Margaret O'Brien y su familia abandonan la ciudad y se mudan a un pequeño pueblo donde nacieron sus padres, pero nada funciona como debe ser. Desde que llegan Margaret se siente constantemente vigilada. ¿Quien es? y ¿Que quiere?
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El Fantasma de la Casa Moloney
Capitulo 16
El fantasma de la casa Moloney
Margaret levanto y se sentó en el borde de la cama, sus ojos fijos en Henry y mientras él terminaba de contar su historia. La habitación estaba en silencio, solo interrumpida por el suave murmullo del viento que chocaba contra la ventana Henry había hablado con una sinceridad y una emoción que Margaret nunca había visto en él antes.
—Y así fue como sucedió— dijo Henry, su voz temblando ligeramente. —Al final de la vida de Margaret ella podía escucharme levemente, sin embargo ella pensó que estaba cayendo en la locura—
Margaret sintió un nudo en la garganta. La historia de Henrry era desgarradora, llena de amor y arrepentimiento. No podía imaginar el dolor que él había soportado, viendo a su amada vivir y morir sin poder intervenir, ahora entendía que el era el espíritu que habitaba en la casa Moloney desde hace casi 100 años. Era el su amigo imaginario, y cuando los vecinos sentían cosas en la casa, siempre había sido el.
—Henry— susurró Margaret, sus ojos llenos de lágrimas. —No sé qué decir. Tu historia... es increíble. No puedo creer que hayas pasado por todo eso.—
Henry bajó la mirada, sus manos temblando ligeramente. —No busco compasión, Margaret. Solo quería que supieras la verdad. Que entendieras por qué soy como soy.—
Margaret se levantó y caminó hacia él, colocando una mano suave en su hombro intentando tocarlo pero fue imposible, solamente sintió un escalofrío que desde su mano que invadio todo su cuerpo.
—Lo entiendo, Henry. Y te agradezco que hayas compartido esto conmigo. Eres más fuerte de lo que crees.—
Harry levantó la vista, encontrando los ojos de Margaret. En ese momento, sintió una conexión profunda, una comprensión mutua que iba más allá de las palabras. Margaret sonrió, una sonrisa llena de calidez y compasión.
—Vamos a superar esto juntos— dijo ella con determinación. —No estás solo, Henry. Estoy aquí para ti—
Henry sintió una oleada de alivio y gratitud. Por primera vez en mucho tiempo, no se sentía solo.
Margaret miraba a Henry con curiosidad, esperando que él continuara. Había algo en su mirada, una mezcla de nostalgia y tristeza, que la intrigaba profundamente.
—Margaret— comenzó Henry, su voz suave pero cargada de emoción, —Hay algo que necesito decirte. Algo que he guardado desde el primer momento en que te vi—
Margaret se inclinó hacia adelante, sus ojos fijos en los de Henry. —¿Qué es, Henry? Puedes confiar en mí.—
Henry floto suavemente y de dirigió a la ventana con su vista fija en el jardín antes de comenzar a hablar.
—Cuando te vi de nuevo sentí que mi alma cobraba vida de nuevo. Fue como si una parte de mí que había estado dormida durante tanto tiempo despertara de repente, eres idéntica a Margaret y también te llamas igual, es como si mi mente me estuviera haciendo una broma—
Margaret frunció el ceño, confundida. —¿Por qué, Henry? ¿Qué fue lo que te hizo sentir así?—
Harry sonrió tristemente. —Es porque ella era la persona más importante en mi vida, y cuando la perdí, sentí que una parte de mí se había ido con ella. Pero al verte, fue como si ella hubiera regresado, como si su espíritu viviera en ti.—
Margaret se quedó sin palabras, su corazón latiendo con fuerza. —Henry, no sabía... No tenía idea de que te sentías así.—
Henry asintió, sus ojos llenos de sinceridad.
—Por eso quise verte de cerca, velar tus sueños y protegerte. Sentí que, de alguna manera, al cuidarte, estaba honrando la memoria de mi Margaret.—
Margaret sintió una lágrima rodar por su mejilla. —Henry, eso es... No sé qué decir. Gracias por confiar en mí con algo tan personal.—
—¿Podras ayúdame?—
—Claro que si lo voy a hacer yo...—
Margaret no termino de hablar cuando sonó la puerta de su habitación haciéndola sobresaltar en ese instante Henry desapareció sin dejar ningún rastro y de pronto se escuchó la voz de la mamá de Margaret.
—Hija la cena está lista, ven a comer—
—Esta bien mamá ya bajo—
Margaret camino hasta el sitio donde hace pocos segundos estaba flotando Henry, inhalo profundo y cerro los ojos no podía creer lo que estaba viviendo, si se lo fueran contado hace unos meses no lo creería nada, se dió la vuelta y abrió la puerta para bajar a cenar cuando un sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, sabía perfectamente lo que significaba, Henry estaba cerca.
Al llegar a la mesa se encontró con un gran banquete, había pollo horneado, pastel de carne, ensalada, pan fresco, el pastel de calabaza de la abuela y también pay de limón, Margaret estaba impresionada por toda la comida.
—¿Que estamos celebrando?—
—Estamos celebrando nuestra nueva vida, invitamos a algunos viejos amigos y deben llegar en cualquier momento—
—No me habías dicho nada mamá—
—Llegaste directo a tu habitación hija, no me dió tiempo de decirte—
En ese momento sonó el timbre de la puerta y su madre fue a abrir la puerta emocionada.
—Ya comenzaron a llegar—
Margaret camino atrás de su madre y cuando abrieron la puerta vio un rostro conocido, allí estaba Molly sosteniendo una delicada caja roja, recordó que no la veía desde hacía tiempo, ella estaba acompañada por una mujer y hombre que eran sus padres, Hannah les dio la bienvenida, y Molly le entrego la caja roja, luego se dirigieron a Margaret y se presentaron como Sophia y Abraham Scott, George bajo las escaleras de la casa y también los recibió con emoción, así que Hannah aprovecho la llegada de su marido para ir a guardar la caja.
—Regreso en un momento permiso—
—¡Abraham amigo, Sophia que bueno que pudieron venir!—
Los dos hombres se dieron un fuerte abrazo recordando sus días de juventud y Molly se acercó a Margaret.
—¿Hola, Como estás?—
—Hola Molly, muy bien ¿ y tu?, no sabía que nuestros padres se conocían—
—Yo tampoco lo sabía, aunque el siempre hablaba de su amigo George que vivía en New York—
—Lo entiendo, ¿que tal va tu verano?—
—Va muy bien, estoy tomando un curso de pastelería este verano—
—Que bueno, ¿te gustan los postres?—
—Si, me gustan mucho ¿ y a ti que tal te va en la casa?—
—Me ha ido muy bien, me estoy acostumbrando—
—¿Aun no has vivido ninguna experiencia paranormal?—
—No, para nada. Yo creo que todo es como me dijiste, es una casa vieja y la madera suena—
Margaret sabia que no le podía contar todo lo que había encontrado y vivido a cualquier persona, ya que seguramente quedaría como una loca, así que decidió guardar ese secreto para ella. Pronto todos pasaron al comedor donde compartieron una agradable cena, y más tarde el trío Scott ya se había ido, Margaret subió a su habitación y se preparó para dormir esperando poder ver nuevamente a Henry en sus sueños.