una mirada una obsesión o amor a primera vista? su ángel misterioso o su demonio personal? que será de la vida de Mariana y Mauricio viconti.
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Capítulo 15– Entre el deseo y el peligro
[Punto de vista de Mariana]
Desde la visita de Sofía, algo había cambiado. La verdad flotaba entre ellos, como una burbuja que podía estallar en cualquier momento. Mauricio la evitaba un poco, como si necesitara controlarse. Mariana, en cambio, no podía dejar de pensar en él.
Esa noche, no podía dormir.
El calor era insoportable, así que salió al balcón con una taza de té frío y su cuaderno. Estaba en pijama —otra vez—, pero no le importó. Su cuerpo parecía moverse por impulso cada vez que pensaba en él.
Apoyó los pies en la baranda, y comenzó a dibujar el perfil de un rostro que ya se le escapaba de las manos: el de Mauricio.
Serio. Inquietante. Magnético.
—No podés dormir tampoco, ¿eh?
Su voz le hizo pegar un salto.
Lo vio al lado, en su propio balcón, también con una taza en la mano.
—¡Me asustaste!
—No fue mi intención.
—Siempre tenés ese talento para aparecer cuando menos te lo espero —dijo ella, sonriendo.
Él se quedó mirándola. Su pelo estaba desordenado, la luz de la luna le daba un brillo plateado. El pijama dejaba ver parte de su clavícula.
Tenía que controlarse. Como fuera.
—¿Qué dibujás?
—Nada importante —cerró rápido el cuaderno.
—¿Puedo verlo?
—No.
—¿Por qué?
—Porque es tu cara.
Mauricio parpadeó.
—¿Mi cara?
—Sí. Es lo único que me sale últimamente. Sos... extraño. No puedo descifrarte, y eso me desespera.
Hubo un silencio espeso. Ambos se miraron, como si algo invisible les atara el alma.
Él dio un paso atrás y cruzó hacia su departamento. Mariana pensó que se iba. Pero entonces golpearon su puerta.
Al abrirla, lo vio ahí.
—Estoy cansado de evitar esto —dijo él.
Y la besó.
Fue un beso lento al principio, torpe, como quien busca la corriente correcta para sumergirse. Luego, las manos se encontraron, la piel ardía, y el deseo estalló entre ellos como una tormenta anunciada.
Mariana se aferró a su cuello, Mauricio a su cintura. El mundo dejó de importar.
Pero justo cuando sus labios se reencontraban, un fuerte golpe sacudió la puerta del edificio. Ambos se congelaron.
—¿Escuchaste eso? —susurró Mariana.
Mauricio frunció el ceño. Fue hacia la ventana. Y vio lo que no quería ver.
Una camioneta negra, sin placas, estacionada justo frente al edificio. Hombres bajaban con rapidez.
Uno de ellos llevaba un bate.
El otro… una pistola.
—Tenés que esconderte —le dijo él a Mariana.
—¿Qué? ¿Por qué?
—No hay tiempo para explicaciones. Cerrá todas las cortinas. Y si escuchás ruido, no salgas. Prometémelo.
—¡Mauricio!
—¡Prometémelo!
Ella asintió, asustada. Mauricio salió al pasillo y cerró la puerta tras de sí.
[Punto de vista de Mauricio]
Sabía que el pasado vendría a buscarlo. Siempre lo hace.
Pero jamás imaginó que lo haría justo ahora, cuando por fin se había permitido sentir algo real.
Descendió las escaleras con rapidez, ya con el arma en mano. Lucio estaba en camino, pero no llegaría a tiempo.
Los tipos eran de un grupo rival de viejos negocios sucios. Lo habían seguido. Tal vez sabían algo. Tal vez solo buscaban venganza.
No iba a dejar que se acercaran a ella.
La pelea fue rápida, brutal. Uno de ellos logró alcanzarlo con el bate en el hombro. Mauricio lo tumbó con un golpe seco en la mandíbula.
El segundo… tenía el arma.
Pero justo antes de disparar, Lucio apareció desde un coche en marcha, disparando hacia el cielo. Los tipos huyeron.
Lucio corrió hacia él.
—¡Te dije que este lugar no era seguro! Hay que sacarla ya !! Terminar con esta locura, la voy a llevar a su casa de nuevo
—No la toques —dijo Mauricio, jadeando.
—¿Ella lo vio?
—No. Pero estuvo cerca. Muy cerca.
—¿Y ahora qué?pensas que no va a preguntar que paso ?
Mauricio miró hacia su departamento, donde sabía que Mariana debía estar temblando, tal vez asustada, tal vez preguntándose quién demonios era su vecino.
—Ahora ya no puedo esconder nada.
Lucio lo miró, sin entender.
—¿Te vas a rendir?
—No —dijo él con calma.
—¿Entonces qué vas a hacer?
Mauricio apretó los dientes, levantó la mirada al cielo y murmuró:
—Voy a luchar por ella. Aunque tenga que enfrentarme al infierno entero.
pero de todas está me GUSTO 😍 MUCHO ....
SIN TANTO Capitulo sencilla Pero bonita ❤️ ;
solo pudo decir GRACIAS 🫂