REINA ARABELLA

Al acercarse al carruaje pudo escuchar risas adentro de éste, así que no quiso interrumpir y solo siguió su camino al lado de éste.

- Como fue que no te vieron los guardias, cuando saltaste encima del carruaje - le pregunto ARABELLA a Ariel.

- Uno de mis poderes es la invisibilidad y por eso no me vieron - le dijo mientras cruzaba sus piernas.

- Ese es un increíble poder, yo también quisiera poder volverme invisible e ir donde se bañan los guardias y poder alimentar mi vista - dijo ARABELLA tranquila mientras Ariel soltaba la carcajada, mientras Ada solo quería tener el poder de quitarse el sentido del oído.

- Yo ya lo he hecho y no sabes lo que uno se encuentra - le dijo Ariel.

- Enserio, dime.... - ARABELLA iba a decirle que le diera detalles cuando vio a ada ventiandose con una abanico mientras su rostro estaba rojo.

- Mejor dejemos esta plática cuando estemos solas, mi dama personal es un poco tímida y estos temas mira como la ponen.

- Hay Ada, deja de ser así mira yo te voy a enseñar muchas cosas y vas a ver cómo es de delicioso espiar a los hombres.

- No sé si alegrarme o preocuparme - dijo Ada.

- Vamos Ada, cuando empieza a ver esas cositas sin nada de nada hasta los ojos te van a brillar - dijo Ariel pasando de puesto y sentándose al lado de Ada mientras le pasaba la mano por encima del hombro.

- Pero a nosotras fácilmente nos pueden descubrir, nosotras no podemos volvernos invisibles - le dijo ARABELLA.

- Lo único que lo tiene solución es la muerte, de resto todo es posible - dijo Ariel mostrando una sonrisa maliciosa.

Como ya pasaban de las doce, los guardias le dijeron ARABELLA si podían dejar descansar los caballos y armar el campamento.

- Claro que si, por favor deles comida, agua y también manteles algo para que se sientan cómodos - le dijo ARABELLA refiriéndose a los caballos. Cuando iba bajando se topó con Hans frente a él.

- HANS, que haces aquí - dijo sorprendida.

- Que fue lo que te dije de los peligros - le dijo Hans mientras cruzaba los brazos.

- Más miedo me tiene que tener ellos a mi que yo a ellos.

- Nunca subestimes a tu enemigo - dijo al verla caminar al lado de él sin prestarle atención, cuando volvió la vista al carruaje vio bajar de él una chica de cabello azul.

- ¿Tu quien eres? - Le preguntó en un tono serio, ARABELLA al escucharlo se devolvió y le respondió.

- Es Ariel hija de un dragón y es mitad dragón mitad humana que por cierto tú sabes cómo puede un dragón....

- Oye no vas a dejar de preguntar eso nunca - le dijo Ariel con las manos cruzadas.

- Perdón perdón pero es que enserio me causa curiosidad, cuando vuelva a ver a tu padre se lo preguntaré.

- Suerte con eso - le respondió Ariel.

Hans solo se quedó callado al escuchar tal conversación.

- Y eso que no ha escuchado ni la mitad de lo que me ha tocado escuchar a mi - le dijo Ada mientras negaba con la cabeza.

Esa noche todos comieron y pasaron acostarse, al otro día muy temprano levantaron el campamento y siguieron su camino, después de unas horas pasaron cerca de un pueblo para poder comer algo.

- Su majestad es un honor volverla a tener en este humilde pueblo - dijo con una plebeya al ver entrando ARABELLA a su negocio de comida.

- El honor es mío saben que siempre estaré agradecida con ustedes por su cariño - le dijo ARABELLA con una sonrisa que la plebeya le devolvió. Después de un rato la plebeya les sirvió comidas a todos tantos ARABELLA, Hans, Ariel, Ada y los guardias que iban con ellos.

- Leonor has escuchado algo sobre la frontera - le pregunto ARABELLA a la plebeya.

- Si majestad, dicen que sombras oscuras han estado saliendo y entrando, en los pueblos más cercanos han estado ahuyentando a la gente, nosotros estamos siempre alejados de la frontera pero tenemos miedo que esas sombras lleguen a nosotros.

-¿ Sombras oscuras? - se pregunto Hans.

- No puede ser... Ese hombre no puede estar detrás de nuestro reino - dijo Hans para el mismo pero en voz alta

- Gracias leonor y trata de calmar al pueblo yo voy hacia aya y sea lo que sea lo detendremos - esas palabras tranquilizaron un poco a la Leonor que solo asintió con una sonrisa.

- HANS podemos hablar un momento - le dijo ARABELLA apartándose un poco de todos seguida por Hans.

- Que fue eso de que el no puede ser que hombre estás hablando - le preguntó ARABELLA.

- Se llama Magnus Bardot, es el rey del Reino sombras negras es un reino alejado del nuestro, se sabe muy poco de el, pero no sé porque o que podría querer de nuestro reino.

- Nuestras esmeraldas son muy codiciadas.

- Si pero no creo que eso sea algo como para que él quiera formar una guerra... Lo mejor será que te devuelvas e informes en Palacio.

- Como se te ocurre, si quieres mandas a un aguarda de regreso para que informe pero yo voy a ir contigo quieras o no - le dijo para después volver a entrar al negocio.

Después de un rato continuaron el camino, está vez ARABELLA iba sería en el carruaje cosa que extraño Ada y Ariel.

- Paso algo con el joven - le pregunto Ariel.

- Quería que volviera a palacio, solo porque sospecha que el que nos quiere declarar la guerra sea un tal Magnus.

- Magnus - dijo Ariel asustada.

- Que pasa con el, tan poderoso es como para que tú también te pongas así.

- Ese es un hombre despiadado nuestra especie siempre ya tenido que estar escondido de él ya que siempre nos capturan para tomarnos como caballos de pelea.

- Eso es inhumano, ustedes son una especie rara pero hermosa.

- Oye nosotros no somos raros - le dijo Ariel mientras le pegaba un puño en el hombro.

- Que no tu padre tiene cuatro ojos eso acá y en china es raro.

- Que es china - preguntaron al mismo tiempo Ariel y Ada.

- No me hagan caso - dijo ARABELLA riendo nerviosa.