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ASCENCIÓN EN CAÍDA

ASCENCIÓN EN CAÍDA

Status: En proceso
Genre:Mujer despreciada / Amor en la guerra / Viaje a un mundo de fantasía / Reencarnación / Fantasía épica / Mundo mágico
Popularitas:6.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Leonel md

La mayoría de veces, las personas renacidas con su mentalidad adulta en un mundo con poderes siempre tienen una vida sencilla, poderosos desde un inicio, con padres amorosos y en un mundo donde la paz está reinando. Pero ¿qué pasa cuando renaces en tu mismo mundo, en medio de una guerra, con padres traumados y con un poder desconocido en tu interior? preguntemosle a Ademir Graymond.

NovelToon tiene autorización de Leonel md para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El día que el cielo cayó (Parte 2)

Instantes atrás*********

Punto de vista de Clarissa Graymond:

Finalmente, el día ha llegado. Después de tantos meses, tantos pensamientos pasados y llantos, finalmente puedo decir que esos fantasmas del pasado se han tranquilizado bastante.

El fantasma de Anna ya no ha aparecido en mis sueños, solo en Ademir, y a diferencia de antes, ahora me ve con una sonrisa.

Finalmente, ella me perdonó.

Me encuentro cocinando un banquete como si estuviera en un restaurante, me permití comprar víveres y alimentos solo para este día, aun si afuera las demás personas no la pasaban bien con la pobreza y hambrunas que la guerra ha dejado.

Que dios me perdone, pero Ademir se lo merece.

Si bien Ademir no me lo ha dicho directamente, su mirada llena de vida y su sonrisa sincera, me transmiten que además de Anna, él también me ha perdonado.

En la casa, el señor Dorian se encuentra decorando las paredes, inflando globos, preparando los dulces, los juegos de mesa, los regalos. Incluso se ha comprado un traje, zapatos y se ha peinado para celebrar la fiesta de cumpleaños de Ademir.

Me alegra que mi hijo tenga una persona en la que confiar, aun sin importar la diferencia de edad.

"S-señora Clarissa... ¿me puede ayudar con esto? No alcanzo, hehe..." Dorian me pide ayuda tímidamente con la decoracion.

"Ah, sí, voy. Permítame..."

He estado preparando esto por semanas, pensando en hacer algo para celebrarlo.

Yo misma fui testigo de cómo Ademir nunca fue feliz ni siquiera en estos días tan especiales. No juguetes en Navidad, no pedir dulces en Halloween, no ir a la playa.

Pero este año debía ser diferente.

"Listo, señor Dorian..." digo al terminar de ayudarlo.

"Lo siento, soy muy viejo para esto..."

El plan era una celebración entre dos, la primera de muchas.

Pero incluso ahora, Ademir no deja de ser un niño tan sorprendente. Pensaba que invitaría a sus amiguitos de la guardería, pero estuve equivocada.

Ademir es diferente, no es como los demás niños y eso hace que siempre esté solo.

Pero lo que me sorprendió fue cómo me habló de un vagabundo.

"El viejo apestoso esto, el viejo apestoso lo otro, el saco de pelos, el saco de basura..." menciona cada vez que regresamos a casa.

Estaba preocupada por el tono como se refería a él, aunque no me atrevía a decirle nada. Aún no me sentía con el derecho de reprimirlo.

Pero mi percepción sobre él y su amigo vagabundo cambió totalmente, pues el día que me dieron la noticia que amenazó a la cuidadora por meterse con el señor, me sorprendió demasiado.

Aunque lo hizo a su modo, con groserías y amenazas... Incluso me sentí mal por Vanessa, pero no se preocupe señorita, yo también sé cómo se siente... Hehe.

Un hombre mayor, que lo protegió de las malas personas cuando se salió de la casa, cuando yo no hice más que romperlo.

Él lo cuidó y lo aconsejó.

Luego viene y me dice que lo invitó a su cumpleaños.

El señor Dorian es especial para él, y por eso yo misma decidí ir a hablar con él e invitarlo a su fiesta sorpresa.

*RECUERDO.*

Fue hace dos días, el señor Dorian recién se había reunido con Ademir. No es que sea chismosa... Pero me dio mucha curiosidad cómo es que se relacionaban ambos.

Mi rostro se asombró al verlos a los dos, sentados espalda contra espalda, uno por dentro y otro por fuera, hablando y riendo como si fueran amigos de años, como si la diferencia de edades no importara.

Pero aun así, la infantilidad de Ademir no faltaba, y cuando se despidieron, noté cómo se despedía del señor tal cual fuera su abuelo y como si fuera un amigo más.

Sabía que Ademir tenía muchos secretos, sabía que no era normal. Pero verlo de esa forma, riendo, contento, feliz, contrastando con cómo es en la guardería, según las palabras de la cuidadora, apartado de los demás niños, leyendo libros y demás.

Verlo comportarse como un niño frente al señor Dorian me humedeció los ojos. Ver su sonrisa, ver su felicidad... Me hacía arrepentirme de todo lo que le hice en el pasado, y solo me daba más ganas de hacerlo feliz.

Por eso, cuando se despidieron, salí de mi escondite para interceptar al señor Dorian. Caminé hacia él, llevaba las frutas que mi Ademir le había dado.

"D-disculpe," le grité. El señor volteó desconcertado, y su rostro sorprendido, como si de verdad ya me conociera.

"Oh, usted es..." balbuceó, apuntando a la guardería.

"¡Sí!" interrumpí, sabiendo lo que iba a preguntar. Mis palabras salieron algo cansadas, había pegado una carrera para alcanzarlo.

"Oh, lo siento madam, no quería molestarla... Mire que Ademir es un niño que me recuerda a mi nieto fallecido y..."

"¡No! No vengo a eso, señor..." interrumpí de nuevo. El rostro del señor había cambiado a tristeza, creyendo que venía a correrlo o a ningunearlo.

"Usted es el señor Dorian, ¿cierto?"

"Así es... ¿E-en qué puedo servirle?"

Apreté mis manos contra mi vestido... Sabía que Ademir le había contado mi historia, así como me contó la de él. Era un niño chismoso, contando historias ajenas, pero lo hacía para que empatizáramos con el otro, para poder entendernos y consolar nuestro dolor, así como él se consuela con nosotros.

"Usted... Me conoce, ¿cierto? Sabe quién soy y sabe lo que he hecho..." murmuré, con mi voz cargada de arrepentimiento.

El señor Dorian me observó con calidez, hizo lo que Ademir exactamente quería: empatizar conmigo.

"Así es, madam... La verdad es que el chico me ha contado de usted. Su historia, sus problemas... Lo único que un anciano como yo puede hacer es escucharlo, para que se desahogue. Disculpe si escuché algo que no debí. Yo la respeto." Su voz era suave, comprensiva.

Una sonrisa se formó en mi rostro. Lo sabía... Sabía que Ademir le iba a hablar. Eso era bueno, él no confiaría en cualquiera. Sabía que este señor, por algo, era su amigo.

"N-no se preocupe. Mire, Ademir mencionó que quería que usted fuera a su cumpleaños. Decidí venir con usted porque, verá... Yo no soy muy buena haciendo fiestas sorpresas, así que quisiera algo de ayuda..." expliqué, mi voz tímida pero esperanzada.

Los ojos del señor Dorian parecieron iluminarse, una sonrisa de oreja a oreja se formó en su rostro y aceptó de inmediato.

"Ahh... Eso... Sí... Claro, madam, no se preocupe, cuente conmigo. Por favor, dígame los detalles."

"Por cierto, soy Clarissa..." Me presenté, extendiéndole una mano.

"Un gusto conocerla, mi nombre es Dorian Beraguia..."

"Por cierto, señor Dorian... Yo también conozco su historia."

"¡Wuajajajaja, ese Ademir es un chismoso! ¿Eh?" rio, sus ojos arrugándose en las esquinas.

El hombre, a pesar de su situación, es un encanto. Amable, cálido, empático, sencillo y con bastante experiencia y sabiduría. Me recordaba al chef Angel. Entiendo por qué Ademir confía en él.

Ese día pasamos la tarde entera conociéndonos, preparando la fiesta sorpresa y hablando de Ademir... Ambos sabíamos que no era un niño normal, ambos tampoco queríamos saber más, solo disfrutar de él.

*FIN DEL RECUERDO.*

El plan era sencillo. Llevaría a Ademir a la guardería hoy, como siempre. Le haría creer que olvidé su cumpleaños, que no era más que otro día normal... Pero tenía que actuar naturalmente. Él era muy listo, analizaba bien su entorno y sabría si mentía.

Luego, junto al señor Dorian, compraríamos ingredientes para la comida, arreglos, decoración, dulces y regalos.

Vendríamos a la casa, decoraríamos todo, y finalmente, pasaría por Ademir y disfrutaríamos la fiesta, recibiría un año más de vida como merece.

Bien... Ahora era indispensable que siguiera el plan.

"¡Válgame Dios!" gritó Dorian, asustado. Me sorprendió y pegué un salto.

"¿Q-qué sucede?"

"Me olvidé por completo de que hoy había avisado al niño que iba a hablar con él..."

Es verdad, Ademir llevaba una canasta. Nunca se me ocurrió, estaba tan pensativa en lo que miré en el periódico de camino a la guardería que ni siquiera lo noté.

Ver que Celestia había creado más súpersoldados, aun después de la anécdota de Dariel... No entendía por qué, si se supone que la criatura humanoide es mucho más fuerte...

¿Qué estará pasando?

Sacudo la cabeza, intentando concentrarme en el presente.

"Está bien, está bien... ¿Qué tal si lo deja plantado?" sugiero con voz insegura.

"Señora, no puedo hacer eso. El muchacho ya estará muy triste por pensar que olvidó su cumpleaños... Imagine cómo estará si también lo dejo plantado." Dorian niega con la cabeza.

"Tengo que ir, ya se me ocurrirá algún pretexto para esta ropa. Vuelvo enseguida, señora..." dice antes de salir apresuradamente.

"Ah, está bien..."

Tenía razón. ¿Cómo pensaba en dañar más a Ademir?

Era un poco gracioso y doloroso ver su cara de tristeza al notar que "olvidé" su cumpleaños... Me dolió demasiado, pero estoy segura de que su sonrisa volverá una vez vea esta sorpresa.

Al pasar los minutos, el señor Dorian volvió. Traía la canasta de Ademir, su rostro cansado tras caminar tal trayecto. Le dije que se sentara y le di un vaso de agua.

"G-g-gracias, señora... Uf... Mire que... Ademir se sintió muy triste... Le dije que tenía una cita con una mujer, ¡wuajajaja!" rio, pero sus ojos no ocultaban su preocupación.

"Pobre... Me pregunto si de verdad hacer que se sienta mal es lo correcto," murmuro, la culpa royendo mis entrañas.

"No se preocupe, señora... Ademir podrá haber pasado por mucho... Pero él entenderá... Yo lo conozco y sé... Algo que he notado de él es que primero prioriza los pensamientos buenos ante los malos," me asegura Dorian, su voz suave pero firme.

"Los pensamientos empáticos..."

"Igual le di un consejo, un guiño diciendo que nos importaba tanto a usted como a mí." Dorian sonríe, un brillo travieso en sus ojos.

"En ese caso, creo que está bien."

Finalmente, las horas pasaron. La comida, la decoración, los libros de regalo para Ademir, los zapatos que Dorian le compró... Todo estaba bien, solo faltaba ir por el festejado.

"Iré por Ademir, señor Dorian. Si siente hambre, siéntase libre de comer lo que guste... Hay pastel y comida para llenarse," le digo, poniéndome mi abrigo.

"No se preocupe, señora. Yo la espero. Lo más bonito de un cumpleaños con personas importantes es comer con esas personas importantes..." responde Dorian, su sonrisa cálida y sincera.

"En eso estamos de acuerdo."

Estaba saliendo de la casa, nerviosa, feliz. Finalmente podría hacer feliz a Ademir, un pequeño cambio en nuestra rutina.

Claro, esta celebración no solo era por su cumpleaños, era para celebrar todo nuestro progreso.

Nuestros malos momentos quedaron en el pasado, ahora estábamos enfocados en construir nuestro mundo, independientemente de lo que suceda afuera, independientemente de todo.

Esta celebración es también para celebrar esos pequeños momentos de redención, de disculpa, de darnos cuenta de lo que hicimos, de celebrar la nueva felicidad que tenemos, el nuevo amigo que hemos hecho.

Esta celebración está más allá de todo, y por eso, estoy emocionada. Esta celebración marcará un antes y un después en nuestras vidas.

Mientras camino por el patio de la casa, observo mi alrededor.

La brisa, el mar, la ciudad. Mi hogar, la decoración. Pero es una sombra que se mueve en el suelo lo que me llama la atención.

¿Eh? ¿Y eso?

Mi vista se fija en el cielo, adornado con ambas lunas, la roja y la blanca, las nubes escasas. Pero sobre todo... En el avión que venía desde el extranjero.

Mi corazón se partió en dos, la sangre se me subió a la cabeza y mis piernas cesaron.

No... Por favor...

"D-dorian... D-dorian..." grité apenas, mi voz se quebró, mi vista inyectada de sangre seguía clavada en ese maldito avión, ese maldito avión que llegó como un cáncer, como un huracán impactando con una casa de paja...

"¡DORIAAAAN!" grité desgarradoramente. El señor salió de la casa totalmente impactado, sus ojos se abrieron como platos al verme en el césped, llorando, respirando con dificultad.

"¡S-señora Clarissa...! ¡Por Dios! ¿Qué hace ahí?" El señor se acercó a mí para levantarme, pero era inútil.

Estaba destrozada, no quería, no quería que esto sucediera, no ahora... No ahora que mi mundo apenas crecía, no ahora que pensaba en celebrar un nuevo capítulo en nuestras vidas...

No ahora en el cumpleaños de mi hijo...

Levanté mi mano, con una fuerza inhumana, pues mis músculos no reaccionaban, mis sollozos me impidieron hablar. Solo pude apuntar al avión, que ya estaba sobre la ciudad, la ciudad donde huí, donde llegué con falsas ilusiones...

El rostro de Dorian se horrorizó, un grito ahogado también salió de él mientras se dejaba caer en el pasto de la casa... Su traje, que con tanto esfuerzo había comprado, sus ojos arrugados finalmente se mojaron.

"¡NOOOOOO! ¡ADEMIRRR!"

Gritaba desconsolada, quería correr, ayudarlo, estar con él incluso en estos últimos momentos. No quería dejarlo solo, no quería morir lejos de él, no después de tantas cosas que pasamos juntos...

"¡Se-señora Clarissa!" gritó Dorian. Aún ante la inevitable muerte, el hombre no dejó de consolarme. Inmediatamente lo abracé fuertemente, llorando, suplicando, maldiciendo a todo.

No quería morir, no quería morir sin él aquí, sin él en mis brazos. No quería morir sin que estuviera en mis brazos tal como cuando llegamos a la ciudad.

"¡NOOOOOO! ¡ARGHHH!"

"Maldita sea... Esos bastardos finalmente nos han alcanzado, finalmente... ¿Pero cómo? S-se supone que Veneria es una potencia... ¿Por qué?" Dorian trató de explicarse, pero fue en vano. Instantes después, el señor también se derrumbó.

Cayó al suelo completamente... Llorando y maldiciendo, golpeando el piso mientras gritaba que ahora que finalmente tenía a alguien en su vida, alguien que consideró un amigo a pesar de tener la edad de su nieto... Alguien que lo escuchó y lloró junto a él...

"Maldita sea... Maldita sea..."

"¡MALDITA SEAAAAA!"

Tuve una esperanza, una ligera, que el avión fuera de espionaje, que solo fuera a observar la ciudad y regresarse por donde vino... Pero todo fue derrumbado cuando su panza se abrió y dejó caer un objeto que se acercaba rápidamente a la superficie.

Me negaba, me negaba a creerlo, me negaba a ver lo que veía mientras mis gritos y lágrimas se mezclaban con los de Dorian... Me negaba a que mi hijo no viera su sorpresa, me negaba a que creyera que olvidamos su cumpleaños, me negaba a que estuviera lejos de mí...

Pensé en los supersoldados, quería un milagro, quería que llegara alguien, que detuviera la inminente muerte de todos nosotros. Pero una vez más... Nadie llegó, nadie más allá que la muerte que venía por nosotros.

"¡ADEMIR! ¡ADEMIIIR!"

Aun así, no puedo perdonarme que moriré sin tenerlo aquí, sin abrazarlo para protegerlo. Deseaba que apareciera, corriendo, llorando y asustado, pero que apareciera para estar todos juntos en estos últimos momentos.

Pero tampoco pasó.

Esto es cruel... Incluso para mí, dejar que me ilusione, creer que tuve una segunda oportunidad para enmendar mis errores, para cuidar bien de mi hijo a pesar de no ser mi sangre, creer que la vida me había dado una segunda oportunidad para buscar el amor y la felicidad, sin pensar que solo me habían dado una extensión de mi muerte.

Maldita vida... Malditas guerras, maldito todo...

Dorian finalmente cesó su llanto y me tomó de la mano. Volteé a verlo y una cálida sonrisa yacía en su rostro, aún mojado y manchado por las lágrimas y la tierra. Sentí una calidez tan enorme, una aceptación al destino.

No fue una segunda oportunidad lo que Anna y Dios me brindaron, fue una extensión de mi hora. Yo debí morir a manos de Dariel, pero Anna se manifestó en Ademir y me salvó, me extendió la vida para enmendar aunque sea un poco de mis errores.

Decidí hacer lo mismo que la última vez. Ademir no era normal, él era superior, era poderoso, yo misma lo había visto.

Recé a Anna, a Dios, al universo, a la vida, que me escuchara por última vez. Pedí que por favor, Ademir no muriera, que usara ese poder que me salvó de Dariel y que ahora se salvara a él, para que pueda huir y salvarse, para que viva y encuentre su propia felicidad... Rogué y sellé la oración con lágrimas, deseando que por favor se cumpliera.

Entonces, mientras la bomba cayó, trayendo consigo un sonido enrodecedor, calmé mi llanto y tomé la mano del amigo de mi hijo, de la persona en quien confió, que lo escuchó, que lo protegió.

"Muchas gracias por todo lo que hizo por Ademir, señor Dorian..."

El señor asintió y así, nos entregamos a la muerte, a la muerte que tarde o temprano nos alcanzaría. Me entregué totalmente a ella mientras a mi lado observé por última vez a una Anna, sonriéndome y asintiendo.

Entonces supe que por última vez, mis plegarias habían sido escuchadas.

La onda de impacto de la bomba nos empujó con una fuerza descomunal a la casa, con el sonido ensordecedor de fondo.

Después de eso, todo se oscureció.

……………………………………Fin del volumen 1..………………………………………

1
A.M.E. Arisen_gg
no soy mucho de leer pero esta entrenido jaja
ჹსizმႦჹႵႹ
es muy buena esta novela
G
wow! esta super , eres un excelente escritor /Proud/
Leo Flowers: gracias
total 1 replies
Leo Flowers
Buena historia de Drama/fantasía
danielgamer012 gameplays
casi creí que estabas describiendo mi infancia Men, la historia esta bien 👍
danielgamer012 gameplays
ala miércoles, este men casi relata mi infancia a la perfección, solo sobra lo de la guerra 😯
Randy Aguilar
Muy buena, Es tan buena transmitiendo los sentimientos del protagonista que de verdad quise abandonar y leer algo más ameno. De verdad me hizo llorar. Solo espero que tenga un final feliz.
Cheng Lin2194
¡Necesito saber qué sucede después! ¡No me dejes esperando mucho tiempo! 😱😜
<|^BeLly^|>
Dame más ya
Leo Flowers: Ya hay más capitulos:)
total 1 replies
I,ts Zero
Tu habilidad para describir los ambientes y las sensaciones es increíble, ¡sigue así! 🌟
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