Dulce Venganza

Santiago estaba en la sala del trono, resolviendo algunos problemas, o más bien lidiando con los padres de las concubinas que habían sido metidas en su palacio sin su autorización

-Alteza entienda, si sigue casado con ese hombre no podrá dar descendencia,

-¿Quién dice que no? Hay muchas formas, puedo tener hijos con una mujer y nosotros criarlos o podemos adoptar a uno de esos niños que no tienen padres, opciones no faltan, lo único que quieren es que yo siga manteniendo a sus hijas para que ustedes puedan seguir disfrutando de los beneficios que esos les trae

Los funcionarios estaban molestos por las palabras pero poco podían hacer, era el rey y todo su ejercicio lo respalda, pero no dejarían que sus hijas fueran la burla

-Eso sería inaceptable, un bastardo como heredero es una deshonrra,

-El duque Blas, tienen razón debe ser de sangre sino no será aceptado

Santiago ya estaba arto de las palabras de esos vejetes, así que decidió darles por su lado pero con una sorpresa incluida

-Muy bien, lo haré pero yo elegiré a la persona que sea la madre de ese niño

Los ministros estaban satisfechos con la decisión, pensaron que tenían la oportunidad de que sus hijas serían elegidas, la reunión estaba terminando los ministros caminaban hacia la puerta, mientras seguía su camino vieron a Marcus este no los saludo lo que hizo que se enojara

-Que falta de respeto,

-Ehh?

Marcus conteo para todos lados para ver sí era dirigido el reclamo a él

-¿No escucho? Salude, no hay duda que no tiene educación, se nota que su madre no lo supo educar

Marcus dejó salir una sonrisa torcida, si hay algo que lo molesta es que se refieran a su madre de esa manera, aun que está en otro cuerpo, siente mal por que el dueño original no conoció a su madre

-Si tiene razón, mi madre no me supo educar, creo que se debe a que aun no hay formas de contactarse con los muertos

Los ministros perdieron el color de su rostro, más que nada el duque Blas quien había sido él que dijo el comentario, pero aún así siguió su ataque hacia él

-Que escusa tan estúpida, todo el mundo sabe que hay que saludar a su superiores

-Pues no lo he visto haciendo una reverencia ante mi

-Q-que insolencia, yo soy el duque Blas, el mayor portador de la corona, mi hija será la futura reina

-Ohh ¿un duque? Pero yo soy un príncipe, y soy el esposo del rey Santiago, por lo que su hija no podrá ser la reina

Marcus se tapa la boca para mostrar burla hacia el duque, quien quiere darle un golpe por lo dicho pero los demás funcionarios que están con él lo convensieron para que se retire no pude echarse de enemigo al rey, por lo que se van pero Marcus se gira para recordarle algo importante

-Vejetes, que les quede claro mientras yo esté aquí ninguna de sus hijas subirá a la cama de mi hombre, así que si las quieren seguir viendo enteras ya saben que hacer

Marcus se fue sonriendo, aunque esos viejos no le hicieron la reverencia no le importa, después de que se haga la ceremonia oficial ahí no les quedará otra que agachar la cabeza ante él, al llegar a donde esta Santiago esté este recargado sobre el haciendo con los ojos cerrados, Marcus aprovecha para sentarse esn sus piernas y pasar sus brazos por el cuello de Santiago

-Marcus ¿pensé que irías a recorrer la ciudad?

Santiago no abrió los ojos, sabía que nadie era tan atrevido como él para sentarse en sus piernas,

-Si quería ir pero no con Rita esa mujer la veo y quiero horcarla, así que quiero que vallas conmigo

-Estaré ocupado estos días, te prometo que el fin de semana seré todo tuyo

Al escuchar esas palabras los ojos de Marcus se iluminaron, se empezó a mover en círculos en las piernas de Santiago haciendo que este soltara un gemido ronco, al ver que su plan había funcionado salió corriendo del lugar al sentir el miembro de su esposo despierto, Santiago sólo miró como se fue con frustración trató de controlarse,

-Ohh esposo mío está noche no te salvas

Volvió a sus deberes con más energías pues pensar en cómo torturar a Marcus lo ponía de buenas.