Una novela romántica, que relata los infortunios de Sofia, quien reencarnara como Maribel, en una novela romántica que odia. Ella sólo quiere vivir pacíficamente,¿lo logrará?
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Capítulo 16
Capítulo 16
Escuché a mi hermana gritar que llegamos, cuando empiezo a despertarme me siento cómoda, estaba apoyada sobre alguien, empiezo a tocar donde estaba apoyada y siento que son una piernas, mi padre habrá usado sus piernas para apoyar mi cabeza, que tierno… espera un momento… mi padre estaba frente a mí, dios dime que no, dime que no…
-Oye piensas dejar de fingir que duermes o abrirás los ojos, contigo no me puedo levantar-
Me levanto tan rápido que golpeo mi cabeza contra la nariz del Duque, su mirada asesina me atravesó, pero la relajo rápidamente. No pienso quedarme aquí
-Idiota, no fingía dormir, imbécil-
Antes que baje de un salto escucho a Ester que me grita que sea más educada y a los dos hombres intercambiando entre risas unas palabras
-La tienes difícil hijo-
-No es porque sea mi hija, pero te dio un buen golpe-
Abajo del carruaje, veo a un montón de sirvientes esperando que entremos, me llamó la atención que solo había cuatro mujeres el resto eran hombres… Acabo de darme cuenta que todas estas personas vieron como actué y como insulté al amo de esta casa, no creo que termine perdiendo la cabeza por esto, o sí.
Allí delante de todos los sirvientes me agacho en el suelo, me tomo la cabeza, ese cabezazo me dolió y empiezo a maldecir en voz baja, hasta que mi hermana se agacha a mi lado y me dice
-Vamos a seguir hablando de tu mísero comportamiento adentro, ya parecías loca cuando bajaste, en este instantes con tu crisis de nervios, ¿sabes lo que pareces no?-
Me levanto en un segundo y me pongo a un lado con mi hermana esperando que todos bajen, sintiendo un dolor que me atravesaba el cráneo.
Cuando bajan todos, veo al Duque que se sostenía la nariz, con un pañuelo, mientras caía un poco de líquido rojizo por el costado, una de las cuatro doncellas quiso correr donde estaba el muchacho, pero este la miro de forma tan tajante que se quedó en su sitio.
El Duque igual de imponente, como cuando le habló al cerdo que quería molestarme en la fiesta, habla
-Ellos son la familia Posadas, preparen sus habitaciones en el segundo piso-
La misma doncella que quería correr, fue la que habló
-Señor ese piso nos dijo que nunca la usemos para la visitas-
La ignoró y le habló a uno de sus mayordomos
-Fred, ocúpate de que mis invitados estén cómodos-
-Sí, señor-
Entramos y nos llevaron a una sala de estar mientras preparaban nuestras habitaciones, el Duque se fue a su estudio, el sangrado seguía, ya me siento culpable…
Mi hermana menor me mira y me reprocha
-Señorita Maribel Posadas, ¿se puede saber qué haces aquí?-
-¿De qué hablas?-
-¿Por qué no estas yendo a buscar hielo para ese Duque? Lo mínimo que se merece es que lo cures, sabes cómo frenar rápido las hemorragias de la nariz-
El padre del muchacho la miraba expectante, por mi parte suspiré
-Si me mata por mi torniquete, tú me acompañaras a la guillotina-
-Tch que exagerada-
Miro al ex Duque
-¿Me diría donde puedo conseguir hielo o algo bien frio, también voy a necesitar agua, unas tijeras y unas gasas o vendas?-
-Si ¿cómo no?-
Desaparece por unos segundos y al volver, traía un bol con hielo y una caja, con todo lo que le pedí, mientras me iba a la oficina del Duque, escucho que el ex Duque le dice a mi padre
-Esto se va a poner interesante-
-Solo espero que tu hijo sobreviva…-
Llego al frente de esa condenada puerta, como estaba tan hundida en mis miserables pensamientos, ingreso sin tocar, una vez dentro me quedo quieta, el hombre estaba sin camisa, lo miro fijo, ay dios mío ese cuerpo mira lo que es, un hombre puede tener tan marcado el abdomen, qué diablos me pasa, dijimos vida sin hombres cuando llegamos aquí y menos este hombre…
-¿Vas a querer dibujar un retrato mío o qué?-
Pues sería lo ideal, podría dibujas un personaje masculino así, para mi obra, sería algo nuevo con ilustraciones. No calma, respira y pide disculpas
-Podría…-
Qué diablos dije, veo como esa hermosa boca forma una curvatura
-Perdón, mala costumbre mía, suelo irrumpir así en la oficina de mi padre, mil disculpas, ya salgo y espero que se vista-
Cuando estaba por irme escucho que me habla
-Espera, ¿para qué viniste?-
-Venía a ayudarlo con su hemorragia-
-Quédate-
-Sabía que eras algo pervertido, quieres que una señorita soltera se quede a solas, con un señor sin camisa-
-No tengo ropa para cambiarme y esta camisa está llena de sangre, la hemorragia no frena y Fred está ocupado preparando sus habitaciones, además ¿culpa de quién es esta situación? ¿Será que fue todo su plan señorita?-
Me giro, me acerco a él y lo señalo, veo que todavía lleva el pañuelo en la nariz y lo sostiene con su mano, realmente le di un buen golpe. Pero ya estaba allí parada frente a ese hombre semidesnudo
-¿Por quién me tomas?-
Se comienza a reír
-Te sorprenderías saber las cosas que hacen las señoritas, por mí atención-
-Tch, siéntate-
Lo tomo de la mano y lo siento en un sillón que había allí, pongo hielo en uno de mis pañuelos y se lo coloco en la nariz, al tiempo que agarro suficiente gasa, comenzandola a enroscar y el me miraba expectante
-¿Qué vas a hacer con todo esa gasa?-
Lo miro de forma maliciosa y le digo
-Mi famoso torniquete-
-¿Tu qué?-
-Ya verás-
Me acerco a él, me coloco entre sus piernas, le levanto un poco la cabeza para ver bien lo que hacía, apoyo mi mano en su frente y del lado que le sangraba le coloco la gasa que preparé, veo que al comienzo no dice nada, pero a medida que ingreso más tela dentro, me mira asustado, sin embargo, no se movió y siguió allí esperando que acabe.
Una vez que terminé, le palmeo el hombro
-Buen chico, te portaste como todo un nene grande-
El maldito, aprovechó y me agarró de la cintura para que no me aleje, dejando caer el pañuelo que le di con el hielo, mientras elevaba la mirada y clavaba esos hermosos ojos negros en los míos
-¿Qué premio recibo, por portarme tan bien?-
-¿Disculpa?-
-Te rescaté de las garras de ese idiota en el baile, gracias a mi tienes más de un noble interesado en tu viñedo, ahora dejé que juegues a la doctora y me porte muy bien… ¿Qué premio recibo?-
Lo miro con una ceja levantada, así que este desalmado es más candente de lo que describe la novela…
Me agacho de tal forma, que mi boca se coloca cerca de su oído y el leve escote de mi vestido se posa frente a sus ojos
-¿Te parece suficiente premio, la vista? Pensé que tu fama era de desalmado, pero creo que es más bien de descarado-
Antes que me levante, me empuja sutilmente y caigo encima de él, como diablos me acomodó tan rápido no tengo idea… terminé sentada en sus piernas, aprovecho la posición para rodear mis caderas con una mano y con la otra sostuvo mi barbilla, antes que pueda actuar, se abre la puerta y el suelta mi barbilla, diciendo
-¿Es un problema de familia, que se hereda el no golpear?-
Todavía aturdida, miro hacia la puerta y era mi hermana, con sus manos en la cara y totalmente sonrojada
-Disculpa hermana, solamente quería avisarte que ya están las habitaciones-
Pegué un salto y por lo bajo le dije
-Tch definitivamente eres problemático-
Mientras el sonreía por lo bajo, yo salgo casi corriendo del lugar, tomando la mano de mi hermana