Tu indiferencia me hizo fuerte. Siempre te dije la verdad y no me creíste. Ahora que lo sabes es tarde, no vengas a pedir una oportunidad porque no la habrá. Los papeles se han invertido, ahora yo soy la indiferente, la poderosa. Ya no soy más LA HIJA DEL JARDINERO
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CAPÍTULO DÉCIMO SEXTO
LA BODA
De acuerdo con lo pactado, llegué a la mansión a las 5pm. En la entrada me esperaban todos mientras le pagaba al taxista. El juez y el abogado de la familia ya me esperaban adentro. Unos me felicitaban y otros me preguntaban el por qué de esta decisión. Vi venir hacia mi a David, preocupado por la tardanza.
Me tomó de la mano y entramos juntos. Se leyeron las palabras apropiadas para estos casos y luego firmamos el acta de matrimonio. Se escucharon los aplausos y luego la petición de un beso. Como es lo que se acostumbra, nos dimos un beso para sellar la unión.
Cenamos, bebimos, nos desearon felicidad eterna, entonces vi el reloj: 9:10. Me acerqué a David y le dije al oido: —Me voy a mi apartamento, recuerda que tenemos un vuelo a París mañana a las 11a.m. Estaré en la mañana afuera en un taxi esperando por ti, a las 9a.m. Buenas noches.
Cuando me iba a alzar de la silla, me tomó del brazo y se acercó a mi oído y me dijo: —Pensé que ibas a dormir conmigo esta noche en mi cama esposita, ya la conoces. Podemos repetir lo que hicimos unos años atrás, ¿qué me dices? Tengo un excelente vino.
—Gracias por la proposición, pero no me interesa David. Tengo cosas más importantes que hacer. Diviértete solo esposito. Buenas noches, dulces sueños.
Me despedí de todos con una bella sonrisa. Mi padre me fue a dejar en mi apartamento.
A la mañana siguiente cuando pasé por David, vi que su sonrisa había desaparecido. Ahora se veía amargado y de mal humor. En el aeropuerto solo hablamos lo necesario. Durante el vuelo de hora y media hasta llegar a París, no me dirigió la palabra, no siquiera una mirada.
Al salir del aeropuerto, debíamos esperar un taxi que nos llevaría al hotel que había reservado el Dr Peter. Era hora de hablar con David, así que le dije:
—David, acá nos separamos. Yo pasaré estos días en mi apartamento. Tú tienes la habitación del hotel reservada para nosotros por tu papá. Si te sientes solo y no sabes qué hacer estos días, toma, es la tarjeta de contacto de una amiga que es guía turística. Ella te llevará por los sitios más importantes y bellos de la ciudad.
—Disfruta y aprovecha el tiempo en esta hermosa ciudad David. Al regresar a Londres nos espera mucho trabajo. Te espero acá mismo el próximo domingo a esta misma hora para que regresemos juntos a Londres. ¿Ok?
—¿Por qué no desististe de este viaje de luna de miel Sabrina, si esto era lo que ibas a hacer?
—Y ¿Qué esperabas tú de mi David cuando acepté este regalo de tu padre? ¿Creias que íba a jugar a la casita contigo? Empieza a entender bien el arreglo que hicimos. Es solo un contrato para sacar adelante la clínica.
—La mujer que ves acá de frente a ti, no entra en el arreglo. La que está comprometida contigo hoy, es la profesional que te va a dar una mano para que sacar de la evidente ruina un prestigioso centro médico.
—Tu vida personal, tus deseos, tus gustos que no estén relacionados con lo laboral, no me interesan David. La habitación llena de pétalos, globos y un buen vino que nos está esperando hoy en aquel hotel, no es para que la compartamos tú y yo David en un juego amoroso y sexual.
—Esa habitación la reservó tu padre creyendo que me hacía un favor. Lo que él no tomó en cuenta es que en mi vida tú ya no representas más que un simple recuerdo de lo que fue mi primera relación sexual.
—Lo que él no sabe es que yo desvaneci ese recuerdo a punta de estudio y trabajo. Llené mi mente de cosas positivas y prácticas y de recuerdos verdaderamente valiosos y constructivos. El recuerdo de ese día pasó a formar parte de los sueños inútiles de una adolescente tonta que creyó en los besos del primer cretino que por desgracia se le atravesó en la vida. Si tú te habías hecho esa falsa ilusión romántica conmigo en nuestra falsa luna de miel, lo lamento David.
—Yo tenia una vida muy apartada de la tuya. La estoy abandonando por tres años para complacer a un hombre al que considero mi padre. Un hombre que siempre vio en mi lo bueno y siempre me defendió y apoyó, aunque eso fuera complicado para él. —Le di mi palabra de recuperar su patrimonio y lo haré aunque eso detenga momentáneamente mi propia vida.
—Y para finalizar, por si te interesa, te digo David, que alguien que tú no conoces, va a sufrir mucho cuando le diga que me casé contigo. Pero si él sabe esperar, al finalizar todo esto le entregaré mi vida y lo haré el hombre más feliz del mundo porque él lo vale. Junto a él haré recuerdos bellos e imperecederos que adornen nuesfras vidas, los cuales conservaré en mi corazón por siempre.
—Feliz luna de miel David. Me voy en este taxi....
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Al día siguiente de llegar a París, me fui a la Avenue Montaigne. Esta pequeña calle reúne las tiendas más lujosas y caras de París. Conviene recorrerla de vez en cuando aunque sólo sea para ver los extraños diseños que pueblan sus escaparates.
Quería tomar nota del tipo de ropa que se estaba usando en París. Trajes de chaqueta, capas y más capas. Sus clásicas gabardinas con vaqueros, kimonos largos, chaquetas de punto, sudaderas con faldas cortas, botines y zapatillas. Ya tengo ideas para trabajar en mis diseños.
Y ¿a quiénes voy a enviar mis diseños? Dior, Givenchy, Jean-Paul Gaultier, Chanel y marcas de lujo de gama alta como Saint-Laurent, Lanvin y Louis Vuitton. Listo, lo que quería hacer en París, ya lo hice.
Ahora debo enfrentar a Marcus. Llamarlo, ponerme de acuerdo con él y viajar a Múnich. Ayyyyy, qué problema. Esto no será agradable....