romy para pasar del momento.

-¡Por supuesto!- exclamó Maxi -Esta charla está muy linda, pero yo tengo que aprovechar la última noche en mucho tiempo con la mujer más hermosa que conozco.- continuo parándose.

Katrina se hacía la disimulada y miraba hacia todos lados. Maxi comenzó a reír y la levanto.

-Ahh yo...- bromeo ella, pero él en un rápido movimiento la coloco sobre su hombro -¿Que haces?- pregunto entre carcajadas.

-Buenas noches.- los saludo a los otros dos Maxi y se dio la vuelta.

-¡Espera! ¡Mí andador!- exclamó katri.

-¡Ahora te lo dejamos en la puerta de la casa!- exclamó entre risas Romy.