Una Pareja Fuera De Lo Común (Sin Editar)

Tuve el impulso de arrepentirme, pero recordé lo feliz que se veía Lukas con ella que decidí hablar

—¡Sé mi esposa!-Creo que tomé demasiado aire porque lo dije más alto de lo que pretendía y muchos voltearon a vernos, algunos aplaudieron, pero Lucia se veía aterrada, incluso creo que tenía más ganas de pelear conmigo que de hablar

—¿Te volviste loco? A claro… eso era lo que querías al final. Todos los hombres son iguales, unas escorias. Me voy

Cuando se iba a ir la tomé del brazo ¡Maldita manía mía de detenerla por el brazo! Me iba a costar caro… Así fue, me dio otro puño. Si seguía así en algún momento me destruiría mi nariz

—Escúchame Adrián, si vuelves a tocarme te aseguro que se rompo la nariz. NO ES NO ¿¡ENTENDIDO!?

—Sí, si ya entendí…— Me hice a un lado y le di mi tarjeta de presentación— Por favor ven a este lugar, es mi empresa.

—¿Por qué lo haría?

—Te tengo una propuesta

—No me interesa

—Al menos… escúchala. Te vas a beneficiar

—¿Eres diseñador de modas? —Me miró de arriba abajo y por instinto posé como un tonto —¿Qué tonterías haces? —Solté un carraspeo incómodo y me crucé de brazos

—Nada… Ven a las 7 —Me fui dejándola ahí y me dirigí a la empresa con Lukas. En todo el camino Lukas me hablo de Lucí, le encantaba estar con ella. ¡Les aseguro con solo por eso la considero a ella una buena opción para esta locura que estoy a punto de hacer!

A las siete Lukas ya estaba dormido así que lo llevé a una habitación que tengo en mi oficina y espere a ver si Lucia llegaba

Se dieron las siete y quince y aún no llegaba. Perdí las esperanzas, seguramente debía ir a otra opción. ¡Pero no había más opciones!

De pronto la puerta se abrió y era ella. Toda vestida de negro con un jean, una blusa de cuello de tortuga y una chaqueta de cuero, toda totalmente de negro como si viniera a un combate… La vi a los ojos esos ojos enigmáticos y profundos, pero al mismo tiempo claros e inocentes…

—Dilo de una vez ¿Qué quieres?

—Primero siéntate

—Desde aquí te puedo escuchar bien

—¿Por qué siempre estás a la defensiva?

—Vine a escuchar una propuesta, no preguntas de mi vida privada que por cierto no es de tu incumbencia

—Tampoco es que me interese tu vida, mujer loca

—Si eso es todo adiós

—Espera— Me acerqué a ella y antes de tocarla ella ya se había volteado, estaba lista para darle un golpe en la cara, pero lo atajé su mano fuerte, ni loco me iba a volver a dejar golpear

—Suéltame— Apreté su mano fuerte y su mirada se volvió sombría, incluso percibí miedo en ella

— Sa-sabía que había sido mala idea venir— Susurró casi a punto de llorar. La vi, horrorizada, no sabía por qué se veía así. Su expresión era de miedo, lo cual me extraño porque siempre se ve bastante intimidante y segura o a punto de pegarme un puño ¿A qué le tenía miedo? ¿Acaso yo le daba miedo?

Estaba sumido en mis pensamientos tratando de descifrar porque se veía así mientras sostenía su mano que un golpe que recibí en mi entrepierna me hizo reaccionar cayendo de rodillas al suelo

—¡Si vuelves a tomarme de la mano de la manera en la que lo hiciste, te electrocutaré sin dudarlo!— La miré atónito sosteniendo mis partes y la vi limpiarse sus ojos rápidamente como si tuviera ganas de llorar

—Ya entendí, ya entendí. No tocarte… Entonces sentémonos y

—NO, ME VOY DE AQUÍ. Tu empresa ya cerró

—¿Y eso qué tiene?

—Que estamos solos y no quiero estar sola contigo

—¿Acaso crees que pienso hacerte algo?

—¿No es obvio por la manera en la que te acercaste a mí?

—Tranquila, tú no me interesas ni un poco. Además, incluso si estuviera enamorado de ti ¿Por qué te haría daño? No soy un canalla y mucho menos un abusador— Me levanté mientras me explicaba y la vi alejarse más de mí

—¿En serio no me vas a hacer nada?

—Lo prometo

—¡Eso no es garantía! – Parecía un conejo asustado a punto de correr… ¿Qué cosa le habría pasado para que actuara así?

—Mi hijo está aquí… ¿Crees que me atrevería a hacerte algo con mi hijo aquí? —Me miró de arriba abajo y entró de nuevo a la oficina sentándose frente a mi silla

—No sierres la puerta— Me dijo en cuanto se percató que iba a serrar entonces la dejé entre abierta. Sí que estaba loca esa mujer

—Habla… Quiero irme rápido

—Mira esto— Le entregué el documento y ella lo abrió sin despegar su mirada a cada uno de mis movimientos

—¿Contrato de matrimonio?— Preguntó como si fuera la cosa más absurda del mundo, la entendía porque yo pensaba lo mismo sobre esa locura

—Así es… Quiero que aceptes ser mi prometida y en dos meses casarnos formalmente en lo civil, pero solo será por dos años

—¿Por qué? ¿Acaso estás demente? Búscate a otra tonta. No me quiero casar contigo, ni con nadie

—Por eso mismo lo propongo. Tampoco me quiero casar con nadie y mucho menos contigo… Pero no tengo otra salida y eres la única mujer que ha tratado bien a mi hijo ¿No dijiste tú que él necesita el cariño de una madre?

—Para eso puedo hacer llamadas con él todos los días

—Lo sé… Pero es más complicado. Mi madre insiste en que debo casarme o comprometerme con una mujer o de otra manera le vendería las acciones de la empresa a mi primo. Sus acciones, junto a las de mi padre y mi hermano le darían demasiado poder y podría liquidarla si así lo quisiera

—¿Acaso tu madre te odia o qué? —Dijo en tono irónico

—A veces creo que es así pero no… Lo hace para que tenga una nueva mujer en mi vida

—Pues entonces busca a una de las tantas a las que sí le interesas. Apuesto a que muchas se han ofrecido

—Así es… Pero las mujeres son solo unas interesadas, manipuladoras y falsas —Me miró como si quisiera matarme

—Por los santos que son los hombres. Son solo unos falsos, mentirosos y astutos zorros – Soltó en tono irónico y se levantó yendo hacia la puerta — No me interesa tu propuesta. Adiós

—Por lo que tengo entendido tu madre que está enferma insiste en que tengas novio. Has ido a más de ocho citas a ciegas incluyéndome y por lo que veo te has encargado de sabotearlas todas… Es porque no quieres hacerlo. Esto nos beneficiaría a los dos

—No quiero un hombre estorbándome en mi vida y usándome como objeto sexual

—No te voy a estorbar, en realidad tampoco lo harás porque no dormiremos juntos. Tú tendrás tu habitación, además dormirás con Lukas si quieres y aunque no importe… te aseguro que no me interesas para nada, no eres ni un poco mi tipo. Tendrás acceso a mi tarjeta privada

—No me interesa tu dinero

—Lo sé, pero sería extraño que mi prometida no la tenga o la use

—Aún no he aceptado

—Pero sé que lo harás

—¿Cómo estás tan seguro?

—Porque somos iguales. Tú odias a los hombres y yo odio a las mujeres, yo no quiero que invadas mi espacio al igual que tú, no quieres que yo invada el tuyo y no necesito una buena madre para mi hijo, pero no quiero enamorarme y tú… Se ve que amas a los niños, me odias a mí, pero aprecias a Lukas ¿O me equivoco?

—Solo serán dos años… ¿Verdad?

—Así es. Al final te daré una buena suma de dinero

—No me interesa ese dinero… ¿Después de los dos años podré ver a Lukas?

—¿Lo querrás ver después de ese tiempo? —Pregunté atónito y ella sintió como si nada

—Está bien… No me opondré a que lo veas…— Si aceptas, puedes firmar aquí, es un acuerdo de confidencialidad y aquí están las cláusulas, puedes agregar las tuyas, estas son las mías

La vi pensativa como si estuviera considerando la propuesta, creí que aceptaría, pero algo en su mirada me daba curiosidad. Me tenía total desconfianza.

—Mañana te responderé. Adiós —Sin más ella se dirigió a la puerta

—¡Loca!— Ella volteó a verme enojada por como la llame

—¿Qué? Imbécil

—¿Tienes en que irte?

—No, me iré en tax— Le lancé las llaves de mi auto antes de que acabara de hablar y ella las atrapó en el aire sorprendida

— Hoy en día no son seguros para que las mujeres anden solas – Ella miró la llave confusa

—No lo necesito. Puedo ir en taxi

—Lo sé

—Pero no tienes en que irte a tu casa

—Tengo una habitación aquí en mi oficina, me quedaré esta noche con Lukas aquí… ¿Acaso te estás preocupando por mí?