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Atrapados

Atrapados

Status: En proceso
Genre:Terror
Popularitas:283
Nilai: 5
nombre de autor: Alberto Jose Sayago

16 extraños han sido abducidos para ser parte de un juego mortal, a manos de un fanático peligroso quién quiere recrear los escenarios macabros de sus series de terror y thriller favoritas ¿quién sobrevivirá a las reglas absurdas del autoproclamado Señor Cornamenta?

NovelToon tiene autorización de Alberto Jose Sayago para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

recuerdos perdidos

–¡No! –exclamaba Olivia completamente horrorizada– ¡No pueden hacer esto!, ¡Es inhumano!

El escándalo que se había formado en el primer piso había llamado la atención de las personas que se encontraban en la cocina, cumpliendo con su turno de limpieza. Neo esperaba que el resto de sus compañeros aparecieran, así fuera por la estúpida curiosidad, pero sólo se habían apersonado cuatro de ellos: Olivia, Esmeralda, Julio y Arturo. La herida de Sol había vuelto a sangrar como la primera vez y se tuvo que recurrir a más vendaje. Entre Germán y Blonde recostaron a la muchacha en su cama, y procedieron a atar sus muñecas a las patas de la misma por petición de Sky; razón por la cuál Olivia se hallaba perturbada. La pelirroja se armó de paciencia para explicarle el por qué de esa decisión: según ella, Sol era no sólo un peligro para ellos, sino que también para sí misma. Presentaba un estado psicótico severo y no tenían los medios ni la medicación para controlarla.

Razones de más había para llegar a esa conclusión: el cuarto de Sol era un desastre. La cama estaba desecha. La caja del botiquín de emergencia había sido arrancada de la pared y su contenido estaba desperdigado en todo el suelo de la habitación. La mesita de noche también se encontraba fuera de su lugar y tenía raspaduras en uno de sus bordes, y la gaveta del mismo se encontraba detrás de la puerta de la entrada. El bombillo y la pantalla de la lámpara de mesa estaban rotos, y el cable, suelto, se encontraba todavía enchufado al tomacorriente. Tal nivel de daños era más que justificable para un castigo por parte del Señor Cornamenta, y Neo lo sabía perfectamente; pero el cornudo no había tomado cartas en el asunto hasta ese momento. Inclusive, después de la conmoción, la voz del anfitrión se apagó y no volvió a pronunciarse más.

Olivia siguió en desacuerdo con las decisiones de Sky, pero viéndose superada, no argumentó nada más. Por su parte, Julio sugirió que le suministraran una intravenosa a la rubia con una solución salina, para solventar el problema que representaba su evidente deshidratación. La expresión de desasosiego general le hizo darse cuenta de que ninguno de ellos tenía idea de cómo hacerlo. Fue así cómo él mismo tomó una bolsita de suero de su propia habitación, y realizó el procedimiento.

–¿Cómo es que sabes hacer esto? –inquirió Blonde asombrado.

–Tengo la certeza de haber hecho un curso de primeros auxilios en el pasado. –comentó aún concentrado en el brazo de Sol– hace bastante tiempo, he de decir. –Se colocó de pie y sostuvo la bolsita transparente a la altura de sus ojos– ¿Alguien puede hacerse cargo de mantener esto levantado? Normalmente hay un soporte para ello pero a falta de un equipo médico apropiado…

–¡Oh, yo lo haré! –se ofreció Arturo, acercándose a uno de los costados de la cama para recibir el empaque.

–¿Pero qué necesidad hay para hacer esto así? –preguntó Germán a la par que arqueaba una ceja.

–¿Sabes que la gravedad es lo que hace que la solución salina termine entrando en el torrente sanguíneo, no?

Neo pudo intuir que Julio se estaba replanteando la capacidad cerebral que tenía el rubio, porque tenía tallada una expresión de incredulidad en el rostro.

–No –chasqueó la lengua– me refiero a, –señaló a Arturo– ¿Qué sentido tiene que él se quede en esa posición ridícula hasta que se consuma toda la bolsa? ¿No es mucho mejor si se coloca un clavo en la pared?

–Oh, sí, claro –rió Blonde– si es que consigues un martillo y clavos, en primer lugar.

Cómo Germán no entendía a qué se refería Blonde, éste le explicó que después de revisar cada sala dentro de ese edificio, notó la falta de herramientas de construcción tales como martillos, llaves inglesas, tenazas, serruchos, entre otros. Neo tuvo que reconocer que él no se había dado cuenta de ese detalle. No había tenido razones para fijarse en algo tan específico, y dudó que alguna otra persona lo hiciera, a menos de que quisiera usar esas herramientas. Antes de permitir que las palabras se ordenaran en su mente para formar la pregunta, ya se encontraba buscando una excusa válida que justificara las acciones de Blonde. No tenía sentido dudar de las intenciones de su amigo. El hecho de que el grandulón hubiese estado planteándose el usar algún tipo de instrumento de esa clase, no implicaba que fuese con un fin mortal. Debía haber una explicación más que razonable para ello, pero intuyó que ese no era el mejor momento para indagar sobre el tema.

El cuidado de Sol quedó a cargo de Esmeralda y Arturo, quiénes se quedaron en la habitación después de que el resto se dispersara. Olivia, si bien no necesitaba regresar a la cocina, se podía percibir que estaba incomoda de ver a la rubia, todavía atada, en la cama. Con la excusa de que debía cocinar algún tipo de comida blanda para la chica, pues argumentó que para ese punto debía encontrarse muy débil, se despidió de ellos. El quinteto se desvío hacia la escalera de emergencia, descendieron al primer piso, y luego entraron al cuarto de limpieza para darse paso a la salita de empleados. Tal como había sugerido Neo, cerraron la puerta con seguro.

El espacio era confortable. Había dos sillones individuales y un sofá en forma de L rodeando una mesita para sala. El piso estaba cubierto en su totalidad por una alfombra de color gris cálido, y las paredes, de un blanco impoluto, se contrastaban con el vinotinto que adornaba las columnas. Todos los muebles ahí dentro combinaban perfectamente con los colores de la habitación. Se podía percibir un leve olor a fritura dentro, y ciertamente, sobre la estufa se encontraba una sartén con restos de comida. Los ojos atentos de Sky divisaron varios utensilios de cocina sucios en el lavaplatos.

–Alguien estuvo aquí hace poco –comentó la pelirroja, mientras pasaba su dedo índice sobre la superficie del mesón de granito– alguien que no sabe cocinar muy bien –procedió a masajearse las yemas de los dedos– esto está lleno de aceite.

Para Neo eso no le resultaba un gran misterio: ya él había visto a Lilith escabullirse por la escalera de emergencia con un plato de comida diferente al que el resto del grupo había consumido. Fue fácil para él deducir que ella había estado usando esa salita para preparar sus propios alimentos. Probablemente se iba a molestar cuando descubriera que su lugar secreto y seguro, ya no lo era tanto. Pero a Neo, eso no le podía importar menos. Julio decidió encargarse de asear la cocina, aunque Blonde le hubiese dejado dicho que eso era responsabilidad de la persona que había generado tal desastre.

Se pasaron el resto de la mañana conversando sobre cosas triviales, jugando un poco y armando jaleo; mientras que bajo las cuerdas, se iban pasando notas con propuestas para el plan que querían llevar a cabo. Cada idea nueva que iba apareciendo era rápidamente descartada, pues no parecían llegar a ningún lado. Se les estaba haciendo difícil encontrar un punto débil que les diera ventaja dentro del juego del cornudo. De todos ellos, el que más se veía frustrado era Blonde, quién se mostraba impaciente e inquieto. Neo se percató de que el grandulón no había planteado ninguna sugerencia hasta ese momento, y por alguna razón que él desconocía, se le ocurrió que quizás su amigo sí tenía algo en mente, pero que no quería comunicárselo a nadie. Iniciaron varias partidas de naipes, y Neo quedó encargado de anotar las puntuaciones de cada uno. Al ver que todos prestaban más atención al juego en vez de a lo que él hacía, escribió un <<¿Todo bien?>>, seguido de <<¿ya has pensado en algo? No hace falta que se lo digas a los demás. Yo tampoco lo haré>> en una fuente mucho más pequeña, en una esquina de la hoja. Se la pasó de manera disimulada a Blonde, quién por su parte, no respondió de inmediato. Sólo cuando hubo una pequeña distracción en el juego, el grandulón le devolvió la misma nota con un <>. Neo simuló que borraba un número mal escrito, y quitó todo el contenido que no fuese las estadísticas de la partida.

La tarde llegó de improvisto, y sólo por la observación de Julio fue que no terminaron perdiéndose del almuerzo. El día transcurrió con normalidad, sin eventos inusuales como el de esa mañana. Por boca de Olivia, se supo que Sol seguía inconsciente en su cama, y otras personas se habían ofrecido para vigilar y cuidar de ella. Arturo había sugerido que al menos un par de personas se quedaran esa noche en la habitación de la rubia, porque debido a que ella ya había pasado por un brote psicótico, era necesario que alguien estuviese allí para tranquilizarla. La gran mayoría estuvo en desacuerdo cuando la misma Olivia anunció que ella tomaría uno de esos relevos; no porque consideraran que ella no fuera capaz, sino porque la castaña ya se había estado ocupando de muchas cosas en los pocos días que llevaban atrapados dentro del hotel. Al final, Cobalt y Arturo quedaron designados para esa tarea.

Neo olvidó por completo su pequeña conversación con Blonde, y ya agotado por la larga faena, se retiró a su habitación apenas acabó con su cena. No había sol negro perturbándole el sueño, ni un siniestro humanoide mitad ciervo, mitad humano, penalizándolo por ser descubierto ante un crimen cometido. Lo que veía, en cambio, era la luna; despejada, con un brillo azuloso que iluminaba las copas de los árboles. Las estrellas titilaban con una tenue intensidad, y el viento de media noche le refrescaba el cuerpo. El ambiente estaba húmedo, y podía escuchar los grillos a la distancia, resueltos a dar el concierto más bello que alguna vez escuchó. Tumbado en el césped, lo invadía una calma y felicidad inexplicables.

–¿Volverás el próximo verano? –oyó decir de parte de una voz infantil.

–¡Claro que sí! ¡Siempre vuelvo aquí! –dijo él, en un tono similar.

–No es cierto –dijo está vez el niño a su lado con tristeza– tú me vas a dejar atrás.

–¿Qué? –preguntó Neo, recobrando su tono usual. Sintió que algo no estaba bien.

–siempre abandonas a los que te aman I###### –escuchó un pitido que no le dejó oír esa palabra– siempre te alejas, siempre nos decepcionas ¿Por qué no te mueres de una vez? –la voz de niño pareció fallar y distorsionarse cómo lo haría un CD corrupto.

Abrió los ojos de golpe, respirando de manera agitada. Aquello no había sido un simple sueño, al menos no todo. Neo tuvo la sensación de que había vivido una escena similar en su niñez, pero no lograba recordar el verdadero contexto. Desconocía por completo la identidad del chico que estaba a su lado, y eso lo frustró de sobremanera. Por fin, ahora que había recuperado parcialmente una memoria, se había arruinado. No había sido capaz siquiera de captar su propio nombre. Estaba seguro de que el niño lo había dicho. Empezaba con I, o eso había creído ¿Cuál podía ser?

Neo no pudo conciliar el sueño en toda la noche, pensando en aquello. De lo único que sí estaba seguro, era de que el niño no le hablaba en español en su sueño. Los cánticos, la entonación particular de las notas y la rapidez, le hizo recordar al idioma Árabe. Neo se había visto al espejo la primera noche, antes de tomar su baño: las pestañas largas y rizadas, su piel trigueña, la curva en su nariz… tenía perfecto sentido, pero eso no le decía mucho. Daba igual su origen étnico, porque lo que él quería eran respuestas sobre su vida pasada, sobre quién era él. Un recuerdo tan lejano no le sería de ayuda, al menos de que le revelara la identidad de su nombre.

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lyaa
Se ve interesanto, espero que pronto haya más capítulos. ❤️
Asseret Miralrio
😍Por favor autora, me encanta tu forma de escribir, ¡quiero leer más!
🏹💕mycupidaneko💘🐈
Necesito más para leer
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