Anya despierta en el mundo de una historia que escribió hace años. Una historia sobre una bella princesa, un valiente caballero... y un despiadado dragón.
Decidida a mantenerse al margen de la gran guerra que se avecina, vive tranquilamente en un pequeño pueblo, hasta que accidentalmente salva a un pequeño niño y unos meses después un dragón aparece en su puerta.
NovelToon tiene autorización de MissReaper para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Retratos del pasado.
En el último par de semanas, Anya había estado trabajando arduamente en mejorar la reputación del duque.
Desde la visita al príncipe, se dio cuenta de que las amenazas a su familia podían venir de más de una dirección y la mejor forma de protegerse era rodearse de personas que no quisieran asesinarlos a la primera oportunidad.
Para ello había comenzado dentro de la propia casa Demasco.
Empezó por actividades sencillas, llevaba comida y bebidas refrescantes a los caballeros en medio de sus entrenamientos casi todos los días, había dado pequeños obsequios a los sirvientes y estaba tratando de mejorar su calidad de vida en general.
Daisy le comentó que usualmente era la señora de la casa quien se encargaba de la administración doméstica y Anya no pudo evitar preguntarse por qué Raenor no le había dado ninguna tarea como duquesa.
Asumió que era debido a que no confiaba en ella aún. No podía culparlo, pero se sentía descarada por disfrutar beneficios sin ayudar en nada al ducado.
Así que le pidió a su esposo su permiso para comenzar a tomar responsabilidades pertenecientes a la duquesa. Aunque a Raenor no pareció agradarle la idea.
- No es necesario que haga algo así - dijo, observándola desde el otro lado de su escritorio.
- Usted dijo que yo tendría los derechos correspondientes a la señora de la casa ¿estaba mintiendo?
- No... No es eso... - el lord dragón dudó antes de explicarse - usted no tiene que hacer nada como duquesa, desde un principio le prometí que su único deber estaba en ser la madre de Rowan, no mi esposa o la señora de la casa. Puede continuar disfrutando de sus derechos sin tener que preocuparse por responsabilidades así.
Aunque Anya sentía que estaba siendo inútil, la perspectiva de Raenor era diferente. Ella ya hacía demasiado por Rowan e incluso por él, no quería pedirle más.
- Milord, ahora este es mi hogar también - la chica respiró hondo y trató de transmitir su punto de vista - Quiero protegerlo y verlo florecer, ¿Cómo podría atreverme a desfilar por aquí y hacerme llamar "duquesa" si no hago algo para ayudar a mi casa? Por favor deme la oportunidad de retribuirle a Demasco.
¿Qué poder tenía esta chica sobre él que se sentía incapaz de negarle nada? Raenor no podía descifrarlo. Accedió a dejarla comenzar a aprender sobre sus deberes como duquesa de Demasco bajo la tutela de Hadi.
Así, mientras Anya aprendía sobre presupuestos y mantenimiento de la mansión, también empezaba a diseñar proyectos como renovar los cuarteles de los caballeros y dar mejores beneficios laborales a los empleados de la casa; lo cual no era una práctica conocida en el reino, pero Anya sabía que en el mundo moderno era algo que ayudaba a ganar la lealtad de un trabajador y esperaba que fuera igual en este mundo.
Estaba exhausta, sin embargo, le hacía ilusión saber que podía ser de ayuda para el duque.
Llegó al campo de entrenamiento cuando los caballeros terminaban la práctica del día. Tanto Raenor, como los caballeros, comenzaban a acostumbrarse a sus visitas. Ella, en cambio, jamás lograría acostumbrarse a la visión que era el lord dragón con su cabello negro desacomodado, la camisa pegada al cuerpo por el sudor y su rostro encendido por el ejercicio.
- ¡Buen trabajo a todos! - los saludó alegremente y abrió la cesta que cargaba con ella, dejando al descubierto un festín de galletas recién horneadas, las cuales recientemente había descubierto que eran la debilidad de los caballeros de Demasco - ¡Les traje galletas!
- ¡Whoa! ¡Aún están tibias!
- ¡La duquesa es la mejor!
- ¡Es amable, hermosa y sus galletas son celestiales!
- ¡Es nuestro ángel!
- ¡Creo que me he enamorado!
- ¡Me siento mejor solo con ver su rostro, milady!
Anya no pudo evitar reír ante sus exageradas exclamaciones de agradecimiento, eran como cachorros recibiendo un premio.
Sin embargo...
- Parece que no los hice trabajar lo suficiente el día de hoy - la voz gélida del duque congeló a todos en su lugar - treinta vueltas más al campo debería ser una tarea sencilla para mis caballeros entonces.
"¿Está enojado? ¿Se enojó porque les di galletas?" la chica estaba confundida por su repentino cambio de actitud, hace unos momentos se veía tranquilo.
- ¿Mi... milord? - los caballeros sinceramente deseaban haber escuchado mal.
Lo que ignoraban, era que habían sellado su destino al dedicarle palabras de amor a una novia de dragón.
- Ya que se sienten mejor solo con ver el rostro de la duquesa, serán cincuenta vueltas.
Anya casi se lleva las manos a la cabeza por la frustración.
"¡¿Qué estás haciendo?! ¡Estás arruinando todos mis esfuerzos!"
De todas las personas, nunca imaginó que sería el duque quien la sabotearía de esta manera.
...****************...
- ¿Rowan, estás aquí? - Anya llevaba un rato buscándolo por la mansión.
Con su repentino aumento de actividades, había disminuido el tiempo libre que tenía para jugar con Rowan y le preocupaba que estuviera resentido por ello.
Un sirviente le dijo que lo había visto dirigirse hacia una zona de la casa a la que Anya rara vez visitaba. Así que ahora, la chica se encontraba abriendo puertas al azar mientras llamaba el nombre del niño.
Entonces vio una puerta entreabierta al final del pasillo.
- ¿Rowan? - llamó al entrar a la habitación. Se trataba de una amplia sala con cuadros colgados alrededor de las paredes. A juzgar por la cantidad de ojos dorados, parecían ser retratos familiares y de ancestros de Demasco.
Anya encontró al niño sentado en el suelo, observando fijamente el recuadro de una mujer.
- ¿Rowan? - lo llamó una vez más al acercarse, el pequeño se sobresaltó y giró a mirarla con una expresión de pánico - ¿quién es ella?
Aunque la chica preguntó con amabilidad, Rowan sacudió rápidamente la cabeza y trató de tirar de ella para salir de la habitación.
- ¿Es tu mamá? - ante la pregunta, el niño bajó la mirada, como si hubiese sido sorprendido haciendo algo que no debía. Anya se arrodilló junto a él y tomó sus pequeñas manos. - Es muy bonita, ¿viniste aquí porque querías verla?
Rowan alzó la cabeza rápidamente y observó a Anya con desesperación, tomando sus manos con urgencia. A la chica le pareció una súplica, ¿acaso pensaba que ella se enojaría porque extrañaba a su madre biológica?.
- Rowan, no estoy enojada, está bien si extrañas a tu mamá - atrajo al pequeño hacia ella y lo sentó en su regazo, abrazándolo con suavidad - pase lo que pase, ella siempre será tu madre, al igual que yo, puedes querernos a las dos.
El niño la abrazó con fuerza y Anya le sonrió con dulzura.
- ¿Puedo quedarme aquí contigo? - preguntó y su hijo asintió, dándole su permiso.
Así permanecieron sentados sobre el suelo por algunos minutos, ambos observando la pintura de la hermosa mujer frente a ellos.
Anya pensó que no había duda alguna que ella era la madre de Rowan, el niño era su viva imagen. El mismo etéreo cabello plateado, los mismos ojos dorados, la misma forma del rostro y la nariz que...
Espera...
Anya sintió que había algo mal con el cuadro.
- Ro... Rowan... - trató de mantenerse calmada, pero su voz tembló un poco - ¿estás seguro de que ella es tu mamá?
El niño la observó con una expresión confundida por unos segundos, antes de asentir con seguridad.
No cabía duda, era cierto, la genética era simplemente innegable.
Solo quedaba una pregunta rondando en la cabeza de la chica.
"¿Por qué la madre de Rowan tiene los ojos de dragón de Demasco?"
- Rowan ¿podrías darnos un minuto? - casi como si el destino quisiera responder a su pregunta, el duque apareció en la puerta.
...****************...
- Rhysa era mi hermana - una vez que Rowan abandonó la sala, Raenor fue directamente al punto.
"¡¿Eso es legal aquí?!" Anya tuvo que morderse la lengua para evitar hacer algún comentario inapropiado, aún así su mente no tenía control.
"¡¿Qué clase de dinámica familiar Targaryen es esta?!"
El duque debió leer la confusión claramente en su rostro porque continuó explicándose.
- Yo no soy el padre biológico de Rowan, lo adopté después de que mi hermana falleciera.
Se dirigió hacia otro cuadro, este estaba cubierto por una tela. El duque lo descubrió de un solo tirón y Anya se acercó para apreciar el retrato familiar.
Lo primero que notó fue que nadie en esa familia parecía feliz.
Raenor parecía tener 10 años en el retrato, un niño adorable con una expresión tan seria que rompía el corazón de la chica. La niña a su lado debía ser su hermana, se veía de alrededor de 8 años de edad. Raenor era idéntico al anterior duque, compartían el cabello negro y obviamente ambos hijos habían heredado sus ojos dorados, la expresión del padre era aún más estoica que la que Anya había conocido en su esposo. La duquesa, por otro lado, era el origen del cabello plateado que Rowan había heredado; algo en sus ojos, de un azul gélido, inquietaba a Anya.
- Mi padre no era un hombre amable, rara vez lo veíamos y, a decir verdad, era mejor así. Mi madre era humana, no soportaba estar rodeada de dragones, odiaba a mi padre y a nosotros, que llevábamos su misma sangre. Rhysa y yo solo nos teníamos el uno al otro - la manera en que miraba a la niña del cuadro, con nostalgia y un dolor incomprensible, creó un nudo en la garganta de Anya - Antes de morir, mi padre la comprometió con un conde del sur. Cuando tomé el puesto como duque le ofrecí romper el compromiso, a lo que ella se negó rotundamente. A ese hombre nunca le importó mi hermana pero, por alguna razón, Rhysa se enamoró profundamente de él. Se casaron y poco después ella quedó encinta...
La voz del duque poco a poco se apagó, pareció perderse en sus recuerdos.
- ¿Qué pasó con él? - Anya no quería presionarlo, pero le preocupaba que la espiral de sus memorias lo llevara a un lugar oscuro.
- Antes de que diera a luz, el conde murió en un accidente, su carruaje se volteó. Mi hermana quedó destruida por la noticia - frunció el ceño con dolor ante lo que sea que estuviese recordando - Traer a un dragón al mundo es más extenuante que un parto normal, con el corazón y el cuerpo rotos, Rhysa murió poco después de dar a luz a Rowan.
- ... Lo siento mucho - la chica junto a él fue incapaz de encontrar otras palabras para responder, sin embargo, eso no quería decir que no fuesen sinceras.
- No pude proteger a mi hermanita, pero haría lo que fuera por proteger al bebé que amaba - era la primera vez que Anya veía al duque hablar con tanta emoción contenida en su voz.
- Nunca había escuchado sobre nada de esto... - murmuró la chica, más para sí misma. La historia que escribió tampoco hizo mención alguna del verdadero origen del villano.
- A la mayoría de la gente no le importan los asuntos personales de los dragones, así que no es un hecho muy conocido incluso dentro del ducado - respondió el duque - y Rowan es muy joven aún para comprender el concepto por completo, lamento no habérselo explicado antes.
- No se preocupe, entiendo que es un tema sensible para usted - en realidad, como una esposa contractual, estaba agradecida de que siquiera accediera a contárselo. Ambos se quedaron en silencio, observando el retrato del pasado frente a ellos por unos minutos hasta que Anya habló de nuevo - Rowan es afortunado...
Raenor la miró, confundido por su afirmación. Ella, inesperadamente, deslizó su mano en la de él y la tomó como para reconfortarlo.
- Siempre ha tenido a alguien a su lado que se preocupa profundamente por él - sonrió tranquilamente - estoy segura de que su hermana está agradecida por todo lo que ha hecho por su hijo.
Y así como así, un peso del que el lord dragón ni siquiera era consciente hasta ese momento, se levantó de sus hombros.
...****************...
En cuanto Anya comenzaba a relajarse, pensando que estaba ganando ventaja sobre los problemas venideros, la fuerza de la historia original le daba un golpe de realidad.
Observaba, impotente, a su pequeño hijo arrodillado en el bello jardín. Sostenía un lirio blanco mientras sus ojos estaban fijados en la hermosa niña frente a él.
Una niña de largos rizos dorados y ojos lilas que le sonreía angelicalmente.
En cuanto él le obsequiara esa flor, daría inicio a una historia de obsesión y muerte que consumiría todo a su alrededor.
Anya no podía hacer más que observar.
Observar cómo su hijo caería rendido ante esa niña.
Al final de cuentas, Rowan Demasco debía caer por Lillian de Aethia.