1ra parte de "Solo soy un detective"
Alexis Mefhisto, nombrado como el mayor criminal del planeta se encuentra en los últimos instantes de su existencia. Rodeado de la fuerza del país y parado en la alcoba de un gran edificio, su final está más que claro. Sin algún lugar a donde escapar, decide acabar su historia de la mejor manera y, a la vista de todo mundo, salta del gran edificio abrazando el vacío. Pero, para su suerte, algo raro pasa: ¡No muere, sino que es transportado a otro mundo!
En un lugar dónde él nunca existió ¿Qué podría hacer el que alguna vez fue el maestro del crimen?
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Arco 1, Cap 15 - Entrevista con el jefe
Alex queda paralizado, no habían pasado ni cinco minutos que se encontró cara a cara con él y ya sabía quién era anteriormente. Sin poder evitarlo, el comportamiento sarcástico de Alex desaparece por completo, poniéndose serio y en alerta.
—Pero ¿qué dice? Si yo solo soy una persona normal que Reencarnó en este mundo —contesta Alex tenso, pero tratando de guardar la calma.
—No puede engañarme, joven Mefhisto, verá, sé la historia de un criminal que existió en el otro mundo, empezó cuando apenas tenía 15 años, pero en muy poco tiempo reinó en el bajo mundo, volviéndose en la mayor amenaza de aquel entonces. Fue acorralado a sus 27 años en uno de sus tantos edificios y esa noche saltó de dicho edificio para evitar ser atrapado, y allí terminó su reinado del mal.
—Creo que se está saliendo del tema, comandante, ¿Qué tiene que ver ese hombre conmigo?
—No sirve de nada intentar desviar la información, ese criminal respondía bajo algunos sobrenombres: el rey del crimen, el criminal Z, demonio anarquista, o simplemente por su supuesto nombre, Alexis Mefhisto.
—Es imposible... absolutamente nadie de aquí debería saber de mi.
—No lleva mucho en Serenia, por lo que es entendible que no lo sepa, verá, jóven Mefhisto, la reencarnación en este mundo es un acontecimiento ajeno a las líneas temporales, eso quiere decir que en este lugar pueden reencarnar personas de muchas épocas distintas. Para comprobar no tengo que ir muy lejos, pues ya conocerá al bibliotecario Fimbulvetr, un nórdico de épocas muy remotas.
—En pocas palabras, no es descabellado pensar que haya reencarnado alguien de una época posterior a la mía... Qué poco conveniente.
—¿Aún tiene dudas sobre mi información sobre usted, joven Mefhisto?
—No, pero si ya sabías quién era, ¿Por qué rayos me tienes aquí todavía? ¿Piensas encerrarme ahora por todo lo que hice? Es una gran oportunidad para hacerlo, estoy literalmente en la boca del lobo.
Aunque está sentado, la postura de Alex se puso lista para el escape o el combate, mostrando una mirada fija y concentrada a los movimientos del hombre. Al darse cuenta de esto, el comandante simplemente sonríe y suelta una pequeña risa.
—Tranquilo joven Alex, solo gente de mi confianza saben de tí, además, no tengo la intención de encerrarte —dice Albert mientras toma asiento.
—¿Y se puede saber por qué no lo haces? fui el individuo más buscado en mi mundo.
—Usted lo ha dicho, fue, aquí no es más que un ciudadano normal, y tampoco podría volver a serlo por lo que ha hecho hasta ahora, todos sus actos han sido por defensa propia, o por defensa de otra persona, aunque debo decir que ha cruzado un poco la raya, no es necesario romper todos los dedos de una persona.
—Ya veo, ¿Entonces estoy impune por ahora? —pregunta el ex-criminal escéptico, aún en alerta.
—Así es, no hay porque ponerse serios, joven Mefhisto, es totalmente inocente ahora mismo —responde Albert con una tenue sonrisa en su rostro.
—Que cosas, vine aquí buscando tu aprobación, pero en vez de eso me llevé una advertencia.
Alex se levanta de su silla y se dirige a la puerta para salir de la habitación.
—No tan rápido, no me has dejado dar mi opinión, toma asiento de nuevo.
—¿Para qué seguimos con esto? Sabes quién soy, serías un estúpido si me contrataras para trabajar aquí.
—No diría yo que sería estúpido, más bien es... un movimiento inteligente —contesta Albert serenamente.
—¿Movimiento inteligente? Ah, entiendo, tu plan es tenerme cerca y hacerme trabajar como tú perro faldero a cambio de no encerrarme.
—Jaja, me da gracia su retorcida manera de ver las relaciones humanas.
—Pero seguramente no me equivoco, ¿Verdad?
—Se equivoca por completo, solo hay una pequeña razón, y es que ya no será otra vez un criminal, porque no es una mala persona.
—¿Que ya no soy una mala persona? ¡Ja! estupideces ¿Cómo sabes que no volveré a cometer caos en la ciudad?
El comandante abre un cajón de su escritorio y saca los dos expedientes de los casos en los que Alex estuvo involucrado y los pone sobre el escritorio.
—Eso es muy fácil, es porque ya no tiene razón para hacerlo. Lleva dos meses en este mundo y no ha quemado o explotado algún edificio, en cambio, salvó a unas hermanas y atrapó a un ladrón de joyas y sus secuaces.
—Nunca tuve como principal meta salvarla, el hacerlo me daba algo que necesitaba en ese momento, nada más que eso—responde Alex mientras voltea hacia otro lado.
—Y esa era la misma razón por la que sembraba el caos, porque necesitaba algo.
—¿A qué quiere llegar con toda esta mierda? Vayamos directamente al grano, esto me está aburriendo bastante —exclama Alex con una voz irritada y un poco molesta.
—Está bien, lo que quiero decir es que lo contrato, le permitiré ser Agente por el tiempo que desee, y cuando se aburra de ello, se puede ir sin mayor problema y hacer lo que quiera después de ello.
El jefe saca un papel que tenía una apertura para un sello.
—Supongo que no es tan simple como lo dice, es tan beneficioso para mí y tú no ganas nada ¿Cuáles son tus beneficios de este trato? las letras pequeñas del contrato, dímelas.
—Sabía que no se dejaría llevar solo por los beneficios, se nota que sabe de negocios, en fin, solo hay un beneficio para mí, y ese es ver cómo luchas contra el crimen y progresas como Agente.
—¿Esto es una apuesta para ver si el trabajo me evangeliza? ¡Ja! Esto no es una obra shonen, señor comandante.
—No busco evangelizarlo como usted dice, simplemente pienso que este trabajo le hará bastante bien a usted y a la sociedad en general.
«No logro comprender qué tiene en mente este tipo con este plan tan estúpido, me está dando permiso de trabajar con él sin más, es estúpido»
El comandante se pone de pie y estira la mano hacia Alex.
—Entonces, joven Mefhisto, ¿Tenemos un trato?
Alex mira la mano del comandante por un momento, aún incrédulo de las intenciones del hombre.
«Nada me garantiza que si rechazo me deje ir, más vale que siga su juego, al menos no me afecta... Por el momento»
Alex se acerca al comandante y estrecha su mano con él, cerrando así la negociación. Después de eso Albert saca un sellador y sella el papel y se lo entrega.
—Así que esta es la dichosa aprobación, solo un pedazo de papel con un sello —dice Alex mientras sostiene el papel como si fuera un trozo de basura.
—Tiene el sello de la persona a cargo de esta agencia, entrégasela al agente Forla y todo estará listo para tu integración al Departamento de Agentes Especiales —contesta Albert serenamente mientras guarda el sellador en dónde lo sacó.
La puerta se abre y entra una persona. Es la Agente Janneth, la cual viene con unos documentos en mano.
—Abuelo, aquí tienes los documentos que me pediste, me costó un poco encontrarlos, pero al fin pude hacerlo —dice Jannet acercándose al escritorio y dejando los documentos encima de ella, sin percatar la presencia de Alex.
—Gracias Jany, puedes volver a lo que estabas haciendo —contesta Albert con una sonrisa.
—Espera, espera, espera, ¿Dijiste abuelo? ¿Eres la nieta de este viejo? No me estés jodiendo, debes estar de broma —exclama Alex asombrado.
—No es ninguna broma, en serio es mi abuelo —contesta Jannet—... Un momento ¿Qué rayos estás haciendo TÚ aquí? —pregunta Exaltada.
—Tu abuelito me acaba de contratar para el puesto de Agente Especial, así que ahora somos compañeros de trabajo... Por desgracia —responde el hombre volviendo a su personalidad habitual.
—¡¿Qué?! Oh no no no no no, eso sí que no, no puedes trabajar aquí de ninguna manera, abuelo, tienes que arrestarlo ahora mismo, este tipo es peligroso —exclama Janneth bastante molesta.
—No puedo hacerlo, llegué a un acuerdo con él, pero no te preocupes, te aseguro que no hará ninguna locura mientras trabaje con nosotros, ahora, llévalo a la oficina dile dónde será su escritorio para que empiece a trabajar, por favor —dice Albert con total serenidad, dándole una sonrisa a Janneth.
—Tch, no hay remedio, si el jefe dice que está bien, entonces lo está... Sígueme, te mostraré como se trabaja aquí —dice Jannet dándose media vuelta y saliendo de la habitación.
Alex se levanta, pero antes de salir, Albert lo detiene.
—Espero grandes resultados de ti, joven Mefhisto.
—... Eso depende si me da la gana.
Después de este pequeño intercambio de palabras, Alex sale de la habitación del jefe y se pone a seguir a la Agente Jannet por el pasillo.
—Esta vez estuviste muy dócil, ya decía yo que aquel día estabas en tus días.
Jannet se detiene antes de abrir la puerta para entrar al lugar donde están los demás y se da la vuelta para mirar a Alex.
—No sé qué hiciste para que mi abuelo te aceptara, pero de una vez te digo que yo no lo he hecho, buscaré la forma para sacarte de aquí, no te quiero cerca de mí o de cualquiera del departamento.
—Una lástima, el trabajo en equipo es fundamental en este lugar.
—Serás cabron...
—Tranquila, jovencita, te puedo asegurar que tu abuelito me tienes más que vigilado, no soy tan estúpido como para hacer algo cuando ya soy parte de la Agencia.
Jannet lo mira fijamente a los ojos, y después sigue caminando.
—Más te vale comportarte.
Jannet y Alex entran nuevamente a la oficina y se acercan rápidamente al escritorio de Chrono para entregarle la aprobación del comandante.
—Aquí tienes Chrono, el sello supremo del abuelo —dice Alex mientras le entrega el papel sellado al Agente.
—Para tí es el comandante, maldito igualado —exclama Janneth con un tono claro de enojo.
El Agente examina el documento con detenimiento.
—Ya veo, entonces el comandante ha aprobado su integración al Departamento de Agentes Especiales, ¿Te encargarás de llevarlo a su lugar, Agente Janneth?
—El comandante ya me lo pidió, no me queda de otra.
—Entiendo, cuando termine de ordenar su puesto de trabajo, hazlo que venga conmigo para que empecemos.
—Entendido, Chrono.
Janneth sigue caminando y se detiene frente a un escritorio con una silla acolchonada de las típicas de una oficina. Parece como si nadie lo hubiera usado en años: todo empolvado, lleno de telarañas por debajo; la silla se encuentra en las mismas condiciones de mal cuidada, Janneth saca un paño de su bolsillo y sacude por encima del escritorio con una expresión de desagrado. Cuando termina de quitar el polvo de arriba, mira con tristeza su paño hecho un desastre, suspira y mira a Alex
—Este será tu escritorio, límpialo antes de usarlo si no quieres contraer alguna enfermedad, aunque por mi cuenta te prefiero muerto.
—Supongo que no podrás dirigirte a mi sin ofenderme, bueno, por lo menos me dió gusto verte limpiar un poco el lugar donde trabajaré, aunque no te lo pedí.
El comentario del hombre hace que la ceja de la mujer brinque del enojo.
—Maldito... en fin, cuando termines de hacerlo, le avisas a Chrono y él te dará tu primer trabajo —explica Jannet sujetando su paño como un trapo maloliente y sucio.
—Lo primero que debo hacer como Agente es limpiar un escritorio lleno de mierda, ¿Por qué rayos se encuentra en este estado? ¿Nunca lo habían usado? creo que esta cosa sirve más como madera para fogata.
—Este y otros escritorios de la agencia no han sido usados desde... bueno, desde ciertos eventos, solo estaban guardados en la bodega, justo hoy lo trajeron, me preguntaba para quién era, pero no pensé que era para un cretino como tú.
—Sí, sí, de nada ¿Por qué no simplemente compran unos nuevos?
—Tenemos que usar todo lo que tenemos, además, la agencia no ha tenido mucho presupuesto para remodelaciones últimamente, así que deja de quejarte y límpialo de una vez.
Janneth pasa por el lado de Alex y después se va al baño para limpiar su paño que quedó todo sucio por solo pasarlo por encima del escritorio.
Sin mucha gana, Alex empieza por ir por utensilios de limpieza para el escritorio, sale de la oficina y se dirige al cuarto de intendencia que se encuentra a unos metros de la oficina. Entra al cuarto y toma unos paños, un sacudidor, agua en un balde, jabón y productos aromáticos. Sale del lugar y regresa.
Después de unos largos 30 minutos, Alex por fin deja el escritorio impecable, se sienta y prueba la silla.
—Aaaahhh... Definitivamente, esta silla es una mierda, tendré que comprar una más cómoda, como sea, será mejor que valla con Chrono para por fin recibir mi primer encargo.
Alex se levanta de la silla y se dirige al escritorio de Chrono, este está revisando una gran pila de papeles. Aún absorto en los documentos, se percata que Alex se acerca.
—Supongo que ya está listo para su primer trabajo.
—Sí, sí, sí, estoy listo para patear culos, dime dónde busco y los encontraré enseguida.
—Lamento decirle que hoy no hay ningún caso por resolver, su primer trabajo es revisar estas peticiones ciudadanas y comprobar si son coherentes, cuando termine me lo trae devuelta para el último chequeo —dice Chrono entregándole una tercera parte de los documentos a Alex.
—... ¿En serio? ¿Hice todo esto para convertirme en un maldito explotado laboral? No me estés jodiendo, yo quiero ir a arrestar idiotas, no estar revisando papelitos —exclama el ex-criminal molesto.
—Ya le dije, seño- ajam, Agente Mefhisto, por el momento no hay ningún caso por resolver, quizá en unas horas más aparezca uno, pero por el momento cumpla con su trabajo revisando estos documentos, por favor.
Alex toma los documentos totalmente indignado y se fue hacia su escritorio. Mientras tanto, Gensei, el cual se encuentra cerca de Chrono aprovecha para hablar con él.
—Oye, ¿No le diste unos documentos de más? ¿Crees que pueda revisarlos todos? —pregunta mirando la cantidad de documentos que lleva Alex.
—Es una persona lista, pero quiero comprobar que tan dispuesto está para hacer cosas que no sean de su agrado, y ahora que lo pienso, ya va siendo hora de que el bastardo mujeriego llegue al trabajo, aunque no es como si lo necesitemos, la verdad —contesta Chrono serenamente mientras revisa más y más papeles.
A las afueras de la agencia, una persona se encuentra parada mirando las ventanas del Departamento de Agentes Especiales.
—Bueno, supongo que ya es hora de empezar.
Espero la segunda parte💗
Vivió una vida horrible... y a pesar de eso... decidió quedarse por y para sus hijos...
Me acabo de dar cuenta de algo
¡¿Ella no se llama igual que-?!
¡¡No me digas esooo!!
Es horrible la cruedad de ese hombre para agredir a su familia de esa manera... y sin remordimiento alguno...