Eras Tú.

Ivar seguía atado y muy cabreado por lo que ese hombre le había hecho, nadie en su sano juicio se había atrevido a tanto, pero entendía que él sería un reto y un juego del cual estaba listo para jugar.

Sus hombres entraron a la oficina y al ver a su jefe atado a la silla de inmediato se acercaron y le quitaron la mordaza junto a la cuerda que sujetaba su cuerpo, al estar libre se levantó desenfundó su arma y apuntó a Delek, quien aun seguía en el suelo, atado y amordazado.

— eres un imbécil, porque por tú ineptitud esos bastardos me amordazaron, eso no lo tolero y jamás lo dejaré pasar — mientras Delek al ver lo que su patrón haría, él intentaba impedirlo con su voz, pero la mordaza se lo impedía— tú serás la lección para todos ellos, así que tu trabajo termina aquí.

Acercó el arma a su frente y jalo el gatillo siendo un disparo sordo, ya que su arma traía silenciador, y al ver el cuerpo sin vida de Delek, dejo caer sobre el cuerpo su arma, de su bolsillo sacó un pañuelo, se puso en cuclillas y limpio las escasas gotas de sangre qué estaban sobre el charol de su zapato.

Se levantó, vio a sus hombres y salió de la oficina— desaparézcanlo— todos asintieron y mientras unos se quedaban a levantar el cuerpo de Delek los demás iban cuidando las espaldas de Ivar.

Quien se detuvo frente al ascensor, levanto su mano izquierda e hizo un movimiento a uno de sus hombres quien no necesito palabras para entender las órdenes de su patrón.

Aquel hombre caminó por el pasillo hasta la última oficina donde estaba aún desmayado Nathan, se acercó a él, lo levanto y lo llevo sobre el hombro hasta llegar junto a Ivar.

— bájalo y átalo— el hombre asintió e hizo lo que le ordenó su patrón, y al estar listo Ivar le quito el arma a uno de sus hombres, se acercó y lo golpeó con el arma siendo tan fuerte el golpe que Nathan despertó de inmediato y experimentando el fuerte dolor en su mandíbula.

Al notar que estaba atado se sorprendió, pero al ver a Ivar frente a él un temor lo invadia poco a poco, comenzó a moverse intentando zafarse, el cual no lo consiguió más que una vez más Ivar volviera a golpearlo con el arma.

— ¿qué sucede?, ¡suéltame!— Ivar solo negó mientras caminaba pausado alrededor de él para causarle un poco de terror, él sabía que lo lograría, ya que se había dado cuenta de que Nathan era un hombre demasiado débil.

— ¿sabes que sucede?, querido Nathan— él negó intentando entender la pregunta de Ivar— sucede que ese imbécil que tienes por socio me negó a mi hija, así que tú me dirás donde vive.

— yo, yo no sé, jamás, jam...— y antes de que terminará de decir lo golpeó sacando un poco de sangre de su labio— se lo juro que no sé donde vive, pero usted tiene hombres que pueden hacer eso.

— los tengo Nathan, pero quería darte otra oportunidad, pero no me sirves y la verdad yo no sé porque aun respiras— Nathan abrió sus ojos al escuchar cada palabra.

Ivar lo tomo por el cuello, le acerco el arma a la mejilla y comenzó a restregársela en el rostro, hasta detenerla en su boca, le mostró su mejor sonrisa y jalo el gatillo, Nathan a la acción que hizo Ivar, se estremeció y su cuerpo se soltó, Ivar bajó su mirada a la entrepierna de Nathan y al ver, soltó una carcajada sonora.

— créeme, no vale gastar una valiosa bala contigo Nathan— lo aventó y este cayó al suelo, Ivar camino hacia el ascensor y antes de que esté cerrará sus puertas volvió a hablar— por ahora has salido invicto, pero no todos los días tenemos suerte, no intentes nada Nathan, porque si lo haces créeme que no habrá segundas oportunidades.

Nathan solo asintió, el ascensor cerro sus puertas, al salir del edificio dio la orden que hicieran un desastre, subió la camioneta e iban de regreso.

Llamo a sus hombres para que rastrear a y dieran con el paradero de ese hombre y de su hija, quien ya tenía que aparecer pues la boda era en días y todo estaba a contra reloj...

Mientras tanto en aquella habitación desordenada, salía la pareja del baño recién duchados y con una sonrisa inmensa, se cambiaron y salieron de la habitación, bajaron las escaleras hasta llegar a la cocina donde estaba Nil aún comiendo.

—perdón por no esperarlos, pero ustedes no tenían para cuando y yo moría de hambre, por cierto todo esta muy delicioso, Mabel.

— gracias Nil, ¿te sirvo más?— él asintió bajo la mirada de su amigo quien se sentó a su lado.

Y mientras Mabel recalentada la comida entre ellos hablaban— Bastian, ¿le dirás que viste a su padre?.

— no quisiera, pero tengo que hacerlo, no quiero mentirle, ni tampoco crearle una atmósfera falsa, sabes que Ivar no se quedará tranquilo e intentará dar con nosotros, pero este es mi juego, son mis reglas y apareceremos cuando yo decida.

— esto será a tu manera y no te preocupes de que no darán con nosotros y si lo hacen todos están en sus posiciones listos para que inicie la fiesta.

Los dos asintieron y guardaron silencio al ver a Mabel acercarse, dejo los platos y se sentó, al terminar Nil se levantó y salió dejándolos solos.

Bastian por un instante vio a su esposa y decidió hablar— mi amor— Mabel al escuchar la voz de su esposo levanto su mirada y puso atención— al ir con Nathan a quien me encontré en la oficina fue a Ivar.

— y, ¿qué hacía en ese lugar?.

— Nathan le hablo, y como tu padre esta desesperado— ella asintió un poco despreocupada, ya que al estar al lado de su esposo su seguridad estaba garantizada— Nil averiguara los pasos de Ivar.

— entiendo, eso quiere decir que hoy no iremos con el casero, ¿verdad?.

— por tu seguridad no, el grado de desesperación de Ivar es muy grande y aún no sabemos los alcances, así que esto será con calma— Mabel asintió conforme.

Terminaron de comer, se levantaron y Bastian la llevo a recorrer el inmenso jardín de la casa, mientras caminaban él no paraba de pensar que si fuese necesario y si esto se salía de control no dudaría en pedirle ayuda a su madre para salvaguardar la vida de su esposa ante la guerra inminente.