Solo Mía.

Al segundo día de su llegada a la Mansión , Sara después de la rutina diaria de su abuelo, salió con él, a cumplir su promesa .

Fueron primero al cementerio y encontradas las tumbas de su abuela y su mamá dejaron las rosas escogidas. Vió a su abuelo colocar con manos temblorosas el ramito de violetas a su amada Magdalena. El anciano se sentó en el borde de la tumba y conversó con su abuela,cómo si ella estuviera presente.

_Gracias amor mío, decía. Gracias por regalarme una hija que duerme a tu lado por siempre. Gracias hija mía, mí María, por darme esta preciosa nieta que es tu viva estampa. Gracias mis dos amores por no dejarme morir solitario como toda la vida pasé.-

Sara escuchaba a su abuelo y lloraba por el destino tan triste de esas dos mujeres.

Ella también les agradeció porque sin dudas desde el más allá, ambas intercedieron para que pueda encontrar a su abuelo, en el momento que más necesitaba un afecto sincero.

Salieron del brazo juntos y fueron al asilo.

Allí recibieron el cariño de todos los ancianos en especial el de Dorita , que agradeció a Tulio por cuidar a su nieta, cómo ella le llamaba.Salieron los dos reconfortados y siendo de mediodía ya, se dirigieron a la mansión. Almorzaron y se recostaron a descansar. Sara pidió que le sean enviados trajes de cóctel, zapatos, peluquero y barbero para su abuelo.

Luego se durmió profundamente.

Cuando despertó, se puso una biquini negra y descalza se fue a la piscina. Eran las 16 hs ,aprovecho para nadar un poco y tomar sol. Cuando sintió el sonido del auto entrando por la grava del jardín, se puso una salida de baño y fue a mirar.

El abuelo ya estaba en la terraza recibiendo a dos hombres que bajaban del coche.

Eran su tío Fran Vincent y su primo Tiago Vincent Agostini.

El abuelo les presento a Sara. Su primo la miraba con ojos de lobo hambriento.

Saludó a los dos. Dió indicaciones de bajar su equipaje y acomodarlos en las recámaras de invitados del segundo piso y fue a cambiarse para tomar el té.

Su primo era agradable y muy alegre. mezclaba el español con el italiano.

_ Sara, mia cara, Eres bellísima._ Vi tu foto en los periodicos. Pero nunca pensé que fueras tan hermosa.

Sara se había bañado y vestido. Tenía el rostro sin pintura y el cabello aún húmedo. Se reía abiertamente del coqueteo del gigoló, cómo lo llamaba su abuelo.

_ Vamos Tiago , que dices ? Apareces en todos lados con mujeres hermosas. Yo solo soy una chica del interior Una campesina.-

_ ¿Campesina?¡ Nunca ! ¡Una principesca!

_ Bueno Tiago--dijo el tío Fran. Deja a tu prima comer en paz.-

Comieron y charlaron bastante. La casa se llenó de risas y de voces.

La tarde fue cayendo. Un recadero llegó con cajas de vestidos y zapatos y Marta los llevó a su dormitorio.

Luego salieron ella y Tiago a pasear por el parque.

Tiago conversaba pero Sara estaba silenciosa.

_ ¿Qué pasa primita? ¿Qué te preocupa?-

_ Mañana vere a un hombre.

_ ¿Antiguo amore ?

_ Si. El único amor de mí vida.

_ ¿El te dejó ?

_ Yo lo deje.

_ ¿Que hizo para ofenderte esse maledetto.?

_ El no. Fue su madre.

_ Mmmm...sabes . Eso de la familia de tu amante es un tema dificile... Porque si te casas tienes que aceptarlo todo.-

Mañana todo irá bien. ¿Yo estaré allí para salvarte. Sabes ?

_ Okey primo. Okey.

Esa noche , Sara soño que estaba en la puerta del departamento de Marco. Que ella quería besarlo pero la madre de Marco y Vanesa se lo impedían .

Al otro día fueron a las 10 a la junta de la empresa. Su abuelo la presentó como la futura dueña de la compañía.

Salieron de la reunión formal y su tío Fran y su primo Tiago los estaban esperando. Fueron a almorzar los cuatro. El almuerzo fue ameno. Su primo y su tío relataban detalles de Italia y su gente. Entre anécdotas y aventuras las risas fueron llegando . Un lindo aire de familia los unió.

A las cinco Sara comenzó a vestirse. Los peinadores y maquilladores hicieron su trabajo. A las seis y media los cuatro miembros de la familia estaban prontos y partieron.

Marco llegó con Rafael y Bela al evento. El salón estaba bellamente adornado. Mucha gente poderosa iba ingresando .Llegó su padre , con su madre y Vanesa. Ninguno de los tres se habían percatado que Sara Agostini era la Sara que trabajaba en su empresa antes.

Marco Donatti miro el salón con un pantallazo de sus ojos claros. Sara no había llegado aún.

Rafael y Bela que lo acompañaban trataron en el camino por todos los medios de tranquilizar a su amigo. El demostraba una calma rara, cómo se ve minutos antes de una gran tormenta.

De golpe el bullicio de la gente se suavizó. Don Tulio Agostini avanzaba acompañado de un caballero desconocido y junto a ellos del brazo del dandy italiano,su Sara.

Vestía una solera de encajes sin hombros de color lila pálido y pegada a su cuerpo de diosa.

Había tomado sol porque su piel se veía dorada y fresca. No llevaba joyas, solo el antiguo prendedor de su abuela. Era tan hermosa que a Marco le dió una puntada en el corazón. Un hombre muy apuesto, moreno y también dorado por el sol, con un traje claro costoso de diseñador, la llevaba del brazo. El sabía quién era: Tiago Vincent Agostini. Ella tenía una sonrisa maravillosa en la cara y miró a todos saludando con pequeños movimientos del rostro.

De golpe sus ojos se encontraron con los suyos y se miraron como solo dos amantes heridos podían mirarse.

Marco , caminó unos pasos a su encuentro.

_ Sara, ¡tanto tiempo ! Mira lo bella que estás --dijo.-- Ahora tienes esposo, pariente y fortuna .Yo te perdi, ¡pero tú ganaste mucho!-

El primo de Sara y su tío , se separaron prudentemente de esa conversación.El abuelo en cambio, se quedó.

_ Hola Marco--dijo Sara.-- No tengo esposo. Pero si tengo un pariente. Mí abuelo : Tulio Agostini. Y si, Marco. Nos perdiste. A mí y a nuestro hijo. Si quieres más información pregúntale a tu madre y a tu..amiga Vanesa. Ellas lo saben muy bien. Vamos abuelo.--

_ Si quieres hablar con Sara, no será ahora hijo--dijo el anciano. Y saca pronto a esas dos mujeres de aquí.--

Marco estaba completamente en shok.

El abuelo caminó hacia la tarima.

Lo anunciaron y tomando la palabra se dirigió al público diciendo :

-Quiero desear a toda la gente de buena voluntad que nos honra con su presencia un año maravilloso, fructífero y en paz y quiero además presentar a todos ustedes a mí sucesora en esta compañía. Les contaré una breve anécdota: hace ya muchos años vine en un barco repleto de inmigrantes a trabajar a este glorioso país. En el barco conocí al amor de mí vida : Magdalena Frigo. A esa bella mujer le regalé dos cosas, el prendedor de mí madre y un ramito de lilas robadas del salón del barco. Cuando llegamos al puerto de Buenos Aires perdí entre la multitud y para siempre a mí amada. Hace unos pocos meses en un acto escolar veo a una profesora de sociología que era la imagen viva de mí Magdalena. Incluso tenía el prendedor de mí madre. Esa joven había huido al interior del país por un gran dolor producido por dos malvadas personas que le injuriaron y atropellaron dejándola herida y desangrándose en la calle, esa joven es mí nieta Sara Agostini Frigo.

Ven Sara,-- dijo. Sara pasó al frente con su abuelo.

_ Dios me permitió encontrar a mí nieta. Ella es la heredera de todo lo que es mío. Pido a Dios que Sara encuentre una maravillosa familia que la reconozca y la ame y que conforme su familia con un hombre de honor.

Un aplauso cerrado coronó las palabras del anciano.

--Gracias a todos, decía Sara.

Todos se acercaban a besarla y saludarla.

Marco conmocionado por el discurso del anciano, miró hacia el lado de su madre y Vanesa. Su padre evidentemente no entendía nada, pero las dos mujeres murmuraban entre ellas asustadas.

Rafa trato de contener a Marco. Pero este fue hacia las dos mujeres con odio en el rostro.

_ ¿Sabes lo que hiciste mamá ?

_ ¡Te juro hijo que fue un golpe con el auto sin importancia!

_ Eso es cierto-- dijo Vanesa, --¡ella estaba sangrando pero se levantó !

_¡ Saben lo que hicieron ambas ! ¡Mataron a mí hijo! ¡Mí hijo !_

_ ¿Marco, que dices? dijo el padre alarmado--

_ Mamá y está cucaracha humana insultaron a Sara y la atropellaron. Sara estaba esperando a nuestro hijo. ¡Salgan de acá las dos porque llamaré a la policía !Nunca más quiero verlas.¡ Nunca.!

Ambas mujeres salieron despavoridas. Marco buscó a su Sara con la vista, pero ella y su abuelo ya se habían marchado.

Rafa y Bela vieron a Marco tan desolado que lo acompañaron.

_Yo manejaré. --Dijo Rafael.

Salieron en silencio del evento, hicieron unas cuadras hasta la costanera y pararon.

Marco se bajó. Rafael lo siguió y abrazó a su compañero.

_Perdí a la única mujer que amé y a mí hijo!. Íbamos a tener un bebé.-

_ Tranquilo amigo. tranquilo. El amor lo cura todo_ dijo Rafael.-