NUNCA TE DARÉ EL DIVORCIO

El evento empresarial del año se celebraba bajo el nombre de la compañía de Kairos, y como anfitriones, tanto él como Zahraea estaban en el centro de atención.

Zahraea, aún saboreando su próximo movimiento, había pasado semanas preparando su jugada. El código de vestimenta exigía que las parejas anfitrionas vistieran atuendos complementarios, en colores coordinados y con un estilo sofisticado que transmitiera unidad y elegancia.

Claro, ella no tenía intención alguna de cumplir con esa regla.

Le había pedido a su diseñador de confianza un vestido completamente fuera del esquema acordado: un impactante conjunto en rojo carmesí, ceñido al cuerpo, con una abertura lateral y detalles de pedrería negra. La intención era clara: hacer que Kairos apareciera con un atuendo que desentonara por completo y provocara burlas sutiles de los empresarios.

La prensa adoraría el desajuste. Se harían preguntas. “¿Problemas en el paraíso?” “¿Acaso el matrimonio no es tan idílico como aparenta?”

Zahraea sonrió para sí misma mientras se miraba en el espejo, satisfecha con su elección.

Cuando llegó al salón principal, las cámaras se giraron de inmediato hacia ella. Los flashes destellaban, los invitados murmuraban apreciando su atuendo, y ella se deleitó en la anticipación del momento en que Kairos hiciera su entrada completamente fuera de lugar, pero entonces, la puerta principal se abrió y el impacto fue inmediato.

Kairos entró con paso firme, vestido con un esmoquin negro impecable con detalles en rojo carmesí. Su corbata, del mismo tono que su vestido, y el pañuelo de su bolsillo llevaban el mismo patrón de pedrería negra que adornaba su atuendo.

Era perfecto, demasiado perfecto y eso enojo mucho a Zahraea.

Los murmullos de los invitados cambiaron de tono. Lo que debía ser un escándalo para Kairos ahora parecía una declaración de poder. La pareja anfitriona había llegado con atuendos meticulosamente sincronizados, enviando un mensaje de unidad y confianza.

—Son realmente una pareja impresionante —comentó un empresario al pasar.

—La armonía entre ellos se nota incluso en los detalles más sutiles —agregó otra persona, con una sonrisa de admiración.

Zahraea mantuvo su expresión serena, aunque por dentro ardía de frustración.

Kairos se acercó, ofreciéndole su brazo con una leve sonrisa que solo ella entendió —¿Lista para recibir a nuestros invitados, esposa mía? —susurró con ironía.

Zahraea apoyó su mano en su brazo, sonriendo para las cámaras —Por supuesto— La partida continuaba, y ella no pensaba rendirse.

Zahraea mantenía la compostura, pero por dentro, la ira bullía en su interior. Kairos lo había vuelto a hacer. No solo había evitado su trampa, sino que había convertido la situación en su beneficio, robándose la admiración de todos los presentes, ella pensó

"¿ Acaso me está vigilando?, ¿ compro a mi personas de confianza?, no, no, eso es imposible. Al menos de que me lea la mente...

Mientras se movían entre los invitados, el pensamientos que se le pasó a Zahraea "sobre leer mentes", ella se puso rígida al igual que Kairos cuando escucho su pensamientos, ella se detiene y lo observa y se responde en su mente— Imposible, no existe tal cosa. Debo estar más atenta a sus movimientos.

Kairos: ¿ Pasa algo? — fingiendo preocupación y ella solo le responde

Zahraea : Todo está bajo control, como siempre — Mientras finge una sonrisa delicada para él.

Los comentarios sobre su "coordinación perfecta" se repetían una y otra vez. Empresarios importantes se acercaban para felicitarlos, asegurando que su sincronización como pareja reflejaba la estabilidad y el éxito de la compañía.

Kairos sonreía con calma, como si todo hubiera salido exactamente según lo planeado. Y, en cierto modo, así era.

Zahraea apretó ligeramente su agarre en su brazo, fingiendo afecto para los presentes, pero en su mente lo insultaba con cada paso que daban.

"Bastardo oportunista. Maldito embustero. Si tan solo supieran lo farsante que eres"

Kairos, que seguía leyendo sus pensamientos, reprimió una sonrisa divertida mientras inclinaba la cabeza hacia ella y le murmuro con intención de estimularla.

—Kairos: Te ves preciosa con ese vestido, en especial con ese color, me gusta mucho.

Zahraea no se dejó afectar — Gracias, pero a ti no te sale ese color — Le susurro.

Los invitados no dejaron de observarlos en ningún momento. Parecían la pareja perfecta, la imagen de la elegancia y el éxito. Pero tras esa fachada, la guerra entre ellos continuaba.

Esa noche debía haber sido un golpe para Kairos. En cambio, lo había fortalecido.Cuando finalmente llegó el momento de la cena, Kairos tomó la iniciativa y le apartó la silla a Zahraea con una cortesía impecable.

—Kairos: Después de ti, amor.

—Zahraea: Gracias, querido —respondió con una sonrisa que ocultaba su rabia y un leve sarcasmo que solo él entendía.

Las miradas en ellos no se extinguian, pero la sonrisa fingida de Zahraea se estaba ahogando , mientras que Kairos disfrutaba cada momento y pensamiento frustrado de Zahraea hacia él, le encantaba la forma maquiavélica que trata de sacarlo de su vida, por cada mala intención que ella tiene con él. Él se convence que no puede alejarla. Él se encargará de que no.

Para Zahraea , esto no era una derrota. Era la partida que debía seguir como sea, así que Zahraea ya planeaba su siguiente movimiento.